El bote o botella de la calma es la herramienta perfecta para los niños más nerviosos. Son botellas rellenas de agua y purpurina cuyo objetivo final es ayudar a los niños a guiar sus sentimientos, sobre todo cuando se encuentran en estado de enfado o estrés.
Es una técnica inspirada en el método Montessori, caracterizado por promover un ambiente ordenado, real y estético para el desarrollo de los niños. Así, tratamos de ayudar al autocontrol y la autorregulación emocional de nuestros hijos. Educar a los más pequeños en la gestión emocional es muy importante y esta técnica va a poder ayudarte en casa.
Hacer una botella de la calma paso a paso
Para realizar esta botella puedes optar por hacerla tu mismo o crear un pequeño taller de manualidades con los más pequeños de la casa para que se sientan incluidos en el proceso y puedan ver materializado su trabajo. Los materiales que necesitas para el bote de la calma son los siguientes:
- Un bote de cristal o una botella de plástico transparente y que no tenga etiquetas.
- Purpurina o objetos pequeños brillantes a elección del niño, preferiblemente con tonos claros, ya que son más relajantes.
- Pegamento transparente. También se puede usar aceite corporal o glicerina.
- Agua templada o caliente del grifo.
- Colorante alimentario para darle color al agua (opcional).
- Una cuchara sopera y otra de postre o café.
Son 5 pasos los que tienes que seguir solo o en compañía de tu hijo para hacer vuestra propia botella de la calma:
- Vierte el agua en el bote de cristal o en la botella de plástico hasta llenar la mitad del recipiente. Es más recomendable usar una botella de plástico en caso de que el niño sea muy pequeño, ya que si se rompe, podría hacerse daño.
- Añade dos cucharadas soperas de pegamento. Ten en cuenta que mientras más pegamento añadas más tiempo tardará la purpurina en descender y tendrá así, un efecto más calmante.
- Después, deja que el niño elija el color de purpurina que más le guste y añade al agua unas 3 o 4 cucharaditas de postre llenas de purpurina. Remuévelo bien para que la purpurina se mezcle con el agua y el pegamento.
- Añade dos o tres gotitas de colorante para darle color al agua. Intenta que se trate de un color tenue para que el efecto relajante sea mayor.
- Para finalizar la manualidad, rellena la botella con más agua, prácticamente hasta arriba del todo. A continuación, ponle la tapa y ciérrala con fuerza para que el agua no se salga al remover la botella. Puedes ponerle silicona en la tapa para que no se derrame el líquido.
Los beneficios de esta herramienta
La principal función de la botella de la calma es que el niño cuando se encuentre en una situación que no sepa como gestionar y se frustre dando como resultado el enfado y la rabia, agite la botella con todas sus fuerzas y, mientras lo agita, libere las tensiones emocionales acumuladas y, cuando estas se reduzcan y deje de mover la botella, el movimiento de la purpurina descendiendo lentamente relaje al pequeño.

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Pedir citaTambién es una técnica muy efectiva para estimular la concentración y la atención selectiva. Por otro lado, es un método muy eficaz para tratar el trastorno de ansiedad infantil y la hiperactividad, pero además, puede ser útil en los niños con autismo y problemas de conducta.
Se trata por último, de una técnica que no es exclusiva solo para niños, los adultos también pueden sacarle el mismo partido. Así se demuestra en las clases de mindfulness y yoga, donde se utiliza para lograr esa relajación que se busca con los más pequeños.
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