La infelicidad es un sentimiento común en terapia, aunque normalmente se esconde tras otros nombres. Los pacientes nos dicen «no estoy a gusto en el trabajo», «no tengo ganas de hacer nada» o «he perdido la ilusión». Pero en gran parte de los casos la pregunta escondida tras estos problemas suele ser: «¿Es posible dejar de ser infeliz?».
¿Cómo dejar de ser infeliz?

Incluso si es cierto, cuesta aceptar que uno es infeliz. Ponerlo en palabras es como quitar una tirita especialmente adherida a la piel. Es dejar una herida abierta y esperar a que se cure. Sin embargo, a veces ocurre: alguien llega a su primera sesión y, sin más rodeos, le cuenta a su terapeuta que es infeliz.
Es el caso de Selene, que afirma estar profundamente descontenta con su vida. Nos explica que la infelicidad viene de la preocupación constante que asola su vida: tiene problemas económicos, no le gusta su trabajo, su pareja y ella discuten mucho… Vive frustrada, incapaz de prestar atención a los buenos momentos.
Selene desconoce si el origen de sus sentimientos es un trastorno depresivo. Solo tiene clara una cosa: quiere dejar de ser infeliz.

¿Qué es y por qué aparece la infelicidad?
La infelicidad no es otra cosa que la ausencia de felicidad. Hay muchas otras palabras que pueden describir este desagradable sentimiento: desdicha, insatisfacción, desmotivación…
Es un sentimiento desagradable, pero no por ello poco común. Recientemente una encuesta de Ipsos reveló que la infelicidad es una verdadera pandemia en nuestro país. El 45% de los españoles declara ser infeliz, lo que sitúa a España como el segundo país más infeliz de Europa.
Pero ¿por qué somos infelices? Pues bien, los expertos determinan que tiene que ver con la naturaleza del ser humano. ¿Significa esto que, como personas, estamos destinadas a ser infelices? ¡No!
Lo que ocurre es que somos producto de miles de millones de años de evolución, que han llevado a nuestro cerebro a desarrollar una serie de esquemas que nos permiten sobrevivir. Pero estos esquemas cerebrales son tan antiguos que no están adaptados a la vida moderna y, en ocasiones, entran en conflicto con nuestras necesidades actuales.
De hecho, esa es a menudo una de las causas de la ansiedad. Al fin y al cabo, la ansiedad no es más que una respuesta natural ante los estímulos potencialmente peligrosos. Es una señal para que nuestro cuerpo se prepare para luchar o para huir. Entonces, ¿cuál es el problema?
El problema es que muchas de las situaciones que nos generan ansiedad en la actualidad no se solucionan ni luchando, ni huyendo.
Pero el cuerpo no atiende a razones por lo que, ante el peligro, activa los mecanismos de la ansiedad: aumenta tu flujo sanguíneo, acelera tu respiración y te llena de energía para que puedas hacer frente a ese peligro. Sin embargo no huyes y tampoco luchas, y el exceso de energía hace que la ansiedad se convierta en un problema.
Algo similar ocurre con la infelicidad. Nuestro cerebro nos ofrece una serie de herramientas para gestionar el día a día, nos da formas de gestionar las emociones, de comprender el mundo… Pero estas herramientas no siempre son útiles. A veces entran en conflicto con otras partes de nuestro ser y nos hacen caer en contradicciones.
Es ahí, cuando no sabemos qué hacer para salir airosos de las situaciones, cuando surge la infelicidad.
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Pedir cita¿Es posible dejar de ser infeliz?
Dejar de ser infeliz no es fácil, pero es posible. No obstante, debes ser consciente de que la infelicidad suele ir atada a una serie de costumbres y que tendrás que trabajar duro para eliminarlas.
Por ejemplo, es pertinente eliminar el victimismo de tu vida. Eso no significa que no tengas derecho a estar triste o enfadado si algo te va mal. Las emociones mal llamadas negativas son naturales, y es necesario sentirlas para dejarlas ir. Simplemente evita regodearte en ellas.
También será necesario que te deshagas de las excusas. Si necesitas cambiar algo, no te pongas pretextos. Hazlo. Ni siquiera es necesario que lo hagas bien a la primera: hazlo como sepas hacerlo y perfecciona tu técnica por el camino. La manera más infalible de no conseguir las cosas es no intentarlo.
Y, por supuesto, no te pases la vida anclado al pasado ni esperando al futuro. El pasado es inalcanzable y el futuro es incierto. El presente es lo único real ahora mismo y solo si le prestas atención podrás aprender a ser feliz en el aquí y el ahora.
5 consejos para dejar de ser infeliz
- Sé comprensivo contigo mismo.
- Rodéate de gente positiva y constructiva, dispuesta a ayudarte y acompañarte en los buenos y en los malos momento.
- No te prives de las cosas que disfrutas, por pequeñas que sean. A veces basta una tarde en el cine o un baño relajante para arreglar un mal día.
- Procura reír y sonreír. Recuerda que la felicidad se aprende y que, cuando sonríes, le estás diciendo a tu cerebro que eres feliz.
- Sé paciente.
Si nada de esto funciona, entonces quizás sea el momento de ponerte en manos de un profesional de la salud mental. Un psicólogo puede ayudarte a recuperar la felicidad y a eliminar todos esos hábitos que empañan tu día a día.
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