¿Cómo afectan psicológicamente las operaciones estéticas?

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Cada día es más común ver a alguien que decide someterse a una cirugía estética de cualquier tipo. Es una práctica que se ha extendido en los últimos años, y aunque las consecuencias físicas son las más notables a simple vista, este tipo de cirugías implican en gran parte a la psicología. 

El factor psicológico previo a la operación

Lo cierto es que cuando tomamos la decisión de pasar por el quirófano para cambiar un aspecto físico, lo hacemos con la intención de mejorar algo que no nos gusta. El hecho de ver a diario algo que no nos convence o con lo que no estamos completamente satisfechos puede crear un complejo y una sensación de malestar que nos condicione en nuestra vida diaria.

En primer lugar es necesario entender que las operaciones estéticas no están recomendadas para todas aquellas personas que padezcan un trastorno relacionado con la percepción que tienen sobre su propio cuerpo, es decir, pacientes de anorexia y bulimia o trastorno dismórfico. Además se trata de un cambio, a priori, permanente, del que hay que estar completamente seguroy haberlo meditado bien antes de realizarlo.

Se puede concluir, por lo tanto, que el factor psicológico juega un papel muy importante a la hora de tomar esta decisión. 

Los beneficios o reacciones adversas que pueden darse tras la operación

Debemos hablar de aquellas cirugías que son parte de la reconstrucción de un miembro. En estos casos, las operaciones son siempre beneficiosas para la salud mental del paciente. Por otra parte, cuando se corrige algo que a la persona le suponía un gran complejo, en la mayoría de los casos se produce un bienestar psicológico que ayuda a la persona en todos los demás aspectos de su día a día.

No obstante, hay que tener en cuenta que también se pueden dar reacciones adversas. Existe, tras la operación, un tiempo que se considera como el proceso de adaptación a la nueva imagen, en el que el paciente puede no sentirse realmente satisfecho con el cambio, bien porque no sea lo que esperaba o bien porque el cambio no ha terminado de asentarse. En estos casos, es de suma importancia acudir a un profesional en busca de ayuda psicológica.

Para este tipo de operaciones es importante también acudir a un centro en el que tengan una amplia experiencia y se le proporcione al paciente un trato personalizado y un acompañamiento durante todo el proceso: el tiempo previo a la operación, la operación, y el tiempo posterior. Por ejemplo, en la clínica de cirugía plástica García-Dihinx llevan más de 30 años realizando intervenciones de cirugía estética, por lo que saben cómo tratar a los pacientes y les dan toda la información necesaria para intentar evitar este tipo de reacciones adversas.

Otro factor para evitar pasarlo mal tras la operación es una valoración psicológica previa, ya que, en caso de no gustar el resultado, puede afectar emocionalmente de forma grave. De cualquier forma, no es algo generalizado, ya que en la mayoría de casos este período de adaptación transcurre de manera positiva para los pacientes.

En definitiva, la psicología conforma la mayor parte del proceso de una operación estética. Los motivos que llevan a una persona a pasar por ello y las consecuencias a posteriori son, en gran medida, un aspecto psicológico. Por lo tanto, antes de tomar esta decisión hay que tener claro que, igual que queremos estar bien con nuestro cuerpo, también debemos mirar por nuestra salud mental, y hacer las cosas asegurándonos de que estamos haciendo lo correcto para nosotros.

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