Psicólogos onlineTodos tenemos algún objetivo concreto que está ahí pero al que, muchas veces, no nos atrevemos a acercarnos. Por miedo, por desconocimiento, por incertidumbre, el caso es que el objetivo se queda allí y nos decimos a nosotros mismos aquello de: «ya lo haré otro día«.

Si tu objetivo es vital, empresarial o social, no importa. Lo que importa es que dejes de lado todas estas excusas y te prepares para alcanzarlo. ¿Estás listo?

1. No tengo tiempo

La excusa por excelencia. «Estudiaría otra carrera pero no tengo tiempo». «Saldría más con mis amigos, pero no tengo tiempo». «Haría un viaje exótico pero…». Ya, no tienes tiempo.

Es cierto que el ritmo de vida que llevamos suele ser bastante frenético. El trabajo, los niños, la casa, la familia, la pareja, parece que el día se pasa volando y, de repente, es media noche y sólo tienes ganas de dormir.

En realidad hacer lo que quieres hacer no es una cuestión de tiempo, es más una cuestión de prioridades. Si realmente deseas hacer una cosa sacarás tiempo de donde no lo hay para realizarla. La cuestión es tener claras las prioridades. Hay obligaciones que no podemos evadir, al menos no fácilmente, pero a lo largo del día hacemos muchas cosas que podríamos dejar de hacer en beneficio de otras. Es cuestión de que te plantees cuáles son, analices cómo estás usando tu tiempo y des el paso.

2. Tengo que ahorrar

Está claro que si tu objetivo es ser millonario, o juegas muchos números a la lotería y tienes mucha suerte, o no te tocará más que ahorrar.

Pero si tu objetivo es más asequible, el tema económico no debería ser una excusa. Si tienes ahorros suficientes para llevar a cabo tu objetivo, hazlo. Es importante tener un cojín de ahorros para imprevistos, por supuesto, pero no puedes dejarte llevar por el «por si acaso».

Mañana no sabes dónde vas a estar y en el más allá no servirán de nada todos tus ahorros para imprevistos.

3. ¿Qué pensará la gente?

Esta excusa es la que todos, en un momento u otro, nos hemos planteado. «¿Qué pensarán mis amigos si dejo el trabajo porque quiero dedicarme a mi familia?», «¿qué dirán mis padres si decido hacer arte dramático en vez de ingeniería?».

No importa qué piense la gente. Si tienes un objetivo claro, lucha por él. Las personas que te quieren y te entienden estarán allí para apoyarte, sea cual sea tu objetivo. Lo que piensen los demás ¿realmente te importa tanto como para renunciar a lo que podría ser tu sueño?

4. Soy cobarde

«Veo a todos esos emprendedores y pienso: me gustaría ser así. Pero no puedo. Soy muy cobarde, no me atrevo». Cuando decides ir tras tus objetivos es normal que tengas miedo, que te sientas inseguro, que pases por altos y bajos emocionales. Pero todo eso nunca debe ser un freno, no eres un cobarde, tienes miedo en este momento, que no es lo mismo.

Aprovecha esa sensación de inseguridad y haz que superarla sea un reto personal.

5. Es imposible que yo lo consiga, no soy suficientemente bueno

Nadie nace enseñado. Nadie es suficientemente bueno haciendo algo hasta que lo ha hecho muchísimas veces. Eres igual de válido que cualquier otra persona para alcanzar el objetivo que te propongas. Sólo debes tener en cuenta que antes de tener éxito, te tropezarás con muchos obstáculos y tendrás que hacer frente a diversos fracasos.

6. Ahora no es el momento

¿Cuándo va a ser el momento adecuado? Muchas personas creen que en el momento adecuado para empezar el camino hacia su objetivo sonará una especie de alarma interna que les dirá algo así como «ahora es el momento, sin ninguna duda».

Aunque esa certeza puede darse en alguna ocasión, lo más probable es que si esperas que aparezca acabes por no moverte. Cualquier momento es bueno para empezar, simplemente visualiza tu objetivo y ves caminando poco a poco hacia él, sin pausa pero sin prisa.

7. Es demasiado tarde

«Se ha pasado mi momento». Probablemente estabas esperando que sonara la alarma interna de la que hablábamos en el punto anterior y no sonó. Y ahora miras hacia atrás y piensas que, quizá, aquél momento sí era el adecuado.

¿Quién te dice que de aquí a unos meses no mirarás hacia este momento presente y te dirás a ti mismo «vaya, aquél era el momento»?

8. La crisis

Si un efecto ha tenido la crisis económica en la que estamos inmersos ha sido el «miedo a hacer» que nos ha impuesto. Analiza tus objetivos y piensa de una forma objetiva cómo «la crisis» puede afectarlos.

Es cierto que hay que ser cuidadoso y que no podemos tirar la casa por la ventana, pero para los que se han atrevido a ir a por sus objetivos a pesar de la crisis, ésta ha sido un empujón para conseguir lo que realmente querían.

9. Soy muy mayor, muy joven, muy alto, muy bajo…

A no ser que tu objetivo sea ser «niño prodigio» con 50 años, en cuyo caso lo tienes realmente complicado, la edad o tus características físicas nunca deberían ser un impedimento para permitirte hacer cualquier cosa que quieras.

Hay muchas personas que han sido muy destacadas en sus trayectorias vitales o profesionales y que las iniciaron cuando ya tenían unos cuantos años. Personas que han decidido sobreponerse a los cánones de belleza marcados y han perseguido su objetivo hasta conseguirlo. ¿Por qué no puedes ser tu uno de ellos?

10. Todo está inventado

Parece que con todos los avances tecnológicos y de diseño en general que ha habido en las últimas décadas ya no quede nada por inventar.

Aunque pueda parecer cierto, puedes encontrar muchísimas ideas que han tenido y están teniendo mucho éxito, innovando cosas que ya estaban inventadas o creando nuevas. Todos los avances comportan también nuevas necesidades, quizás la idea que tienes no es tan descabellada como te parece y puede funcionar.