Últimamente ha aumentado de forma exponencial la demanda de terapia para adolescentes. Con una problemática muy diversa pero, la mayoría de ella, relacionada con problemas de la fase de la vida: “¿ qué voy a hacer si…?” “¿y si no consigo…?”, “¿ y si no puedo…?”, de modo que los “ y si…” se han convertido en los visitantes más asiduos de mi consulta.
¿Sabemos lo qué es la adolescencia?
El término adolescencia proviene de “adolescere”,es decir, crecer. Por tanto, es un periodo en que la persona crece – a todos los niveles – al mismo tiempo que entran en crisis sus valores.
La adolescencia se inicia a los trece años – preadolescencia- y termina finalizando los diecinueve años. Va acompañado de una rápida aceleración del crecimiento físico y, por tanto, de una variación en las dimensiones del propio cuerpo
Según la mayoría de autores, esta fase es una transición entre la infancia y la etapa adulta caracterizada por profundas transformaciones, la mayoría de las cuales son positivas. Al mismo tiempo, el adolescente entrará en la búsqueda del sentido de las cosas que le llevarán a poder tomar decisiones por sí mismo.
Para respiro de los padres y tutores y de los propios adolescentes, esta es una etapa pasajera, temporal, fugaz, aunque aprenderá una serie de vivencias que formaran parte de su vida y de su aprendizaje psicosocial y cultural durante la vida adulta.
¿Cómo un adolescente decide ir?
Últimamente ha aumentado de forma exponencial la demanda de terapia para adolescentes, con una problemática muy diversa pero la mayoría relacionada con problemas de la fase de la vida: “¿y qué voy a hacer si…?”, “¿y si no consigo…?”, “¿y si no puedo…?”. De modo que los “y si…” se han convertido en los visitantes más asiduos de mi consulta.
¿Sabemos lo qué es la adolescencia?
El término adolescencia proviene de “adolescere”,es decir, crecer. Por tanto, es un periodo en que la persona crece – a todos los niveles – al mismo tiempo que entran en crisis sus valores.
La adolescencia se inicia a los trece años – preadolescencia- y termina finalizando los diecinueve años. Va acompañado de una rápida aceleración del crecimiento físico y, por tanto, de una variación en las dimensiones del propio cuerpo.
Según la mayoría de autores, esta fase es una transición entre la infancia y la etapa adulta caracterizada por profundas transformaciones, la mayoría de las cuales son positivas. Al mismo tiempo, el adolescente entrará en la búsqueda del sentido de las cosas que le llevarán a poder tomar decisiones por sí mismo.
Para respiro de los padres y tutores y de los propios adolescentes, esta es una etapa pasajera, temporal, fugaz, aunque aprenderá una serie de vivencias que formaran parte de su vida y de su aprendizaje psicosocial y cultural durante la vida adulta.
¿Cuándo acudir al psicólogo?
La mayoría de los adolescentes no busca terapia por iniciativa propia. Lo más frecuente es que sean los padres, algún profesor o tutor, un asesor juvenil o incluso un amigo quienes consideren/aconsejen que la terapia es necesaria.
Pero, independientemente, de si el adolescente acude por deseo propio o contra su voluntad- aunque el enfoque de la terapia será distinto- es muy importante que nos aproximemos lo máximo posible al joven y le invitemos a compartir sus opiniones con nosotros como padres.
Así, por ejemplo, puede ser útil implicar al joven en el proceso de encontrar a “su” terapeuta. Un ejemplo nos lo da Lynn Loar (2001) que ha recomendado entregar una lista de profesionales expertos a las familias que requieran un psicoterapeuta infanto-juvenil, de manera que sea el propio adolescente quien pueda llamarle por teléfono y hacerle unas breves preguntas tras las cuáles decidir si empieza o no terapia. Esta es una forma en que el adolescente se halla más implicado y la terapia tiene mayores posibilidades de éxito.
Esto es especialmente útil en los adolescentes derivados a consulta en contra de su voluntad. Se denomina “ilusión de alternativas” ( Cade y O’Hanlon,1993). No se le da ninguna alternativa al joven respecto de lo que va a suceder ( tienes que ir a terapia) pero sí respecto a cómo va a suceder ( puedes escoger el terapeuta de una lista preestablecida). Si acepta o no esta invitación para implicarse en la selección del psicólogo y la demanda, ya es cuestión del adolescente.
¿Qué ocurre en la primera entrevista con el psicólogo?
Ante todo ¡tranquilidad! Los psicólogos no somos gente peligrosa… Por ello, ¡fuera miedos! Entiendo que no vayáis a ser amigos pero si le das una oportunidad, sólo una, quizás tiene cosas interesantes que decirte que resuelven tu malestar, disipan dudas o te ayudan a encontrar ese camino que ahora mismo no ves. Si quieres probar esa primera sesión sin coste déjanos aquí tus datos y te contactamos.
Algunos psicólogos clínicos no se sienten a gusto con la palabra “entrevista” ya que piensan que supone una relación asimétrica. En realidad, el terapeuta permanece abierto, flexible, cálido y empático, animando al joven a tomar la iniciativa en algunas de las decisiones que se tomarán como quién va a acudir a cada sesión o cuándo se hará la primera sesión de tratamiento.
Durante la primera entrevista, el propósito general es saber quién es esta persona que tengo delante, qué le ocurre y si puedo ayudarle en su caso o si debo derivarlo a otro profesional o a otro recurso de la red de salud mental.
Las preguntas se dividen en varios bloques:
- Motivo de consulta: dentro del cual podemos distinguir intensidad, frecuencia, duración, precipitantes, consecuencias y actitudes.
- Historia actual: causas, curso, tratamientos anteriores.
- Funcionamiento actual.
- Fin entrevista: ¿Quieres contarme algo más? ¿quieres preguntarme algo?
¿Quién debe acudir a las sesiones de terapia?
En realidad, no existe una respuesta concreta a esta pregunta puesto que depende de la orientación de cada psicólogo así como de las propias preferencias del mismo. Si estamos ante un pre-adolescente, suele ser habitual que haya una entrevista previa a la primera sesión con los padres para que nos informen de sus puntos de vista acerca del problema de su hijo.
Posteriormente, la decisión sobre quién acudirá a terapia junto con el adolescente viene dada por el mismo. De esta manera, se respetan las ideas del paciente para conseguir producir un cambio positivo, antes de empezar las sesiones.
Debemos pensar que los padres y tutores normalmente suelen tener una opinión acerca de las personas que deberían implicarse en la terapia que, con frecuencia, es discordante de la idea del adolescente. Por ello, llega un punto de la intervención con el adolescente en que se debe hacer una terapia familiar – que incluya o no a todos los miembros de la familia – o, incluso, una terapia de pareja.
Es un hecho muy habitual, últimamente, combinar un número determinado de sesiones con el adolescente con una sesión con los padres para darles pautas para casa. Sin embargo, aquí es muy importante que el preadolescente confíe plenamente en que el psicólogo respeta al máximo todas sus opiniones y se mantendrán todas las conversaciones en la más estricta confidencialidad, sólo intercambiando – con los padres – información acerca del estado general de su hijo, del posible tiempo necesario de terapia o de la implicación deseable de su parte.
¿Cuánto dura una sesión?
La mayoría de los especialistas que trabajamos con adolescentes sabemos que son muy sensibles a las restricciones horarias, especialmente durante el curso académico.
Cuando vemos a los pacientes en una consulta clínica ambulatoria, es necesario programar las sesiones dentro de un horario muy restrictivo lo cual supone un desafío, no sólo para el paciente y su familia, sino también para el terapeuta.
Algunos adolescentes se sienten más cómodos si se les pone las sesiones en determinados momentos del día. Algunos responden mejor en horarios de mañana – los menos – y otros o en la franja de 15 a 17 h o en la franja de 18 a 20 h.
De la misma manera, no todos los pacientes encajan igual que las sesiones sean de 60 minutos. Algunos pacientes que están explorando situaciones o muy dolorosas pueden necesitar sesiones de 90-120 minutos. Por el contrario, aquellos que están en un período de atención breve pueden tener suficiente con 45 minutos.
La frecuencia, tampoco es igual para todos. La mayoría de los adolescentes tiene suficiente con una sesión semanal mientras que otros prefieren un mayor nivel de intensidad y, por tanto, requieren dos sesiones semanales o un menor nivel de intensidad y hay suficiente con una sesión quincenal.
Todo ello está relacionado con la atención a las diferencias individuales. Lo que se puede considerar “normal” dentro del marco temporal de la terapia no siempre es respetuoso con aquellos pacientes que tienen ideas propias acerca de cómo motivar su cambio personal lo cual viene influido por su cultura, etnia, historia familiar, creencias religiosas… que puede aumentar las expectativas y esperanzas que acompañan al inicio de la psicoterapia.
¿En tu casa o en mi consulta?
La ubicación real de las sesiones con los adolescentes – y, si es necesario, con algún miembro de su familia- es un tema que suele pasar desapercibido a pesar de que es extremadamente importante para el afianzamiento de la alianza terapéutica entre paciente y psicólogo. Dicho contexto es un reflejo de estas diferencias individuales que acabamos de nombrar, de manera que sus experiencias vitales y sus antecedentes hacen que el adolescente se sienta más cómodo en un contexto que en otro.
La mayoría de los protocolos están diseñados para poder realizarse en una consulta clínica o en el domicilio del paciente. Sin embargo, existen defensores y detractores de cada una de estas ubicaciones.
Algunas opiniones sostienen que si no se visita al adolescente en su propio domicilio “no se tiene una imagen real de cómo son las cosas”. Según los defensores de esta opinión, las familias que se niegan a que se realice terapia a domicilio es porque “oculta algo”. En cambio, los defensores de la visita en la consulta opinan que, de esta manera, se hace al adolescente más responsable de llegar puntual a las sesiones, organizarse con el transporte,… Si nos fijamos bien, unos podrían tener la opinión de los otros y no dejaría de tener sentido.
Lo importante es dejarlo a la elección del paciente en caso que el psicólogo dé la posibilidad de visita a su domicilio. En todo caso, será una forma de aumentar las posibilidades de que el paciente permanezca en terapia.
Adolescentes que no quieren contar en casa que van al psicólogo
Lo siento si eres un adolescente que has llegado aquí y te has dicho “¡por fin, la pregunta que me interesaba!” porque no va a poder ser…
Debemos tener claro que los adolescentes sois menores de edad legal y, por tanto, si queréis – y os dejan… – podéis acudir a la consulta solos y, por supuesto, a excepción de las sesiones marcadas anteriormente, siempre entrareis solos.
Sin embargo, para acudir a la consulta de un psicólogo – y más aún, para recibir terapia – necesitaréis la autorización de vuestros padres.
En caso de que vuestros padres estén divorciados/separados, será suficiente que tengas la autorización de aquel que tiene la custodia exclusiva, que debe informar al otro progenitor. Si la custodia es compartida, necesitarás el consentimiento de ambos y la autorización de uno de ellos.
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Ja no maes soy adolescente no considero tener ningún problema o crisis emocional les dije a mis padres que era gay y mi mamá me puso un terapeuta virtual y otro físico.. Y ahora estoy enojado..
Tengo un hijo de 14 años desde hace unos meses está triste ,hace unos días me pidió que buscará un psicólogo por qué lo necesita . El problema es que vivimos en Alemania . Es un joven responsable . Quisiera saber si podrían ayudarle con sus emociones siempre ha sido introvertido y le cuesta mucho relacionarse con la gente .
Necesito bastante ayuda soy una adolescente que tiene 14 años de edad
Hola que tal.
Quiero consultar algo: soy menor de edad y ya pedí una primera sesión con el psicólogo en cuestión. Pero, ¿es necesaria la autorización de un padre o puede ser de un tutor legal?
Hola Lidia
sí, es necesario. No es algo que solicite Siquia, es un requisito legal que deberás cumplir tanto con nosotros como con cualquier psicólogo en España.
tengo un hijo de 14 años y me entere que esta empezando a consumir sustancias psicoactivas, necesito ayuda profesional para saber que hacer, por favor su opinión es muy valiosa, mil gracias