Esta semana pre-Reyes han pasado por la consulta “mis niños”. Una preciosidad rubia, de ojos verdes, me recitaba una larguísima carta asegurándome que “se enfadaría mucho” con su Rey Mago favorito si no le traían todo lo que me había dicho. Un preadolescente con las hormonas algo revolucionadas y adicción a los videojuegos, aseguraba pedirle a los Reyes Magos más tecnología. Sin embargo, recordando el año pasado, también, es un problema de sus Majestades los Reyes saber regalar bien y, sobre todo, adecuadamente. Por ejemplo, si un niño tiene una adicción a los videojuegos, los Reyes no deberían dejar a ese niño más de dichos videojuegos, ¿verdad, Reyes Magos?
¿Qué ocurre si los Reyes Magos no entienden las expectativas de los niños?
Hay que gestionar tanto las expectativas de los niños como de los padres porque, en ocasiones, las de estos son superiores a las de sus hijos. En realidad, y muchas veces de forma involuntaria, son los propios papás los que crean necesidades en los niños.
Esto ocurre porque tanto papás como abuelos, tíos y demás familiares atienden esas expectativas e, incluso más… si pueden. El conflicto llega cuando las expectativas de los hijos son excesivas para la capacidad económica de los Reyes Magos. Es entonces cuando el sentimiento de culpa de éstos ante el “no regalo” se magnifica. Los niños se sienten frustrados y se vuelven exigentes ante las explicaciones poco complacientes – no olvidemos que no dejan de ser niños – de sus padres.
Debemos pensar que no existe ningún termómetro de “buen/mal padre/madre” y menos aún, que ello se pueda medir por el valor económico de los regalos. Al fin y al cabo, lo que importa es más el valor emocional de los regalos y, con el tiempo, se puede ver que aquello a lo que no dábamos importancia es lo verdaderamente esencial como pasar tiempo de calidad con nuestros hijos.
A pesar de ello, el conflicto forma parte más del imaginario de los padres que de los propios hijos. Se demuestra que acceder a todas las expectativas de nuestros hijos hará que de adultos sean infelices y frustrados ¿cuál es la causa?
Es necesario que los niños reciban pequeñas frustraciones para que entiendan que la vida no es fácil y no se puede conseguir todo lo que uno desea. Si no existen estas frustraciones creamos adolescentes egoístas y exigentes que, con el tiempo, y al ir sufriendo las frustraciones vitales normales hará que se conviertan en adultos infelices.
Una forma de solucionar este problema es reduciendo las expectativas de los hijos por parte de los padres, mediante una conversación – pero no antes de los 9 años – acerca de la cantidad máxima de regalos que se pueden pedir en la carta a los Reyes Magos. Aunque muchos padres les resulte complicada esta situación, hay que pensar que es la manera más adecuada para evitar la decepción en los niños para enseñarles a agradecer los regalos que los Reyes les traigan y para ayudarles a gestionar las emociones.
Cómo gestionar los límites con los niños… y la familia
Ante la ilimitada capacidad de pedir de los niños está la capacidad de poner límites, o sea, de decir que “no” de los padres. Y esto se debe hacer en el mismo momento en que los niños se ponen a escribir la carta a los Reyes.
Esto les servirá a los niños como un aprendizaje para el resto de su vida y les permitirá ser más autónomos, tener un pensamiento más flexible y ser más adaptativos.
Llegar a este punto no resulta tan difícil como puede parecer y bastaría con explicar a nuestros hijos más pequeños que los camellos de cada unos de los Reyes Magos llegan muy cansados de repartir juguetes a los niños del mundo por lo cual, este año, han puesto un nueva regla siendo que cada camello sólo acarreará un regalo. Pero como los camellos a veces pierden la brújula, es posible que para el mismo niño también dejen otro regalo en casa de abuelos, tíos u otros familiares. A veces sorprende la elevada capacidad de razonamiento y de adaptación a las circunstancias de los niños.
De alguna manera, este “no más de tres regalos” lo constituimos en un límite. Los niños tienen emociones y deben aprender a regularlas para controlar su conducta. Así, ellos adaptarán sus peticiones a este modelo presentado en casa en lugar de asumirlo en forma de conflictos familiares, disgustos, rabietas, llanto, apatía o desilusión.
¿Y si se llevan una desilusión?
Dependerá de la edad del niño y de cuánto saben acerca de la magia de los Reyes Magos. Si todavía existe la magia, se les puede explicar que los Reyes deben repartir muchos regalos y que no se puede llevar todos los regalos a un niño porque habría muchos que se quedarían sin juguetes. Hay que ayudarles a practicar la aceptación, que no la resignación, fomentando la alegría sin que dependa de tener o no tener determinados regalos.
¿Se les puede regalar tecnología a cualquier edad?
Antes de que los Reyes traigan aparatos tecnológicos a los niños, quizás deberían pensar en los beneficios e inconvenientes de los mismos. Sobre todo si se convierten en unos sustitutos de otros tipos de juguetes o actividades que puedan hacer trabajar más su imaginación, creatividad o curiosidad.
El juguete ideal para cada niño es el que se adapta a la edad, personalidad, nivel de desarrollo, teniendo en cuenta que debe aportar beneficios a nivel psicomotor, cognitivo, socioemocional e intelectual.
No se deben usar los regalos como “premios o castigos” porque ha obtenido unas buenas o malas calificaciones. De la misma manera, tampoco, se deben regalar para “consolar” las actitudes de capricho o las rabietas.
Por el contrario, los juguetes deberían ser manipulativos, de construcción, que favorezcan la creatividad o el juego simbólico, que eduquen o que favorezcan la imaginación y la socialización.
A partir de los 10 años los teléfonos móviles comienzan a ser muy deseados. Sin embargo, aún es una edad muy temprana para tener uno propio. Se puede usar de forma compartida con otro hermano o con los padres. De la misma manera, los niños requieren tablets que los Reyes podrían regalar siempre y cuando sea bajo supervisión de los padres, se ponga un control parental y se usen sólo para juegos, esencialmente, educativos.
No se deben usar los regalos como “premios o castigos” por las notas ni para consolar rabietas y caprichos
Pautas para que los Reyes Magos no se excedan con los regalos
Existen diversas reglas:
- Regla de los 5 regalos. Limita el número de regalos a 5 para que sean capaces de focalizarse en cada uno. Incluso, estos 5 regalos se podrían repartir entre Santa Claus y Reyes Magos.
- Regalos fuera de las Navidades. Si concentramos los regalos entre las dos fechas mágicas y hacemos el tour correspondiente por casa de los abuelos, tíos, etc, es poco educativo. Por tanto, si guardamos alguno de estos regalos y se lo damos tras las Navidades, se puede “premiar” algún tipo de esfuerzo que está haciendo.
- Regla de los 4 regalos. Disminuye el número de regalos que reciben los niños. Además, estos deben ser útiles y prácticos. Evita inundar a los niños con juguetes que, muchas veces, hacen de sustitutos del tiempo que los padres no pueden pasar con sus hijos, tal y como ya comentamos en el artículo del síndrome del niño hiperregalado. Según esta regla, los Reyes Magos deben priorizar los siguientes regalos:
- Algo que se desee mucho. Así se seguirá manteniendo la ilusión y cuidando las necesidades emocionales del pequeño.
- Algo útil como ropa, zapatos, prendas deportivas, material educativo…
- Algo para motivarle a leer, ya sea un libro en formato papel o un libro electrónico
- Algo que necesite tu hijo.