Las infidelidades a través del teléfono móvil son tendencia. Cada vez más pacientes acuden a terapia psicológica con dudas sobre los límites que debe establecer en la pareja y qué se puede considerar infidelidad y qué no.
Así afectan redes sociales y las apps en las relaciones de pareja

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Este es el caso de Teresa, que acudió hace unas semanas junto a su marido Miguel porque éste había estado buscando a través de diversas redes sociales a diversas exparejas. Según él, sólo para saber “cómo les iba la vida” aunque Teresa insistía en que era una infidelidad.
Otro caso es el de Enrique que ha encontrado de forma casual a su propia mujer en una app para ligar mientras él hacía lo propio. Él se escuda diciendo que “había sido avisado por un compañero” – pero se niega a dar su nombre – mientras que ella afirma que “se sentía sola y estaba tonteando un rato”.

Qué es una infidelidad
En la actualidad, que no soltamos los smartphones, los ipad o cualquier otro dispositivo ni por recomendación médica, no se puede definir de forma objetiva la infidelidad.
Lo único que podemos asegurar es que la infidelidad se relaciona con las normas, valores, experiencias y expectativas que tiene la pareja, la etapa en que se hallan, sus roles definidos y, especialmente, el tipo de comunicación y la existencia de respeto, puesto que ello es lo que genera la confianza.
En este sentido, existiría infidelidad cuando uno – o ambos- miembros de la pareja no cumplieran el acuerdo de exclusividad sexual y/o emocional, de forma que se establezca un vínculo con una tercera persona.
De cualquier manera, cada pareja es un mundo y existen parejas para las cuales la fidelidad es muy importante mientras que, para otras, no es estrictamente necesario. En cualquier caso, cada una de las parejas debe definir aquello que entra dentro de lo permitido, lo prohibido e, incluso, lo imperdonable.

¿Podemos hablar de tipos de infidelidad?
Podemos distinguir tres tipos principales de infidelidad:
Sexual. Cuando se mantienen relaciones sexuales con una tercera persona sin que, necesariamente, se le dedique tiempo y atención más allá del encuentro sexual puntual. En principio, es el tipo de infidelidad que la pareja puede llegar a comprender y, con tiempo, perdonar. Para ello es necesario que la pareja parta de unas expectativas muy claras de aquello que espera el uno del otro para poder definir, a partir de ello, qué es la fidelidad.
Emocional. Tipo de unión con una tercera persona a través del pensamiento o de la emoción sin que exista necesariamente una relación sexual aunque no es excluyente, pero que puede llegar a ser más hiriente o peligrosa que la sexual y se produce un distanciamiento afectivo. Suele ser más difícil de perdonar que la infidelidad sexual.
Señales de una infidelidad emocional
- Ocultar conversaciones en Whatsapp. Puede indicar que tu pareja no quiere compartir contigo algo que está ocurriendo con una tercera persona.
- Buscar la novedad fuera de la relación. Si un miembro de la pareja busca compañía o comunicación fuera de su relación es porque existe un verdadero problema
- Párate y analiza. Confía en ti mismo. Si crees que tu pareja tiene sentimientos románticos por una tercera persona, párate y analiza la situación, intenta ver las posibles soluciones, sus ventajas e inconvenientes y toma la mejor decisión. En estos momentos acudir a terapia y recibir la ayuda de un psicólogo, que no te juzga, puede ayudarte a tomar una decisión serena y acertada. Pide cita en Siquia.
Con la aparición de las redes sociales, se entra en un conflicto entre el “coqueteo” o infidelidad digital y la infidelidad sexual y/o emocional. Se realiza a través de mensajes de Whatsapp, Facebook, twitter y, sobre todo, Instagram. A partir de aquí, sólo entre un 15-20% de las relaciones que empiezan en el mundo virtual se acaban trasladando al mundo real.
¿Cuál es el patrón de comportamiento de los infieles digitales?
No se han realizado estudios concretos sobre el tema pero, generalmente, los infieles digitales tienen las mismas conductas:
- Mensajes de whatsApp , Facebook e Instagram leídos a escondidas, de modo que le molesta si se es preguntado por los mismos.
- Conexiones frecuentes a redes sociales o al whatsApp, a altas horas de la noche, o apagar el móvil durante la noche o mientras se está con la pareja, sin ninguna razón justificada.
- Usar el modo avión o fantasma para evitar controles de conexión.
- Poner una contraseña al móvil con el fin de evitar el acceso de la pareja.
¿Qué debe ocurrir para que una relación virtual se convierta en una infidelidad?
El límite se traspasa cuando las conversaciones se vuelven más intimas con esta tercera persona aunque no existan relaciones sexuales. Se produce distancia afectiva y conductas de evitación con la pareja.
Así, llega un punto en que esta relación virtual acaba teniendo un lenguaje erotizado y, poco a poco, empezaran las propuestas sexuales. La pareja puede considerarlo una infidelidad porque traspasa el límite del respeto y la confianza ya que la relación ya no es dos sino de tres.
Es aquí cuando aquel que está traspasando los límites, tiene miedo de ser descubierto y empieza a tomar conciencia de que su pareja no se lo tomar bien puesto que, como mínimo, es una deslealtad. Es cuando empiezan las mentiras y, después, más mentiras para tapar cada uno de los huecos que va dejando.
¿Se considera infidelidad entrar en apps para ligar?
Depende. Si se tiene pareja y se entra en búsqueda activa de pareja que, al fin y al cabo, es el objetivo de ciertas aplicaciones como Tinder, entonces es una infidelidad.
Si se entra en las mismas aplicaciones sólo en búsqueda de amistad o de alguien con quien charlar, es una clara transgresión de la relación de pareja, muy próxima a la infidelidad. Es un acto narcisista que conlleva una falta de respeto muy importante hacia la pareja, a no ser que fuera acordado por ambos.
En cualquier caso, el que entra en la app buscando otra persona que no es su pareja, debe ser muy consciente que la confianza entre los miembros de la pareja se esta resquebrajando y que, seguramente, todo es debido a una falta de comunicación con esa persona que tenemos al otro extremo del sofá con la cabeza metida en su propio móvil.

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Esta es la “excusa” más oída en la consulta; “si estaba tonteando”, “me sentía sólo”, “sólo quería llamarle la atención”, “necesitaba hablar”… Obviamente, colgar una foto en Instagram y empezar a recibir “likes” o, incluso, algún comentario se vuelve de lo más fácil. Pero lo mismo ocurre en Facebook o en otras redes sociales.
¿Cuál es el principal problema? Que se trata de un escaparate de gente feliz, positiva, con vidas rosas, de éxito y felicidad. ¿Alguna vez te has preguntado por qué cuesta tanto que a alguien le ocurra algo “malo” en estas redes? Sencillo, porque todos intentan dar la mejor versión de sí mismos y, si no la tienen, decoran su vida.
Esto ocurre tanto por parte del miembro de la pareja que “tontea” como de la tercera persona, de manera que se llega a idealizar a dicha persona y allí la infidelidad digital se puede convertir en emocional. La infidelidad digital ya sería considerada por nuestra pareja peor que una infidelidad sexual.
Existe un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Texas y publicado en la revista internacional Contemporary Family Therapy, sobre qué sucede cuando la pareja descubre dichos intercambios de mensajes a través de redes sociales. Según el estudio, da lugar a la aparición de crisis de ansiedad de igual intensidad como si hubiera descubierto una infidelidad sexual.
Pautas para enfrentarse a la infidelidad
- Comunicación. Es fundamental recobrar una buena comunicación, tanto en el plano cotidiano como de sentimientos – también, sobre la infidelidad – y, un poco más tarde, a nivel sexual. Tiene que ser un proceso lento pero progresivo puesto que será el que os permitirá recobrar la confianza. Es importante no centrarse sólo en hechos – días, horas, mensajes – porque entraríais en un bucle de pensamientos negativos recurrentes que podría ser llegar a peligroso. Es mucho más acertado hablar acerca del “cómo me he sentido”, desde un punto de vista positivo, sin reproches, quejas ni culpabilizaciones; será muy difícil, al principio, pero si todavía os queda amor, lo conseguiréis. Consulta cómo te ayudamos en Siquia con terapia de pareja.
- No niegues la evidencia. Si hay un intercambio de mensajes y están en tu móvil, no digas cosas como “no sé cómo han llegado allí”, “le he hecho un favor a un amigo”, “es una amiga que está muy triste” o cosas parecidas. Acepta que existe un problema en tu pareja, del tipo que sea y que los mensajes son tu responsabilidad. En las relaciones de pareja nunca hay culpables de todo e inocentes de todo si no que todos somos un poco de todo.
- Si aún no lo has hecho, aprovecha y corta todo tipo de relación con esa tercera persona, siempre y cuando quieras salvar tu pareja. Es esencial que lo hayas hecho sin que tu pareja te lo deba pedir. Pero, si te sientas a hablar con tu pareja y no lo has hecho, tienes una oportunidad muy especial, hazlo entonces. Es la muestra de compromiso necesaria si quieres que tu pareja vuelva a confiar y podáis recuperar vuestra relación.
- Pregunta lo que necesites. Tampoco hace falta ir a parar a los detalles y tampoco hace falta tener miles de conversaciones sobre la cuestión. Hay que sentarse en un lugar tranquilo, con mucho tiempo por delante, sabiendo que no vais a ser molestados, descolgando el teléfono y apagando los móviles e informando a vuestro entorno de que necesitáis unas horas para aclarar vuestra situación. La persona que ha cometido la infidelidad debe contestar a todas las preguntas de su pareja, sin llegar a ser hiriente, en una cuestión que ya es suficientemente dura para ambos.
- No desconfíes. Si vas a apostar por seguir en la relación, no debes desconfiar. Si no vas a vivir con ansiedad continua que, con el tiempo, dará lugar a sintomatología depresiva y/o irritable. Como persona “traicionada” más de una vez sentirás la “tentación” de mirar su móvil o su mail pero si tu pareja te descubre, la discusión será importante porque los reproches no tardarán en aflorar. De cualquier forma, la persona que “ha traicionado” también debe evitar comportamientos “sospechosos” como poner contraseña al móvil o a sus conversaciones de Whatsapp o cambiar las contraseñas de sus redes sociales y dejar de compartirlas con su pareja, si lo hacía habitualmente.
- Ante una infidelidad no se puede hacer como que no ocurre nada, mirar para otro lado y tirar adelante, a ver qué pasa. No, hay que sentarse, reflexionar y buscar el problema de base, por qué ha ocurrido. A partir de ahí, trabajar por el futuro de la pareja construyendo. Para ello primero hay que perdonar y mirar hacia el futuro, no anclarnos en lo que pasó.
- Negociar. Las relaciones sólidas son las basadas en el respeto y la confianza y, por tanto, en no traicionar al otro, de ninguna de las maneras posibles. Antes de vivir como una pareja hemos de establecer unas normas. El uso de las redes no es el verdadero problema, en este caso, el problema está en la relación de pareja, probablemente en el hecho de que no ha habido respeto, se ha roto la confianza y ha fallado la comunicación.
- Terapia de pareja. Tanto si queréis continuar juntos, mejorando vuestra relación a través de un cambio en aquellas conductas disfuncionales como si llegáis a la conclusión de que lo mejor es acabar, debéis cerrar vuestra relación sin causaros daño mutuamente. Será mucho más fácil con un psicólogo experto en terapia de pareja. En Siquia os ayudamos también a través de terapia por videoconferencia.
Una infidelidad, del tipo que sea, es una crisis y como cualquiera de ellas, tiene su parte positiva; es una oportunidad para solucionar patrones antiguos que ya nos funcionan como pareja y adquirir unos nuevos que permitan mayores niveles de entendimiento, confianza y comunicación. Para ello, es importante que, ambos os deis cuenta que tenéis una mochila propia, no tengáis temor en reconocer y afrontar estas cuestiones ya que es la única vía para solucionarlos y para acabar teniendo una relación de pareja sana.
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