Hay conceptos que a menudo se enredan en nuestras cabezas: ¿Psicología es lo mismo que psiquiatría? ¿Actitud y aptitud son sinónimos? Son algunas de esas dudas que surgen a lo largo de la vida y que mucha gente no consigue resolver nunca.
Actitud y aptitud: no son lo mismo, pero necesitas ambas

Sin embargo, es necesario que aprendas a diferenciar entre actitud y aptitud. Si un profesor te dice: «No me gusta tu actitud», deberías saber que se refiere a tu forma de comportarte. Del mismo modo, si en una entrevista de trabajo el responsable de recursos humanos te dice: «Buscamos un perfil con otras aptitudes», te convendría entender que lo que necesitan es una persona con unas habilidades diferentes a las tuyas.

Pero las aptitudes no son el único factor clave si estás buscando trabajo o si, por el contrario, ya estás metido de lleno en la vorágine del mundo laboral. Debes saber que las empresas también valoran una buena actitud.
Para que puedas entrenar ambas cosas, vamos a enseñarte a diferenciar entre estos términos tan parecidos. Si quieres saber todo sobre actitudes y aptitudes, no dudes en seguir leyendo.
Triunfa en el mundo empresarial gracias a la actitud y a la aptitud
¿Estás buscando trabajo y quieres optimizar al máximo tus posibilidades de triunfar en el sinfín de entrevistas que te esperan? ¿Quieres pedirle a tu jefe un ascenso y necesitas mostrarle que cumples todos los requisitos para lidiar con la responsabilidad que supondría? ¿Acabas de entrar en una empresa y te gustaría mostrar a tus compañeros que puedes ser una pieza clave para el equipo?
Si la respuesta es sí, entonces tienes que aprender a sacarle el máximo partido a tu actitud y a tus aptitudes. Pero vayamos por orden. Lo primero es que aprendas a diferenciar entre lo que es la actitud y lo que es una aptitud.
¿Qué es la actitud?
La Real Academia Española define «actitud» en una de sus acepciones como «disposición de ánimo manifestada de algún modo». Es decir, cuando hablamos de actitud nos referimos a tu forma de ser y de comportarte.
Se trata de un concepto amplio, que abarca multitud de aspectos: tu personalidad en general, sí, pero también tu forma de ver las cosas, tu predisposición para enfrentarte a la adversidad, tu versatilidad, tu capacidad para mostrarte de manera natural con tu familia, tus amigos, tus compañeros…
En definitiva, podemos decir que el término actitud se refiere a todos los aspectos que determinan la manera en la que te enfrentas a lo que te sucede.
Cuando alguien hace referencia a la actitud de una persona en el entorno laboral, seguramente se refiera a un sinnúmero de cosas diferentes. Por ejemplo, es la manera en la que alguien se enfrenta a un nuevo proyecto, la forma en la que se relaciona con sus compañeros o el ánimo que muestra al ir a trabajar.

¿Y la aptitud?
El diccionario incluye varias definiciones de aptitud, todas ellas similares. Si nos tuviésemos que quedar con una nos quedaríamos, o bien con la «capacidad y disposición para el buen desempeño o ejercicio de un negocio, de una industria, de un arte, etc.», o bien con la «suficiencia o idoneidad para obtener y ejercer un empleo o cargo».
Y es que el de aptitud es un concepto bastante sencillo de comprender, dado que se refiere a las habilidades, tanto físicas como mentales, que presenta una persona para desempeñar una determinada tarea.
Como su propio nombre indica, tus aptitudes definen si eres apto o no para hacer algo. Lamentablemente, algunas aptitudes son innatas y no podrás obtenerlas por mucho que entrenes o estudies. Otras, sin embargo, pueden aprenderse mediante técnicas como el reskilling o el upskilling.
Por ejemplo, comúnmente se considera que el talento es algo innato. Hay gente que tiene habilidad para escribir. Hablamos de personas con facilidad para memorizar reglas ortográficas y gramaticales, para idear historias y para narrar con un estilo literario. Si no tienes este talento, es difícil que puedas escribir un libro como un profesional, por mucho que leas y escribas a menudo.
Si la actitud está estrechamente relacionada con la personalidad, las aptitudes lo están con los conocimientos y las cualidades.
Diferencias entre actitud y aptitud
Tus aptitudes definen lo que puedes hacer. Tu actitud, la forma que tienes de hacerlo. Dicho de otra manera, si la actitud se refiere al carácter de una persona, la aptitud se refiere a la habilidad.
Es cierto que son conceptos con cierta similitud. No obstante, comprender sus diferencias es muy fácil si se utiliza un ejemplo para explicarlas.
Vamos a utilizar un ejemplo que conocemos de primera mano: el ejemplo del psicólogo.
En el caso de un profesional de la psicología, podemos afirmar que tiene una buena actitud si está abierto a comprender a sus pacientes y no los juzga cuando le cuentan un problema. También si se esfuerza por buscar soluciones y por usar un lenguaje asequible para que el paciente entienda sus explicaciones.
Sus aptitudes, sin embargo, son otro cantar. Para realizar su labor correctamente un psicólogo tiene que tener conocimientos específicos de psicología y tiene que tener herramientas para aplicar esos conocimientos a casos reales. Además, debe saber cómo tratar diferentes patologías.
En Siquia contamos con un equipo de psicólogos profesionales que tienen la actitud y las aptitudes necesarias para tratar diversos problemas. Si te interesa contactar con un psicólogo online solo tienes que pedir cita.

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Pedir cita¿Importa más la actitud o la aptitud?
Ahora que sabes cuál es la diferencia entre ambos términos, quizás te preguntes cuál es más importante ¿Cuál de ellas es indispensable para triunfar en el mundo laboral, o para sacar adelante ese proyecto que ronda tu mente? Déjame decirte que la respuesta es: ambas.
No se puede separar lo que haces de cómo lo haces. Si quieres dar lo mejor de ti mismo, entonces debes cultivar tanto tu actitud como tus aptitudes. Cualquier oferta de trabajo que te encuentres seguramente pida un perfil con una actitud y unas aptitudes perfectamente delimitadas.
Lo mejor que puedes hacer es encontrar el equilibrio entre tener una buena actitud y tener buenas aptitudes.
Y también es importante que recuerdes que la perfección es una ambición poco realista. Tienes derecho a fallar y, de hecho, lo harás. Ser el mejor en un mundo con miles de millones de personas es casi imposible, así que será mejor que te conformes con ser la mejor versión de ti mismo.
Si estás buscando trabajo y sientes que tu perfeccionismo se ha convertido en un obstáculo, quizás sea el momento de poner tu salud mental en manos de un psicólogo.
En Siquia somos expertos en terapia online desde el año 2012 y a lo largo de nuestra trayectoria hemos ayudado a más de 1.600 pacientes a mejorar su estado de ánimo.
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