Todo lo que necesitas saber sobre la adaptación de los niños adoptados

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La adopción es un proceso mediante el cual una familia acoge a un menor como su hijo. Aunque este proceso supone una segunda oportunidad para el menor, los niños adoptados pueden presentar problemas como heridas de abandono y, en multitud de ocasiones, necesitarán enfrentarse a un proceso de adaptación a su nueva situación.

El apego en los niños adoptados

El abandono sufrido por los niños adoptados a menudo les lleva a desarrollar un apego inseguro que puede complicar su proceso de adaptación a la familia y a la escuela.

El apego es un vínculo que se desarrolla durante los primeros meses de vida, entre un niño recién nacido y sus padres. Su función es asegurar la protección y la seguridad de los niños.

Este lazo sentimental influirá en la forma en la que las personas se relacionan con el entorno y en la forma en la que estas perciben el mundo. Cuando el niño recibe cuidados y atención por parte de sus padres aprenderá a confiar y a explorar el mundo con total libertad.

Por el contrario, cuando el niño no recibe protección por parte de sus padres, crece siendo una persona desconfiada e insegura.

A menudo, el abandono sufrido por los niños adoptados les hace desarrollar un apego inseguro que les lleva a vivir con miedo y desconfianza, a desarrollar problemas para relacionarse con el resto e incluso a tener dificultades para controlar emociones como la ira o la tristeza.

Cuando sus necesidades básicas no son cubiertas durante los primeros meses de vida, los niños adoptados pueden desarrollar tres tipos de apego inseguro:

  • Apego ansioso: aparece cuando la presencia de los padres es intermitente. El niño se enfrenta a las amenazas sin saber si sus padres estarán presentes para ayudarle. Por eso desarrolla problemas como dependencia emocional, miedo al rechazo y dificultades para relacionarse.
  • Apego evitativo: aparece cuando los padres están ausentes. El niño se aísla del mundo y no reacciona ante las amenazas. Por eso desarrolla problemas como baja autoestima, tendencia al aislamiento y dificultad para comprender las emociones.
  • Apego desorganizado: aparece cuando el niño es maltratado por sus padres. El niño no confía en ellos y no consigue tranquilizarse ni cuando está solo ni cuando está en presencia de los padres. Por eso le cuesta gestionar sus emociones, tiende a aislarse de los demás y es propenso a padecer problemas psicológicos.

Cuando los niños adoptados presentan problemas de apego, contar con la ayuda de un psicólogo online especializado en terapia infantil puede ser la solución.

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Vivencias que complican el proceso de adaptación de los niños adoptados

La adaptación de los niños adoptados a su nuevo hogar y a su nuevo centro educativo no siempre es fácil.

A menudo, los menores han pasado por situaciones complejas de gestionar, especialmente en la infancia, cuando el cerebro no dispone de las herramientas necesarias para afrontar las dificultades de manera saludable.

Erróneamente se cree que la edad influye en el grado de adaptación de los niños adoptados a su nuevo entorno. En realidad, las vivencias que pueden hacer que el proceso de adaptación se complique son:

  • Maltrato físico, psicológico o trato negligente por parte de los padres o las personas responsables. Cuanto más tiempo dura la situación de maltrato, más difícil le resultará adaptarse.
  • Intermitencia o ausencia de las figuras de cuidado, que les lleva a desarrollar un apego inseguro.
  • Abandono durante los primeros años de vida. Cuanto más pequeño es el niño abandonado, peor es la herida de abandono.
  • Falta de información acerca de su propia historia. En ocasiones los padres adoptivos creen que hacer saber a sus hijos que son adoptados les hará daño. Sin embargo, los expertos señalan que lo mejor es explicárselo antes de que cumplan los seis años.
niños adoptados

Problemas más comunes

  • Dificultad para gestionar las emociones

La ausencia de figuras de referencia que les sirviesen como modelo para la gestión emocional les hace comportarse de manera instintiva.

Los niños adoptados a menudo se dejan llevar por emociones como la rabia, la tristeza o el deseo de placer. Cuando son pequeños no comprenden del todo lo que les ocurre y pueden manifestar esta dificultad para gestionar las propias emociones diciendo que hay algo dentro de ellos que les obliga a actuar así.

  • Visión distorsionada de la realidad

El apego inseguro hace que los niños adoptados desconfíen de todo aquello que les rodea.

Para ellos el mundo es un lugar lleno de peligros, sin nadie que les proteja. Por eso reaccionan poniéndose una coraza con la que se protegen de las posibles amenazas. Esto puede llevarles a actuar de manera pesimista o victimista.

  • Baja autoestima

La ausencia, la intermitencia o los malos tratos que marcaron la relación con sus padres biológicos les lleva a pensar que hay algo malo en ellos que provocó que les tratasen así. Las dificultades a las que se enfrentan en su día a día no hacen más que reforzar el sentimiento de que carecen de valor.

¿Cómo ayudar a los niños adoptados a adaptarse a su nuevo entorno?

El abandono sufrido durante los primeros años de vida hace que los niños adoptados necesiten un mayor acompañamiento. Por eso es necesario que los adultos responsables tengan paciencia, tanto en casa como en la escuela, y estén dispuesto a repetir las cosas varias veces y a acompañarles en el desempeño de las tareas.

Además, es necesario utilizar grandes dosis de refuerzo positivo. Los niños adoptados necesitan que el aprendizaje vaya siempre aderezado con mucho cariño, pues las reprimendas les minan la autoestima y les bloquean.

En la escuela, necesitan llevar su propio ritmo de aprendizaje. Deben verse reforzados por los maestros cada vez que hacen algo bien, incluso si el resto de niños aprendieron a hacerlo hace mucho tiempo, porque, según adoptia «cuando se perciben con capacidad para abordar la actividad y se les facilita la consecución, se concentran mejor».

Debes comunicarte de forma clara y asertiva con ellos y asegurarte de que comprenden todo lo que les dices. Además, debes gestionar correctamente tus propias emociones y evitar las muestras de enfado, pues puede hacerles revivir experiencias desagradables de su pasado.

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Imagen de Lucía Lorenzo
Sobre Lucía Lorenzo Lucía Lorenzo es Graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, donde descubrió su gran interés por los temas relacionados con la salud, especialmente con la salud mental, la gran olvidada en las enseñanzas universitarias. Entre sus inquietudes se encuentran el feminismo y los derechos LGBT. Ganadora de un premio de relato corto en el año 2013, disfruta escribiendo tanto noticias como ficción.
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