Queridos padres,

refresquemos un poco: ubíquense en que la adolescencia comienza a partir de los 12 años aproximadamente, cada chico/a es un mundo bien particular que lleva procesos internos que le permiten desarrollar los aspectos de la adolescencia más temprano o tardía con respecto a los demás. Lo importante es que nosotros como padres estemos listos con las herramientas y que internamente contemos con recursos para afrontar situaciones que nos producirán estrés, frustración, rabia, incomprensión e incluso desconfianza. Ante esto, no obstante, la pregunta que siempre anda en el aire y a veces no sabemos responder con efectividad y calma es:

¿Qué hago para que mi hijo me tenga confianza y me vea como una figura de autoridad?

A continuación, comparto unos consejos y trucos bien sencillos de realizar para generar cambios en nosotros y en nuestro hijo:

  • Organízate con tu pareja para que se pongan de acuerdo en las sanciones, normas y formas de disciplina.
  • Utiliza el humor para romper el hielo: posiciónate como un niño y no como un padre juicioso que busca el orden correcto de las cosas (esto es aburrido)
  • No caigas en el error de repetir tres veces o más lo mismo: “ te lo dije, siempre haces lo mismo porque no me escuchas”. Con estos mensajes le estas reforzando la idea que no vale la pena escucharte porque aburres siempre dices lo mismo.
  • Sé práctico, no hables tanto.
  • Cuando hables con tu hijo, acércate, tócale el hombro, rompe la barrera. Ésto demuestra confianza.
  • Muestra flexibilidad y negociación para las salidas nocturnas.
  • Si quieres compartir con tu hijo, no le impongas actividades y deja que él opine y te muestre sus actividades, de modo que puedas adaptarte a ellas y disfrutar con él.

Todos estos consejos van encaminados a propiciar un clima agradable en la relación padre – hijo fortaleciendo el vinculo afectivo y una disciplina flexible donde ambos salen ganando: yo gano y mi hijo gana.

Sobre el autor de este artículo

Leonardo Molero es psicólogo de origen venezolano con Nº colegiado 1178. Practica la Terapia Cognitivo-Conductual y es especialista, sobre todo, en el tratamiento de adicciones, gracias a su formación en Intervención y Prevención en el uso y abuso de Drogas Legales e Ilícitas. Molero es también experto en eltratamiento del estrés y el duelo debido a su especialización en Terapia de Luto y Curso de abordaje e intervención socio preventiva, clínica, familiar y educativa de niños, niñas y adolescentes, entre otros.