«La crítica es buena siempre y cuando sea constructiva«. Es una frase que, quién más quién menos, todos hemos escuchado alguna vez y con la que solemos estar en teoría de acuerdo. En teoría. Porque en el momento de la verdad, cuando alguien critica alguna cosa que has hecho o dicho, por muy constructivo que intente ser, duele.
Que nos critiquen suele hacernos sentir mal. Vulnerables. Una crítica es procesada por la persona que la recibe como una duda hacia su persona, hacia su trabajo o hacia sus capacidades.
El miedo a la crítica es muy lícito, a nadie le gusta que le critiquen. Pero este miedo no debe paralizarnos. Hay personas que ante el miedo a recibir una crítica se bloquean, se impiden a sí mismas avanzar y no llevan a cabo ninguna acción arriesgada por si acaso esta acaba en una crítica por parte de alguien cercano.
Encajar las críticas de una forma adecuada es indispensable y, además, puedes aprender a transformarlas en el combustible de tu crecimiento personal.
¿Por qué razones se critica?
Hay que diferenciar, por lo menos, entre dos tipos de motivos por los cuales la gente critica:
1. Por atacar: hay personas que cuando se enfadan con ellas mismas o con los demás, atacan. No siempre físicamente, también de forma verbal. El ataque en forma de crítica se utiliza para desahogarse proyectando la frustración en el objeto de crítica o simplemente para devaluar a la otra persona por algún tipo de interés. En ocasiones la persona simplemente busca hacer daño o manipular al otro a través de la crítica destructiva. Este tipo de crítica no sirve para nada más que para violentar al que la recibe ya que no se dan explicaciones ni pautas de mejora.
2. Por ayudar a mejorar: es la crítica constructiva. En este tipo de críticas la persona que las realiza tiene por objetivo ayudar a la persona criticada a mejorar algún aspecto con el que no está de acuerdo o que no considera apropiado.
La forma de afrontar las críticas dependerá, en gran parte, de qué tipo de crítica estemos recibiendo. Hay que intentar quedarse siempre con el contenido de la crítica y no con las formas de éstas. Si aprender a recibir críticas es difícil, aprender a realizarlas de una forma no agresiva no lo es menos.
Encajar críticas destructivas
«¡Esto que has hecho es una basura! ¡Eres un incompetente! Ya puedes volver a empezar»
Cuando se recibe este tipo de crítica la sensación que tenemos es la de que nos están insultando. Están menospreciando nuestro trabajo y no nos están dando argumentos para hacerlo. Simplemente, no es lo que la persona esperaba.
Esta crítica es un reflejo de la frustración de la persona que la realiza, probablemente sus expectativas sobre el trabajo que nosotros debíamos realizar eran diferentes al resultado final y no ha sido capaz de encajarlo.
Este tipo de críticas no deben ser aceptadas. Aquí van unas pequeñas pautas de actuación para cuando estés ante este tipo de críticas:
- Respira profundamente y conciénciate de que con las formas la persona que tienes delante ya ha perdido la razón.
- Dirígete a la persona que ha realizado la crítica con un tono de voz calmado y respetuoso.
- No te pongas a la defensiva. No debes atacar.
- Mira a los ojos a la persona que te ha atacado y dile de una forma clara y tranquila que no vas a aceptar ataques hacia tu persona ni vas a escuchar ningún comentario fuera de tono.
- Debes tener claro que no puedes permitir que te falten al respeto ni que se entre en descalificaciones personales ni insultos en ningún momento. Si lo permites una vez estarás sentando precedentes para que la próxima vez se te descalifique directamente a ti como persona y no a aquello que has hecho.
- Pídele calma y comunícale la necesidad de explicación: «de acuerdo, entiendo que no era lo que esperabas, ¿me podrías decir qué debería hacer para que se ajustara a tus necesidades?».
- Si la persona que está realizando la crítica está muy airada y no hay posibilidad de razonar con ella, sal de la habitación y dile que volverás en un rato y que quizás, estando más calmados, podréis llegar a alguna conclusión útil para ambas partes.
- Si a pesar de todo la persona se mantiene en la crítica destructiva probablemente es porque no tenga razones de peso para realizarla y, simplemente, esté focalizando su frustración en ti. Si este es el caso, da media vuelta y haz caso omiso a la crítica.
Encajar críticas constructivas
A pesar de que entendamos que las críticas constructivas nos ayudan a hacer mejor nuestras tareas y a crecer como personas no podemos evitar que nos duelan.
Recibir una crítica constructiva por parte de una persona que sabe realizarlas es realmente una gran oportunidad, pero eso no quiere decir que necesariamente debamos estar de acuerdo con ellas al cien por cien. Para poder encajar las críticas adecuadamente se necesita una gran autoconfianza y seguridad en uno mismo y en lo que está realizando, si no, podemos caer en el error de asumirlas todas como ciertas e intentar adaptarnos por completo a lo que las otras personas necesitan de nosotros dejando de lado nuestros deseos y opiniones propios.
Para encajar mejor las críticas constructivas y poder sacarles el máximo partido ahí van unos pequeños consejos:
- Escucha a la persona que está realizando la crítica. Escúchala de forma activa, pregúntale lo que no tengas claro.
- Abre tu mente a nuevas ideas. Quizá lo que estabas haciendo hasta ahora no sea lo más óptimo y puedas mejorarlo.
- No intentes defenderte. Recuerda: no es un ataque hacia tu persona, es una sugerencia de mejora.
- No pongas excusas. No te están acusando de nada, no hace falta que pongas excusas, asume la parte de razón que tenga la persona que te está criticando.
- Busca el acuerdo. Demuéstrale a la persona que está realizando la crítica que estás de acuerdo con ella al menos en algunos puntos.
- Pide sugerencias. Si crees que la persona que te está haciendo la crítica puede tener la clave para resolverlo ¿por qué no aprovecharla?
- Déjate aconsejar. Echa a un lado tu orgullo y acepta que no lo sabes todo, los consejos son siempre bienvenidos y después, puedes seguirlos o no, eso lo decides tu.
- Dale las gracias por su crítica.
- Tómate un tiempo, el que sea necesario, para interiorizar la crítica y las soluciones que se te han propuesto. A partir de ahí decide si las implementarás o si seguirás como hasta ahora.
Si finalmente te das cuenta de que la crítica era acertada y que era necesario cambiar algún aspecto de ti mismo o de cómo haces las cosas, no te martirices, no te culpes. Asume la necesidad de cambio y empieza a trabajar en ella, poco a poco, sin agobiarte, los cambios requieren tiempo.
También puedes consultar con un psicólogo para que te ayude a realizar esos pequeños cambios que necesitas. En Siquia te ofrecemos la posibilidad de contactar con ellos de forma gratuita. ¿Te animas?