La ansiedad es uno de los grandes males del siglo XXI. A una sociedad revuelta con los diferentes problemas en su vida laboral y personal, se suma el bombardeo constante de noticias y la presión de las redes sociales. En este contexto, no es extraño que cada vez lleguen a consulta más y más pacientes que han desarrollado ansiedad por comer.
✔️Ansiedad por comer: causas y cómo gestionarlo

La ansiedad y la comida, al unirse, pueden dar lugar TCAs (trastornos de la conducta alimentaria). La cuestión es por qué se da la circunstancia de refugiarse en la comida como solución a todas las inquietudes e inseguridades que podamos tener.

Factores que generan ansiedad por comer
A parte de algunas de las razones que hemos expuesto en los párrafos introductorios, existen diversas razones que generan esta ansiedad:
- Mala relación con uno mismo: la autocrítica no va hacer otra cosa que plantearnos un millar de preguntas sobre cómo estamos actuando.
- Altos niveles de estrés: los problemas en nuestra vida personal o laboral pueden ser un factor determinante para que la ansiedad se convierta en un problema en nuestro día a día, en este caso en nuestra relación con la comida.
- Dificultades en las relaciones interpersonales: la incomunicación y el desconocer lo que la gente piensa sobre nosotros, sobre todo en aquellas personas con la autoestima baja, puede provocar un aumento en los niveles de ansiedad.
- Insatisfacción con la vida: si sientes que en tu vida no hay logros suficientemente importantes o los retos que te planteas son insuficientes, puede aparecer esa sensación de ansiedad al plantearte que la vida se escurre entre tus dedos como arena de la playa.
¿Qué es, exactamente, la ansiedad por comer?
Lo primero que hay que tener claro es que la ansiedad por comer y comer por ansiedad son dos conceptos diferentes.
Cuando comemos por ansiedad lo hacemos porque en casos de estr´es elevado vemos la acomida como una especie de ansiolítico.
Esto ocurre porque comer genera dopamina, también conocida como la hormona del placer. Esta conducta se refuerza cada vez que sentimos alivio al comer y nos impide encontrar otras maneras de afrontar las crisis de ansiedad.
La ansiedad por comer, por su parte, lleva a controlar todo lo que comemos y restringir diferentes alimentos que pensamos que no deberíamos ingerir. Por ejemplo, este problema suele aparecer con la aplicación de una determinada dieta.
¿Cuál es el origen?
- Costumbres respecto a la comida: situaciones que hemos visto durante toda nuestra vida (reuniones sociales alrededor de una barbacoa) que han creado la imagen de la comida como método para conseguir confort y bienestar.
- Hambre emocional: la sensación de estar hambriento puede venir por causas fisiológicas o emocionales. Si sentimos que tenemos hambre, tenemos que escuchar a nuestro cuerpo y atender a sus necesidades. Comer es una necesidad que tienen todas las personas. El problema radica en las diversas causas que nos llevan a la comida para refugiarnos de nuestros problemas.
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Pedir citaEl ¿infinito? bucle de comer por ansiedad
Un dato sorprendente es que los mayores índices de consumo en máquinas de vending se dan en los tanatorios y en los hospitales, lugares donde las emociones están a flor de piel.
El origen del bucle, problema-ansiedad-comer, nace del efecto relajante que produce la comida cuando nos enfrentamos a una dificultad. La falta de explicaciones y el no poder imaginar otras soluciones, van a servir de incentivos para acrecentar el bucle. Si no nos centramos en la raíz del problema, será imposible dar con la solución.
El problema no solo se queda en la acción de comer para despejar la mente. El sentimiento de culpabilidad será grande por resolver el problema de esta manera y nos castigamos generando más ansiedad. Una situación que puede desarrollar en bulimia.
¿Cómo soluciono este problema?
- La fuerza de voluntad es clave, pero no es el único factor en el que confiar para superar esta dificultad. Los hábitos alimenticios están condicionados por varios factores: emociones, pensamientos intrusivos, variables fisiológicas… Múltiples estímulos incapaces de ser gestionados por una misma.
- El conocimiento de las emociones y aprender a cómo gestionarlas es el primer paso para superar este problema. Y si vemos que no somos capaces de abordar esto por nosotras mismas, habrá que acudir a un especialista que nos ayude.
- Otro de los remedios que intentamos hacer es cambiar nuestra alimentación. Un completo error, debido a que cuanto más intentamos modificar la alimentación, más se altera nuestra conducta alimentaria.
- La sobreinformación existente en el mundo alimenticio es otro factor que puede jugar en contra de nuestra mente. Tener conocimiento del efecto que produce un determinado alimento en nuestro cuerpo puede desviar la atención de lo que nos aporta a otros niveles.
Como os podéis fijar, la alimentación y mente son dos conceptos, cuya combinación puede resultar perjudicial si no se sabe manejar. La gran mayoría de nutricionistas y dietistas recomiendan no restringir de golpe todo lo que te gusta, aunque no sea del todo saludable. Esto sucede porque un bienestar mental es importante para poder continuar con la dieta.
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