Cuando el ser humano se siente amenazado, ya sea por un peligro interno o externo, experimenta esa emoción llamada ansiedad. Pero debemos diferenciar miedo y ansiedad, porque no es lo mismo. Cuando sentimos miedo hay que tener en cuenta que conocemos esa amenaza y estamos preparados para responder. Sin embargo, con la ansiedad ocurre lo contrario: no sabemos cuál es la amenaza y no estamos preparados para responder adecuadamente.
Ansiedad y oposiciones: cómo controlarla

Síntomas más habituales de ansiedad durante exámenes
Existen varios síntomas que se podrían agrupar en función de los diferentes tipos de ansiedad que hay, pero estos son algunos síntomas generales más comunes que te ayudarán a reconocer si sufres o no ansiedad:
- Palpitaciones rápidas y fueres (aumento del ritmo cardíaco)
- Temblores
- Sudoración
- Hiperventilación (respiración muy acelerada)
- Sensación de ahogo y mareo
- Angustia
- Fobias. Un miedo intenso a una situación que no supone ningún peligro real. Incluso pueden darse ataques de pánico repentinos en los que tampoco existe ningún peligro
- Pensamientos intrusivos no controlables que te mantienen un un estado de inquietud y tensión constante
- Problemas de concentración debido a la obsesión que tienes por tus preocupaciones innecesarias
- Problemas intestinales
- Insomnio o problemas para conciliar el sueño
- Cansancio
- Dolores de cabeza
Los cinco primeros síntomas son los más habituales. De hecho, estas reacciones también son comunes en la ansiedad infantil. Por ejemplo, los niños y adolescentes se preocupan de manera excesiva por su rendimiento tanto en la escuelo como en los deportes.
Estos síntomas pueden mejorar o empeorar. Normalmente se acentúan por momentos duros como exámenes, enfermedades, conflictos con familiares, amigos o con la pareja…

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Pedir citaPor qué es normal la ansiedad en opositores
La ansiedad está relacionada con el miedo y con el estrés. Ante situaciones adversas, es normal que nuestro cuerpo tenga algunas reacciones físicas. Por ejemplo, podemos tener ansiedad antes de hacer un examen o cuando nos toca tomar una decisión difícil. Entonces, no hay de qué preocuparse.
Otra cosa es que esta ansiedad sea desproporcionada y, además, dure mucho en el tiempo. Será el momento de tratarla en terapia.
Además, hay que tener en cuenta que la ansiedad puede darse por otros factores:
- Causas médicas. Algunos problemas de salud propician la ansiedad: enfermedades cardíacas, problemas de tiroides, diabetes…
- Consumo de sustancias (drogas y alcohol). También la cafeína.
- Traumas. Una experiencia traumática puede provocar ansiedad. Por ejemplo, si has vivido un atentado, has sufrido un accidente de tráfico…
- Experiencias de vital importancia que marcan tu vida, como un despido, un embarazo, etc.
- Genética, aunque existe un debate. No todos defienden que la ansiedad es hereditaria entre padres e hijos u otros familiares. Queda mucho por investigar.
Ejercicios de relajación
Prevenir la ansiedad es posible si adoptamos un estilo de vida saludable. Esto significa olvidarse del consumo de drogas y otras sustancias (éxtasis. LDS, cafeína, etc.), hacer ejercicio para despejar nuestra mente (sobre todo al aire libre) y practicar técnicas de relajación.
La respiración está ligada al ritmo cardíaco. Por eso es fundamental saber controlarla, porque puede cambiar tu estado emocional o mental.
Una técnica de control emocional que sirve para las crisis de ansiedad es la respiración de la vela: Se trata de concentrarse e imaginar que delante de ti tienes una vela. Respira profundamente todo el aire que puedas y a continuación, lo exhalas sin prisa. La clave está en controlar tu respiración, evitando que, al expulsar ese aire que hemos inhalado suavemente, la llama de la vela se apague.
Tratamiento en terapia con el psicólogo
Hay que tener en cuenta que, si las situaciones estresantes a las que estás expuesto son constantes, el trastorno de ansiedad puede hacerse crónico y perjudicar a tu entorno (trabajo, escuela) y a tus relaciones personales (familia, amigos, pareja). Incluso puede acompañarse de depresión.
El primer paso es hablar con el médico sobre los síntomas que estás experimentando. En ese momento, el médico hará una exploración y revisará su historial clínico.
Una vez diagnosticada la ansiedad, lo más seguro es que te derive a un especialista en salud mental, es decir, a un psicólogo a un psiquiatra.
Despues, los siguientes pasos son:
- Tratamiento psicológico. La terapia congnitivo-conductual es un tipo de psicoterapia a través de la cual aprenderás a gestionar la ansiedad, entender por qué te ocurre y aprender a controlarla cuando se repita. En Siquia puedes optar por la terapia por videoconferencia y probar nuestro método en una primera sesión gratuita.
- Tratamiento farmacológico. En los que casos en los que el psicólogo lo considere, puede derivarte a tu médico o psiquiatra para completar la terapia psicológica con medicación.
Terapias que pueden serte útiles
