La psicóloga Mª Jesús Álava es autora de "La buena educación".
La psicóloga Mª Jesús Álava es autora de «La buena educación».

«Los niños españoles están mucho peor preparados para la vida y para enfrentarse a la realidad que las generaciones de hace 15 o 20 años”, afirmó la psicóloga María Jesús Álava. Esta es una de las principales tesis del libro ‘La buena educación’ que la conocida psicóloga ha escrito junto a la directora del colegio Estilo de Madrid, Susana Aldecoa, y que la Esfera de los Libros acaba de publicar. En declaraciones a Servimedia, Álava destacó que “nuestros niños y adolescentes están mucho peor preparados para la vida que los alemanes, ingleses o belgas”, pues “son mucho más inseguros y débiles que la generación anterior”.

Más de la mitad de los jóvenes no se sienten felices ni satisfechos”, sostiene el libro, a lo que Álava agrega que “se les ha sobreprotegido tanto, que a la primera que vienen mal dadas, se bloquean y se hunden”. “Es paradójico que ahora tengamos a la generación con más preparación y más títulos de la historia, pero también la que más problemas tiene para comunicarse, expresar emociones y actuar con espíritu crítico”, subrayó. Según la autora, en el sistema educativo “se han primado los saberes técnicos y se han descuidado la lectura y la comprensión integral; el debate; la capacidad para expresarse y pensar; el fomento de la creatividad individual; la observación; la reflexión, y la memoria, que está muy desprestigiada, pero que es básica para fijar lo aprendido”.

“Lo vemos en las entrevistas de trabajo que tienen que hacer nuestros jóvenes, donde manifiestan verdaderos problemas para defender una exposición en público”, señaló. De este modo, las autoras alertan en su obra de que “o levantamos las alarmas o vamos al fracaso no solo escolar, sino emocional”, pues al desarrollar “más dificultades para expresar sus emociones y lo que necesitan, (los niños) son más vulnerables y manipulables”.

“A los psicólogos nos llegan más casos de ataques de ansiedad que nunca y muchos problemas de conducta”, sentenció. “Si hace 15 años el 77% de los casos que veíamos se debían a dificultades de aprendizaje, ahora esto se debe a trastornos de conducta, y es que al ser más inseguros, también son mucho más agresivos”. «Antes nadie hablaba de educación emocional, pero valores como el respeto, la solidaridad, la reflexión y el espíritu crítico estaban mucho más presentes en el aula”, destacó Álava, para quien “nunca los padres se han preocupado tanto por la educación (como ahora) y nunca han estado tan despistados”.

A esto hay que agregar la falta de autodisciplina y de motivación, problemas de la educación actual a los que, según esta psicóloga, “hemos llegado por una suerte de ‘efecto péndulo’”, para sobrecompensar la rigidez del pasado”. No se trata de “introducir dos o tres asignaturas y reordenar el currículum, sino de incorporar valores que faltan en clase y en toda la sociedad”, afirmó. Así por ejemplo, los niños cada vez tienen menos hermanos y juegan menos con otros iguales; los padres disponen de poco tiempo para dedicarles, y “es muy llamativo la cantidad de horas que niños muy pequeños (de seis años) pasan solos”.

Precisamente porque la sociedad es distinta y eso no se puede cambiar, nuestros hijos tienen ahora un entorno más complicado, y debemos compensar las carencias y ayudarlos más”, subrayó Álava. Por ello, recomendó en primer lugar a padres y colegios “ponerse de acuerdo y fijar una única directriz educativa”; acudir a los educadores “al primer signo de mala conducta en casa”; “pasar más tiempo con los hijos, ya sea en actividades de fin de semana o al menos cenar con ellos”, y establecer “unos límites claros a los niños”.

“Los adolescentes se sienten más seguros y felices cuando desde fuera se les dice hasta dónde pueden llegar”, prosiguió la psicóloga, para quien “lo de querer ser el colega de un hijo es un horror”. Por último, alertó de que “la tecnología no puede suplir a la persona”, y señaló que “nuestros adolescentes pasan un mínimo de tres horas al día conectados a redes sociales, pero luego desarrollan muchos problemas para relacionarse con los compañeros”. En esto, que es de nuevo un signo de los tiempos, “también les debemos ayudar”, concluyó.