Siquia, psicólogos online

Día 1 de septiembre. Somos muchos los que nos reincorporamos a nuestro puesto de trabajo después de unas semanas de vacaciones. Los más afortunados habrán podido disfrutar de unos días relajados en algún lugar paradisíaco donde, sin ninguna duda, desearían poder volver en este mismo momento.

Pero para la mayoría las vacaciones han acabado y sólo nos queda esperar a que lleguen las próximas y planificarlas con cariño y esmero para que sean inolvidables. Y la realidad es que para eso queda mucho y no motiva demasiado a retomar el día a día, la rutina, con muy buena cara.

Además vamos arrastrando un sueño espantoso, hemos acostumbrado a nuestro cuerpo y nuestra mente a un horario de vacaciones, ir a dormir tarde, levantarnos aún más tarde, comer cuando nos apetece, no tener que estar pendientes del reloj… y de repente volvemos al trabajo y tenemos que estar a pleno rendimiento, cumpliendo objetivos y horarios, sin distraernos y focalizados. Esta presión puede resultar muy estresante ya el primer día.

Para que no empecemos el año lectivo ya estresados de buenas a primeras, aquí van cuatro consejos que te ayudarán a llevar la vuelta al trabajo con mejor humor y menos traumáticamente.

1. No pretendas hacer todo el trabajo hoy

Parece que hace un siglo que no trabajas. La desconexión ha sido tan grande que ni siquiera recuerdas tu contraseña en el ordenador o la combinación para abrir la taquilla. Tranquilo, es normal y es un buen indicador de tu capacidad de desconectar del trabajo. Un punto muy importante para tu salud mental.

Probablemente tengas muchas tareas acumuladas, es posible que mientras has estado fuera nadie haya podido hacer tu trabajo y ahora lo tengas acumulado. No te agobies,  podrás hacer todo el trabajo, pero por partes.

  • Clasifica el trabajo en «urgente» (aquello que es realmente imprescindible hacer hoy), «importante» (aquello que debería quedar hecho a final de la semana) y «para más tarde» (aquello que puede esperar hasta la próxima semana).
  • No pongas más de 2 ítems en la categoría de «urgente» para un mismo día. Procura que las urgencias sean realmente eso, urgentes.
  • Hasta que no hayas finalizado las dos tareas urgentes no empieces con las importantes. No pienses siquiera en ellas, ya les dedicarás tiempo cuando sea necesario.

2. Sal a tu hora

No caigas en el error de empezar de nuevo con mal pie. Tienes una hora de salida del trabajo y debes respetarla. Si no lo haces la sensación de agobio será enorme, aunque sólo sea por comparación con las últimas semanas en las que tenías todo el día para hacer lo que quisieras.

Dedícate a trabajar duro para quitarte de encima por lo menos las tareas urgentes y cuando sea tu hora, sal del trabajo y disfruta de lo que te quede de día libre.

3. Haz descansos

Cambiar el ritmo de golpe es algo complicado. No puedes pretender rendir al mismo nivel hoy que hace dos meses. Es normal, no te agobies. Respeta a tu cuerpo y tu mente y si normalmente haces sólo un descanso en tu jornada laboral, durante esta primera semana haz por lo menos dos o tres.

Aprovecha estos descansos para salir a respirar un poco de aire, o para tomarte ese café sin el que no puedes tirar adelante. Puedes aprovechar también para hacer algunos estiramientos, la silla de la oficina nunca será tan cómoda como el sofá de tu casa, es normal que necesites algunos días de re-habituación.

Eso sí, haz los descansos de verdad. Es decir, descansa y desconecta todo lo que puedas durante ese pequeño rato. No hace falta que sean descansos de media hora, mejor hacer varios y más cortitos (por ejemplo de 5 o 10 minutos). Lo suficiente como para despejar un poco la mente y volver más descansado a tu puesto.

4. Celebra la vuelta al trabajo

Ahora voy a tirar de tópico: «tienes un trabajo, eres afortunado». Independientemente de si te sientes así o no, lo cierto es que deberíamos acostumbrarnos a quejarnos menos y celebrar más las cosas.

Así que ahí va mi propuesta: durante esta semana, cada día al salir del trabajo (¡a tu hora!) regálate un rato para ti. Celebra que has superado un día más en el trabajo (y que queda un día menos para las siguientes vacaciones). Programa todos los regalos de todas las tardes hoy mismo:

  • Lunes: me voy de cañas con los amigos
  • Martes: me compro un perfume
  • Miércoles: me estiraré en el sofá a ver la tele
  • Jueves: me iré al cine
  • Viernes: cena con los amigos

Esto es solo un ejemplo. Si no quieres gastar dinero en estas celebraciones, por supuesto también puedes hacerlas, simplemente piensa en lo que te gustaría hacer después del trabajo para celebrarlo y haz un pacto contigo mismo, llévalo a cabo.