ana belénHablamos con Ana Belén Martín, psicóloga especializada en terapias y tratamientos a niños y adolescentes.

Esta profesional de la psicología trabaja en el centro que ella misma ha iniciado, Algazara Psicología, en Salamanca, donde no sólo atiende a jóvenes sino también a adultos y cualquier persona que requiera de sus servicios de psicología, en general.

A través de la terapia cognitivo-conductual, Ana Belén orienta a sus pacientes en la mejora de sus relaciones familiares y en la modificación de aquellas conductas que pueden estar interfiriendo en su vida diaria.

¿Quieres conocerla mejor?

¿A quiénes están orientados tus servicios?

Atiendo a toda persona que requiera de mis servicios, si bien en cierto que existen algunos colectivos con los que trabajo más habitualmente y que son niños, adolescentes y personas con algún tipo de discapacidad, especialmente discapacidad intelectual. En todo caso, realizo la primera entrevista de forma totalmente gratuita y sin compromiso para el paciente precisamente para conocer su problemática y situación, valorar si forma parte de mis áreas de especialización y que el propio paciente me conozca y valore igualmente si cree que puedo aportarle lo que busca y necesita.

¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que te encuentras en tus pacientes? ¿Hay alguna pauta común que les puedes dar para orientarlos en su resolución?

Habitualmente, aunque trabajo con todo tipo de pacientes, atiendo mucho a niños y a adolescentes con diversos tipos de conductas problemáticas y dificultades en las relaciones familiares.

No suelo ofrecer pautas como tal en el momento inicial; sin embargo, sí suelo facilitar información general sobre los problemas de conducta, posibles causas y cuestiones similares que les ayuden a entender un poco mejor la situación. Si los datos que me facilitan de inicio lo permiten, sí ofrezco algún pequeño consejo que les alivie, pero en función de cada caso y situación.

¿Qué tipo de terapia aplicas? ¿Nos podrías describir cómo es una primera sesión?

El tratamiento básico que sigo es la terapia cognitivo – conductual y dentro de ésta todas las técnicas que se incluyen. Sin embargo, puesto que cada paciente presenta sus propias características y sus propias problemáticas, independientemente de que el punto de partida sea cognitivo – conductual, selecciono aquellas técnicas y estrategias que mejor se pueden adaptar al paciente y con las que mejores resultados creo que podemos obtener. Así, por ejemplo, con personas con discapacidad intelectual, suele ser habitual incluir técnicas de modificación de conducta pese a que se realice una intervención cognitiva hasta el punto en que la persona pueda entender y asimilar.

Con respecto a la primera sesión, tal y como comentaba anteriormente, se trata de una entrevista inicial de conocimiento mutuo en la que se piden los datos personales, se informa sobre la Ley de Protección de Datos (se firma el consentimiento para el tratamiento de los datos personales) y se deja que sea el propio paciente quien lleve un poco el ritmo, comentando todos aquellos aspectos que considere de interés, que le hayan llevado a pedir ayuda profesional, etc.

Una vez ha expuesto su relato, les hago  algunas preguntas que me permitan conocer algo más sobre el problema, sobre su red de apoyo, sobre las propias capacidades que el paciente cree poseer y que pueden ayudarle con el problema, antecedentes de salud, etc. Y también se le facilita información sobre mi forma de trabajar y cómo se desarrollarán las primeras sesiones, así como se da pie al paciente y sus acompañantes si los hubiera a hacer tantas preguntas como consideren necesarias. Uno de los aspectos importantes de esta primera sesión es ofrecer una aproximación inicial a los por qués de lo que le sucede.

¿Cuáles son  los pasos previos al diagnóstico?

En primer lugar, se lleva a cabo esa primera entrevista inicial mencionada anteriormente en la que se produce el conocimiento mutuo entre el paciente y el terapeuta y una aproximación a la problemática que presenta.

En segundo lugar, se planifica una fase de evaluación que suele durar dos o tres sesiones (aunque no marcamos un tiempo estándar sino que es una fase que se adapta a cada caso concreto); durante esta fase, se profundiza en la información recabada en la entrevista inicial, se pueden pasar cuestionarios o tests, mantener entrevistas con otros miembros de la familia o con otros profesionales con contacto habitual con el paciente (psiquiatra, tutores u orientadores en el caso de escolares,…), etc.

Con toda la información, se elabora un informe inicial con un resumen de todos los datos recabados, las hipótesis diagnósticas y una propuesta de metas terapéuticas así como del tratamiento a desarrollar para alcanzarlas que se consensúa con el paciente.

En ocasiones, son los propios familiares de los pacientes los primeros que se interesan en la búsqueda del profesional para ayudar a su allegado. ¿Cómo se abordan estas situaciones cuando el paciente no es el convencido de acudir a un terapeuta?

Para empezar, me informaría ampliamente a través de la familia sobre la situación del paciente para tratar de entender su problemática y sus posibles reticencias para venir a terapia. Así, podría aconsejar a sus familiares sobre los argumentos que podrían utilizar para que acuda a una entrevista conmigo.

No obstante, siempre, en todos los casos, aconsejo que le recuerden al paciente que el hecho de mantener una primera reunión no implica ningún compromiso, sino simplemente que pueda conocerme como profesional y conocer mi sistema de trabajo, así como conocer más a fondo los motivos por los que requiere de ayuda profesional, que le recuerden que a partir de ahí es cuando tiene que decidir si quiere participar o no de una terapia y que, además, esta primera sesión o entrevista no le supone ningún coste.

Es importante que el paciente no se sienta obligado a acudir y lo haga por su propia voluntad y así se lo recuerdo también a sus familiares, haciéndoles ver que el éxito de cualquier terapia parte fundamentalmente de la voluntad del paciente por querer mejorar su estado.

¿Qué ventajas consideras que aporta la terapia online al paciente?

Existen diversos motivos por los que puede resultar más beneficiosa para el paciente la realización de una terapia on line. El más obvio tiene que ver con la comodidad que le supone estar en su propia casa sin tener que recibir a nadie personalmente y que posiblemente resulta más fácil adaptarse a un horario que sea conveniente tanto para el paciente como para el profesional.

Por otro lado, para aquellas personas a las que les cuesta tener al lado a un profesional de la salud mental, puede resultar mucho más sencillo de este modo porque mantiene una distancia física (aunque este aspecto también resulta justo al contrario para muchos pacientes, que prefieren el contacto físico directo con el profesional).

Desde el punto de vista económico, por norma general, estas terapias suelen ser más económicas que las presenciales.

Por otro lado, dada la comodidad de la terapia on line, también es más sencillo realizar más sesiones por semana, quizá de menor duración, hecho que permite un seguimiento más continuado y un trabajo algo más intensivo aunque cada sesión sea de un tiempo menor (esto resultaría más incómodo para el paciente que acude directamente a una consulta porque tiene que trasladarse hasta ella, por ejemplo).

Creo que tanto un tipo de terapia como otro puede tener sus ventajas y desventajas; considero que depende sobre todo de las preferencias y necesidades de cada persona y que eso es lo que debe tener en cuenta el paciente a la hora de decidir comenzar una terapia on line o una terapia presencial.

¿A través de qué métodos asesoras y atiendes a los pacientes que están lejos geográficamente de ti?

Fundamentalmente por videoconferencia a través de Skype. Pero en todos los casos existe un seguimiento vía email, tanto para el envío de posibles tareas como para mantener un contacto entre sesiones.

Además, puesto que todos mis pacientes cuentan con mi número de teléfono, siempre les abro la puerta a la posibilidad de estar en contacto por Whatsapp o por llamada telefónica si sucediera algo que así lo requiera.

Es fácil que los pacientes encuentren en internet y otros medios anuncios y reclamos de personas que ejercen actividades terapéuticas o de coach pero que no son psicólogos ni profesionales. ¿Qué le recomiendas a estos pacientes que no saben a quién acudir? ¿Cómo diferenciar del profesional válido del que no lo es?

La verdad es que hay ocasiones en que se ve claramente cuándo estamos ante un profesional de la salud mental y cuándo no; pero no es menos cierto que en otras ocasiones no está tan claro. Creo que es fundamental que el profesional posea el título de psicología a la vista o el certificado de la correspondiente colegiación profesional como un detalle de transparencia. Además, debe hacer constar su número de colegiado a toda la documentación que maneje con el mismo fin.

Les recordaría a los pacientes que, por mucho título que se posea de formación en coaching o cualquier otra actividad, el punto de partida básico para que el profesional sea el adecuado es que tenga esa formación inicial que supone la licenciatura en psicología.

Así mismo, creo que por ética profesional, el psicólogo debe dar la oportunidad al paciente de que le conozca y conozca su trabajo antes de ponerse realmente en marcha con la terapia. Por eso considero fundamental que la primera consulta resulte totalmente gratuita, porque es el marco perfecto para que el paciente conozca al profesional que tiene delante y sus metodologías de trabajo y porque, siguiendo la ética, el psicólogo también debe ser objetivo y valorar si está lo suficientemente especializado en la problemática concreta del paciente como para poder llevar a cabo la terapia.

¿Ofreces talleres, charlas, encuentros prácticos con pacientes?

Realizo actividades de estas características pero no suelen ir enfocadas a los pacientes, sino más bien a profesionales. Por otro lado, destinados a personas en edad escolar, realizo algunos talleres sobre cuestiones relacionadas con la estimulación cognitiva, con la relajación y con el autocontrol emocional. También oferto en ocasiones talleres y charlas cuyos destinatarios con los padres.

¿Quieres ponerte en contacto con ella?

Es importante que el paciente no se sienta obligado a acudir a terapia