Mantener una comunicación asertiva es la mejor manera para expresarse mientras respetas tus ideas y las de los demás. Sin embargo, no siempre es fácil poner en práctica esta actitud, por eso, vamos a darte 9 consejos para practicar la asertividad sin perder tu personalidad.
¿Qué es la asertividad?
El término ‘asertividad’ hace referencia a la capacidad de comunicar nuestros sentimientos y necesidades a las personas que nos rodean sin herir y ofender a los demás.
Se trata de una capacidad social con la que aprendemos a expresar nuestros sentimientos y emociones, respetándonos a nosotros mismos y al resto. Es una forma de comunicación en la que se elimina tanto la pasividad como la agresividad para mantener una conversación activa y respetuosa.
Entonces, ¿qué es ser asertivo? Asertivo o asertiva es aquella persona que utiliza la asertividad para comunicarse, es decir, que su conducta se basa en el respeto tanto hacia los demás como hacia sí mismo. La clave en las habilidades sociales es saber comunicarse con asertividad y empatía.
Asertividad y empatía ¿es lo mismo?
A menudo se confunde asertividad con empatía, sin embargo, no son pueden usar simultáneamente. La empatía es la capacidad de «ponernos en la piel del otro». Es decir, sentir como propias las emociones ajenas y actuar pensando en las personas que nos rodean.
La empatía es una característica de la inteligencia emocional muy importante y muchas veces se relaciona directamente con la asertividad. Esto ocurre porque para poder ser asertivos, necesitamos desarrollar la empatía.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre asertividad y empatía?
Como hemos dicho, la conducta asertiva incluye tener empatía. La diferencia entre dichos términos es que el objetivo de la asertividad es expresarse hacia el exterior, mientras que la empatía es justo lo contrario. Esta última es el canal mediante la información entra en el procesamiento emocional.
9 consejos para ser asertivo sin perder la personalidad
Para mucha gente, trabajar una comunicación asertiva no es sencillo. Por eso, vamos a darte 9 consejos para conseguirlo sin dejar de ser tú mismo.
1. Empieza por situaciones comunes y pequeñas
Ser una persona asertiva puede resultar complicado tanto si eres pasivo como si eres agresivo. Para cambiar y mantener una comunicación asertiva, lo más adecuado es que comiences con situaciones sencillas y sin riesgo.
Por ejemplo, si el vaso que te han puesto en el restaurante está sucio, comunícaselo al camarero de forma educada. No pierdas los papeles enfadándote, ni te quedes callado. Puedes expresarte sin faltar al respeto.
Otra situación cotidiana en la que puedes practicar es en una quedada con amigos. Manifiesta qué plan quieres hacer, escuchando de forma activa al resto, pero expresando tu opinión.
Una vez que te sientas cómodo en estas situaciones de bajo riesgo, puedes aumentar la dificultad poco a poco.
2. Di ‘no’
Decir que ‘no’ es muy necesario. Ser considerado y respetuoso no está reñido con ser firme contigo mismo.
Al principio, decir que no puede hacer que te sientas nervioso e intranquilo, pero con el tiempo llegarás a sentirte bien y liberado.
Es probable que algunas personas no comprendan esta situación. No obstante, mientras te expreses educadamente y de forma considerada, no tienes que sentirte responsable de su reacción.
3. Sé directo y simple
En ocasiones tendemos a justificarnos, explicarnos y dar detalles de nuestra opinión, sin embargo, no siempre es necesario. Puedes expresarte de manera cortés directa y simple sin tener que dar rodeos. Di lo que sientes y deseas -siempre respetando al resto-.

4. No tienes que justificar tu opinión
Ligado al consejo anterior, no des más explicaciones de las que consideres necesarias solo para que tu comentario tenga más peso. Las personas no asertivas, tienden a agradar y se sienten obligadas a dar una explicación o una justificación para cada elección que hacen, incluso aunque la otra persona no la haya pedido.
Cuando tomas una decisión o das una opinión con la que otros no están de acuerdo, un modo en el que van a tratar de ejercer control sobre ti será exigiendo que des una justificación de tu elección, opinión o comportamiento. Si no encuentras una razón suficiente, suponen que debes estar de acuerdo con lo que quieren.
5. Utiliza el “yo”
Al hacer una petición o expresar desaprobación usa el “yo”. Lo más adecuado es hablar siempre en primera persona. Enfócate en expresar tus sentimientos, pensamientos o ideas, sin desmerecer al resto de personas.
Es decir, en vez de expresar: “Eres un egoísta. Te crees que eres el único que tienes cosas que hacer”, debes enfocarlo en tu persona: “Considero que no tengo tiempo para hacerlo, no puedo”.
6. Utiliza el lenguaje corporal y el tono de voz
A la hora de solicitar algo, debes expresarlo también mediante tu postura y tono. Para no pasar desapercibido y que tu posición sea pasiva, tienes que parecer seguro cuando solicites algo o indiques una preferencia.
Inclinarse hace adelante, sonreír o mantener una expresión facial neutra, mirar a la cara a la persona, ponerse incluso de pie, son movimientos que denotan seguridad. También es aconsejable hablar con claridad y en voz alta.
7. No pidas perdón por expresar un deseo o necesidad
Al menos que estés pidiendo algo que sea manifiestamente irrazonable, no hay razón para sentirse culpable o avergonzado por expresar una necesidad o deseo.
Ser asertivo es comunicar. Así que no pidas disculpas cuando pides algo. Solo hazlo de manera educada y espera a verla reacción de la otra persona.
8. Sé persistente
En muchas ocasiones puede que no encuentres respuesta a tus solicitudes, pero no por ello tienes que dejarlo pasar. Habla más alto, repítelo, hazte escuchar. No te limites a considerar que lo has intentado y no ha tenido éxito.
Sé persistente e insiste cuando quieras conseguir algo. Como decimos, hazlo de manera educada y respetando a la otra persona, pero no te calles. Ni la agresividad ni la pasividad van a ser buenas compañeras en la consecución de objetivos y metas.
9. Mantén la calma
Lógicamente, no todo el mundo va a estar de acuerdo con tu opinión y pueden que te rebatan. En estas ocasiones lo ideal es que mantengas la calma y pienses la respuesta -si es que quieres contestar- más educada y acertada. No debes ponerte a la defensiva, ni tampoco hacerte pequeño. Defiende tu idea si así lo consideras.

En definitiva, a veces es necesario ocultar sentimientos, sin embargo, aprender a expresarlos de manera asertiva es importante. Respetar tus propias ideas y pensamientos, así como los del resto de la gente es fundamental para ganar confianza en ti mismo y mejorar tus relaciones sociales. Además, una acción asertiva te acercará más a tus objetivos que una agresiva o pasiva.
Si tienes problemas para desarrollar esta capacidad y comunicarte de manera neutra, puedes solicitar ayuda a un profesional de Siquia que te guíe durante este aprendizaje. Comenzarás a notar los resultados en tus relaciones sociales.
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Es importante aprender a comunicarse