6 consejos para sobrevivir al despecho tras una ruptura de pareja

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Eric y Patricia llevaban 12 años de presunta feliz relación. Hasta que un día, él decidió usar las redes sociales de una forma más activa. Tres meses después, Patricia estaba en la recepción de mi consulta de psicología hecha un mar de lágrimas y estrujando una nota: “Solo me ha dejado esto ¿qué he hecho mal?”. Cuando un par de semanas más tarde ella comprende que no es lo que ella ha hecho mal, nace en Patricia una profunda sensación de ira. Sigue sin saber nada de Eric y me pregunta, “¿Qué me está pasando? Si yo no soy así”.

Me estoy enamorando locamente…

¿Existe, realmente, la locura de amor? Sí, algo muy parecido. Véase, me encuentro con alguien que me llama poderosamente la atención y empiezo a creer firmemente – aunque sea una decisión unilateral- que es “el hombre de mi vida”. Así que haré todo lo posible por conocerle.

Sin embargo, ya lo tendré tan idealizado desde el principio, que convertiré sus defectos en virtudes y ensalzaré aún más sus virtudes, de modo que se convertirá casi en el “hombre perfecto” y acabaré muy enamorada, enganchada a él.

Estaré tan embriagada por el elixir de amor, que dejaré de ver las cosas claramente y, probablemente, las veré bajo el prisma de él, habré dejado mi voluntad en sus manos. Pero, si eso es así, solo estaría dando muestras de mi propia inseguridad ya que necesitaría depender de una figura a la que, en realidad, he idealizado. Este es el principal problema en el caso de que la relación acabe en ruptura: no puedo esperar del otro que me quiera de la misma manera que lo hago yo.

Y mucho menos se puede obligar a nadie que no te quiere, a que lo haga. Este es el punto de inflexión del despecho: Yo le quiero, por tanto, debe quererme. Si esa persona no te quiere a su lado, piensa que vales demasiado como para estar suplicando amor a quien no te lo quiere dar.

Levántate,  limpia tus cicatrices y convéncete de tu capacidad para estar al lado de alguien mejor, con unos sentimientos reales. Y, sobre todo, nunca te excedas; nunca acoses a tu ex, tiene tanto derecho a rehacer su vida como tú. Ambos debéis continuar vuestro camino, sin mirar atrás.

chica pensando

Cómo convivir o acabar con el despecho

En ambos casos, se debe pasar por la fase de duelo correspondiente. Antes de llegar al final del mismo – el cual puede ser largo y duro- se van a pasar diversas etapas: sorpresa, negación,… Estás convencido de que os seguís queriendo. Pero no deberías hacerte falsas ilusiones ni expectativas poco realistas. Por tu bien – culpa – te creerás responsable de que esa persona no esté contigo.

Pero, cuidado, nuevamente te estás engañando. Todos tomamos nuestras propias decisiones. Si no está contigo, es porque así lo ha decidido y ello es absolutamente independiente de tu voluntad. Atravesarás etapas de rabia hasta ira por la persona que te ha dejado, tristeza y aceptación. Este es el momento en el que te das cuenta que, cuando has caído hasta lo más hondo, ya sólo queda subir. Te distancias algo de la situación y miras el futuro con más perspectiva que no lo habías hecho hasta ahora.

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La venganza

Según un estudio de la Universidad de Missouri (Barber & Cooper, 2014), un 35% de aquellos que finalizan una relación de larga duración deciden mantener relaciones sexuales de una forma desenfrenada mientras que el 25% lo hacen de manera más esporádica.

En este intento de “olvidar” a la persona que un día te hiciera feliz, no se dejan de cometer errores importantes por parte de quien debería olvidar:

  • Iniciar otra relación inmediatamente. Debes dar y darte tiempo. Es necesario para completar totalmente la fase de duelo. Con cada discusión volverá el miedo a perder la relación.
  • Tomar alcohol y/o sustancias de abuso para “olvidar”. No es la solución porque ni se olvida ni la otra persona va a volver.
  • Consumir antidepresivos. Su consumo ayuda ya que actúan a nivel del sistema nervioso central pero no curan porque, de hecho, que te deje tu pareja no es ninguna patología. A no ser que te lo recete el médico o psiquiatra, no es necesario el consumo de medicamentos.
  • Aislarse en el trabajo. No es recomendable porque hace que la persona se hunda en una profunda tristeza que puede acabar en un trastorno depresivo mayor.
  • Chantajear emocionalmente a la otra persona. Con tal de recuperarla, hay quienes se inventan embarazos inexistentes, enfermedades e, incluso, hay los que llegan a las tentativas autolíticas o tanatolíticas.
  • Somos amigos. Es otra manera de no cerrar el duelo. Cuando una pareja rompe no puede continuar siendo amiga, al menos de una forma inmediata. Origina resentimiento y rencor que llevan a una relación basada en la dependencia y el autoengaño.

Cómo superar el despecho

  • ¡Olvidate de la venganza!¡ Pasa página! Si nos dejan, la otra persona queda como la fuerte mientras que nosotros quedamos en una posición de inferioridad. Es, por ello que queremos revertir este sentimiento y, aunque tengamos que esperar, buscaremos el momento propicio para despreciarlo del mismo modo que hiciese con nosotros. Es importante que pases página: olvídate de esa persona, sigue tu vida e intenta ser tan feliz como puedas. Y recapacita; posiblemente esta vez, has “perdido” pero, quizás, la vida te tenía preparado que aprendieras que, para ganar, debes estar dispuesto a perder en algún momento. Esta  es la principal clave de superación el despecho.

«El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo” (Churchill)

  • Contacto cero. Ningún recuerdo. Cualquier cosa que nos pueda recordar a la otra persona: regalos, fotos, accesorios personales,… solo sirven para mantener puertas mentales abiertas que sirven para la venganza, la idealización, que dificulta el cierre del duelo.

Lo más importante, una vez acabamos una relación es coger una caja de cartón y, en ella, colocar todos los objetos que tengamos de la relación. Asimismo, es importante borrar su contacto de WhatsApp – porque si no caeremos en la tentación de mirar cómo, con quién, cambia su foto, lo cual sólo nos producirá más dolor así como nuestra vinculación con la otra persona, en cualquier red social que compartiéramos en su día.

  • ¡No te quedes en casa!  Esa es la mejor manera de que tus pensamientos acerca de los porqués, sí, esos que no tienen respuesta, te llenen la mente y te bloquean emocionalmente, produciendo un verdadero trastorno psicológico. Por ello, ¡levántate! Mira que día más maravilloso te ha sido dado y ocupa tu tiempo de ocio: haz ejercicio, pasea por la playa, ve al cine o al teatro, disfruta de cenas con tus amigos, busca nuevos retos en el trabajo… tu tiempo es tuyo y necesitas recuperar tu seguridad ¡a por ello!
  • Sé positivo.  Incluso de aquello más negativo que creemos que nos ocurre se puede extraer una experiencia positiva, que te hará crecer emocionalmente, como persona. Probablemente, ahora no lo veas pero es que, quizás ahora, tu actitud ahora no es precisamente, la más abierta y positiva posible. Lo más importante es lo que piensas acerca de tener una relación.
  • No sientas lástima. Debes intentar superarlo aceptando todos los errores que tanto uno como el otro hayáis cometido y siendo conscientes de los mismos, más que nada, para no volver a cometerlos. Pero si sientes lástima por ti mismo, por la relación rota, acabarás generando una sensación de lástima en tu entorno y, como ya hemos dicho, esto hará que proyectes una imagen de persona dependiente e insegura, con baja autoestima, que en nada te favorece. La vida continúa, no te cierres a nuevas posibilidades que, con esta actitud, no vas a ver.
  • Mantén el contacto con tu contexto familiar y social. Ahora más que nunca, necesitas el apoyo y el afecto de tu familia y amigos. Permíteles que estén cerca de ti, que compartan tus emociones y sentimientos, te aportarán tiempo de calidad y te ayudarán a recordar cómo eras, cómo te comportabas antes de la relación que se acaba de romper.

Te debería ser más fácil adoptar una perspectiva más realista de aquello que está ocurriendo – apoyado por aquello que te cuentan familia y amigos- Y, de esta manera, evitaran que salgas corriendo detrás de tu ex suplicándole una reconciliación – aunque sepas que no va a funcionar; ya sabes “segundas partes, nunca fueron buenas”- pero que, muchas veces, tras la ruptura.

Imagen de Maria Dolors Mas
Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
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