El acoso moral se da tanto hacia hombres como hacia mujeres. Hablamos de una sistemática disminución de autoestima, un trabajo constante para que la persona dude de sí misma, una infravaloración sistemática que llega a hundir a muchas victimas no capaces de darse cuenta a tiempo y de rebelarse eficazmente ante esta situación.
Así, algunas señoras trabajan activamente en provocar disfunciones sexuales en el compañero. Los métodos para ello son variados y fáciles de poner en marcha. Reclamar relaciones sexuales justo cuando observan menor deseo o mayor cansancio en el esposo, pedir posturas coitales que requieren la mejor erección justo cuando se observa que ésta es menor, comparación con antiguos amantes mas duchos en el terreno sexual,.. Son métodos casi infalibles para provocar impotencia o falta de deseo en un hombre emparejado.
En otras ocasiones, observamos que la esposa rebate por sistema cuanto diga el cónyuge, señala con aspereza lo torpe que es, le compara con personas de manera y en temas que salga sistemáticamente mal parado… Poco importa que al poco rato ella opine lo que él opinó y por lo que se le criticó, igual da que el esposo tenga cualidades en las que destaca por encima de las personas con las que se le compara para que disminuya un poco mas su autoimagen.
Calzonazos, soso, falto de carácter, dominado,… Son calificativos que a veces reciben este tipo de hombres que no son mas que víctimas de una mujer cruel. Es como si a esas mujeres que son continuamente vilipendiadas por sus parejas, que son dominadas y maltratadas por sus compañeros aun sin que nunca hayan recibido el más mínimo maltrato físico las calificáramos con adjetivos similares aunque en femenino.
El que algunos hombres se comporten con sus compañeras sentimentales de esta repugnante forma no justifica que no seamos capaces de ver y de denunciar los casos en los que la víctima es el hombre y el verdugo la mujer. En mi opinión, los malos tratos psicológicos de mujer a hombre son tan frecuentes, aunque mucho mas negados, como los de hombre a mujer.
Si te encuentras en esta situación similar o conoces a alguien que atraviese por alguna parecida, buscas a un psicólogo, no dudes en consultar con un profesional. En Siquia puedes dejarnos tu consulta, en privado, aquí.
Sobre el autor de este artículo
Esteban Cañamares es psicólogo clínico y sexólogo con Nº colegiado M-09659. No le gusta hacer perder el tiempo ni el dinero a sus pacientes. Por ello, Esteban no adopta formas fijas de trabajo ya que considera que cada individuo necesitará una metodología concreta para ser ayudado. La franqueza, la honestidad y la confidencialidad caracterizan su trabajo como terapeuta, que además complementa con la escritura – ha publicado un total de cinco obras. Lo único a lo que dice “no” es al tratamiento de casos cuyo eje del problema sea la adicción a drogas ni deterioros orgánicos.