Quizás uno de los estigmas más asociados a las personas mayores es que, en su mayoría, son dependientes…
… pero, aunque es cierto que existe un porcentaje de ellos que precisan de ayuda, en otros muchos casos somos los familiares los que, llevados por creencias erróneas y por la necesidad de facilitarles las cosas, conseguimos que sean más dependientes de lo que realmente son.
Hay funciones para las que es probable que se necesite de un apoyo que les haga más fácil la tarea, pero la extrapolación de esto a todos los quehaceres diarios conllevará a una inactivación progresiva que no hace sino perjudicar negativamente a nuestro familiar o paciente, tanto a nivel físico como psicológico.
Las actividades de la vida diaria (AVD) son aquel conjunto de acciones o tareas que todos realizamos a diario y que nos permiten desenvolvernos de forma autónoma en nuestro entorno y ejercer diferentes roles dentro del propio círculo social.
Estas actividades no son generalidades, es decir, no todas son iguales puesto que dependen tanto del propio individuo como de la cultura imperante en la sociedad. Se desempeñan siempre en el grado en que seamos capaces. Si nuestro familiar o paciente sufre de alguna afección que le impide hacer alguna o algunas de ellas no quiere decir que no pueda realizar otras, por lo que será importante evaluar cuál es el desempeño de tareas que, a pesar de poderles suponer un pequeño esfuerzo, no les resulte imposible de realizar.
Así puedes activar la vida de tus familiares de edad avanzada
A niveles generales, podríamos decir que estas actividades de la vida diaria se dividen en tres grupos:
- Actividades básicas: son aquellas más elementales que están ligadas inherentemente a la condición humana, dirigidas a uno mismo y que se realizan de forma cotidiana y automática. Precisan de un estado de salud bueno en general, aunque como decíamos antes, la imposibilidad para realizar alguna de ellas no debe condicionar en los esfuerzos por ejecutar todas las demás que sean posibles. Dentro de este grupo podríamos encontrar tareas como: comer solo, asearse y/o vestirse sin ayuda, ser capaz de desplazarse de forma autónoma, etc.
- Actividades instrumentales: estas están más condicionadas por un mayor sesgo cultural, se relacionan mayoritariamente con el entorno y pueden definirse como un medio para obtener o realizar otra acción. Tienen mayores implicaciones motrices y cognitivas y precisan de una mayor interacción con el medio. Aquí podríamos encontrar: el manejo de dinero, usar medios de comunicación (hablar por teléfono, escribir…), cuidado del hogar y/o de otros familiares, mantenimiento de la propia salud…
- Actividades avanzadas: son aquellas que, a pesar de no ser indispensables para mantener la independencia, permiten un mayor desarrollo de la persona dentro de la sociedad. Estarían motivadas fundamentalmente a cubrir necesidades relacionadas con el estilo de vida del sujeto. Tendríamos en este grupo: realizar viajes, organizar planes de ocio y tiempo libre, participar en grupos, llevar a cabo alguna actividad deportiva…
Como imaginamos, cada una de estas tareas pone a prueba una serie de habilidades y destrezas, por ello es necesaria la planificación de muchas de ellas en base a las características particulares de cada sujeto. Si crees que necesitas ayuda para elaborar un cuadro de tareas diarias con las que poder ayudar a tu familiar o pacientes, en Siquia estamos preparados para proporcionarte las herramientas adecuadas. Consulta con nuestro equipo de psicólogos.