Bulimia: qué es y cómo detectarla

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La bulimia  juntamente con la anorexia, la vigorexia y otros, conforman los denominados Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

En ocasiones, anorexia, bulimia y vigorexia se dan conjuntamente en la misma persona, pero pueden darse por separado, es por ello por lo que es importante saber qué es la bulimia y cómo podemos detectarla.

¿Qué es la bulimia?

Etimológicamente la palabra «bulimia» proviene del latín y significa «hambre en exceso». Fue diagnosticada y descrita por primera vez por el psiquiatra Gerald Russell a finales de los 70 del siglo XX.

Es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por una sobreingesta de alimentos y unas conductas compensatorias posteriores. Es decir, la persona afectada de bulimia ingiere una gran cantidad de alimentos y luego intenta compensar ese exceso mediante diversas prácticas: laxantes, diuréticos, ejercicio físico intenso, vómito…

A diferencia de la anorexia, la bulimia no es una patología tan evidente en las personas que la sufren. Así como en la anorexia vemos a personas evidentemente delgadas y con aspecto prácticamente desnutrido, en las personas bulímicas el trastorno puede pasar desapercibido para su entorno durante mucho tiempo.

¿Cómo se puede detectar la bulimia?

Hace algunos meses os ofrecíamos este artículo sobre cómo detectar trastornos de la conducta alimentaria. En esencia, podemos seguir los mismos consejos que en él se ofrecen, pero hay que tener en cuenta que, como decíamos anteriormente, la bulimia es un trastorno mucho más silencioso que la anorexia.

Por eso hay que estar atento a estos signos que, aunque no son necesariamente indicadores de la presencia de bulimia, sí que nos deberían poner en alerta.

En cuanto a la alimentación

  • Episodios de sobreingesta: son los denominados «atracones». En estos episodios el adolescente ingiere una gran cantidad de alimentos diferentes en un espacio muy corto de tiempo. Es necesario distinguirlos del «hambre del adolescente» que es el aumento del apetito que presentan los adolescentes como respuesta a su desarrollo físico y es mucho más estable. Los episodios que nos deberían poner en alerta son los que, además de comer mucho se  y que son puntuales, es decir, que durante el día el adolescente come de una manera más o menos normal.
  • Velocidad en la comida: en los episodios de sobreingesta el adolescente come muy rápido y prácticamente sin masticar ni saborear los alimentos.
  • Comida a escondidas: se esconde para comer y se avergüenza si lo «cazan» en pleno acto.
  • Prefiere comer solo: busca cualquier excusa para no comer en familia ni delante de nadie.
  • Ayunos injustificados: de repente dice que no quiere comer, o que no quiere cenar. Que prefiere tomar sólo un caldo. Y esto se repite de forma más o menos frecuente.
  • Rituales con la comida: cuando come parece que juega con la comida. Separa, por ejemplo, las verduras por colores, o cada tres mordiscos tiene que beber un vaso de agua.
  • Preocupación por la comida «light»: esto, que no debería ser un motivo de preocupación per se, cuando se une a todo lo anterior debería ponernos en alerta.
  • Ingesta excesiva de alimentos laxantes o diuréticos

En cuanto a la imagen corporal

  • Preocupación excesiva por la imagen
  • Deseo de cambiar su cuerpo:manifiesta de una forma excesiva que desearía tener un cuerpo diferente, continuamente comenta sus supuestos defectos físicos.
  • Vergüenza de su cuerpo: intenta esconderlo al máximo y no acepta llevar, por ejemplo, prendas ajustadas.

En cuanto al físico:

  • Peso normal o un ligero sobrepeso: suelen tener ligeras variaciones en el peso que pueden pasar desapercibidas para la mayoría de la gente (unos 5-10kg).
  • Callosidades en el dorso de la mano: es el denominado «Signo de Russell». Está provocado por la fricción entre esta parte de la mano y los dientes en la conducta de vómito.
  • Problemas bucales: el ácido del vómito desgasta las piezas dentales y puede provocar problemas dentales graves así como llagas en la boca.
  • Cambios en la menstruación: en las mujeres que sufren este trastorno es habitual que se produzcan desajustes en el ciclo menstrual e, incluso, que llegue a desaparecer.
  • Irritaciones crónicas de garganta: suelen darse afonías contínuas o tos seca debido a la acción del ácido del vómito en el aparato digestivo.

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En cuanto al comportamiento:

  • Abuso de sustancias: tabaco, alcohol o drogas suelen acompañar a los trastornos de la conducta alimentaria en general.
  • Conductas autolesivas: estas conductas vienen dadas por el rechazo al propio cuerpo, la persona siente la necesidad de hacerse daño. Además de provocarse el vómito, algunos otros ejemplos pueden ser: morderse las uñas hasta que llegan a sangrar, arrancarse pequeños mechones de pelo o pellizcarse.
  • Encerrarse en el lavabo inmediatamente después de la comida
  • Ejercicio intenso después de cada comida: cuando acaba de comer siente la necesidad de salir a correr, de ir al gimnasio o de hacer abdominales.
  • Miente sobre la comida: cuando alguien le pregunta, por ejemplo, qué ha comido ese día, se siente avergonzado y miente sobre las cantidades o sobre el tipo de comida.

En cuanto al estado de ánimo:

  • Cambios de humor
  • Frustración y autoexigencia: se retroalimentan la una con la otra. Se exige mucho, no se permite ningún error y, cuando lo comete, se frustra y se enfada consigo mismo.
  • Impulsividad: parece que toma decisiones sin pensárselo demasiado, actúa antes con el «corazón» que con la «cabeza».
  • Sentimiento de culpa: no poder controlar esta conducta les produce sentimiento de culpabilidad
  • Baja autoestima: la persona con este trastorno se percibe como poco capaz para hacer frente a las obligaciones del día a día ya sean a nivel de estudios, laboral, personal o social.

¿Qué hacer si creo que alguien cercano padece bulimia?

Si crees que alguien cercano a ti padece este trastorno es importante que contactes siempre con un profesional que pueda ayudarte.

Si la persona en cuestión es menor de edad habla con sus padres o con sus tutores legales para que lo lleven a un experto en el tema y pueda ayudarles.

Si la persona en cuestión es mayor de edad intenta hablar con ella, siempre desde el respeto, el cariño y la comprensión. Coméntale que te preocupa su estado de salud, que crees que puede necesitar ayuda externa, ofrécele tu apoyo y tu compañía, pero no la juzgues. Acuerda con ella acudir a un especialista que pueda valorar la situación y que pueda ayudarle a salir de ella.

Si la persona se cierra en banda y no admite tener un problema ni necesitar ayuda, nuestra recomendación es que contactes con un experto, le expliques el caso y que sea éste el que te oriente para poder ayudar de la mejor manera a esta persona.

En Siquia  ofrecemos el servicio de nuestros psicólogos especializados en Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), que pueden tanto atender a personas afectadas por este trastorno como a familiares, tutores o docentes que deseen obtener una orientación precisa.

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Imagen de Silvia Catalán
Sobre Silvia Catalán Sílvia Catalán es licenciada en Psicología por la Universitat Autónoma de Barcelona y colegiada número 21279. Está especializada en sexología y salud sexual y en terapia de pareja.
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