Ya nos queda poco para finalizar 2013. Es momento de hacer un balance sobre las metas que hemos alcanzado, las oportunidades que se nos presentaron de imprevisto, si las hemos aprovechado o, por el contrario, las hemos dejado pasar, las decisiones de última hora, el trabajo que está en proceso y los proyectos que hemos dejado para el próximo año.
Cuando un año termina, también lo hace un capítulo de nuestras vidas, pero ello no debe significar el fin de ningún proyecto. Más bien, al contrario, una ocasión para reafirmar nuestros compromisos personales y ajustarlos a un nuevo escenario, el cual podemos aderezar con mucha actitud positiva y salpimentar con optimismo, confianza y entusiasmo.
Es por ello que estas fechas son propicias para escribir nuestra lista de propósitos para el 2014, que nos servirá de punto de partida para plantearnos nuevos objetivos y comenzar a trabajar en ellos.
Aunque para muchas personas una lista de propósitos sean tan sólo un ritual, para otros es mucho más que eso, pues dejan sobre papel los deseos que esperan alcanzar en el próximo capítulo del libro de su vida. Ante esto, es muy importante no sólo escribirlo sino visualizarlo, imaginarnos dentro de ese logro anhelado.
Sin embargo, también es famosa esta época del año por lo que sucede con esos propósitos una vez que se acaba el turrón y las ciudades retiran sus luces. Nuestro noble intento fracasa y, al cabo de varios años, llega un momento en que nos acostumbramos a ello.
Así que vamos a intentar que se puede mejorar para hacer del 2014 un año un poco más eficaz.
A ver si esta vez conseguimos que sea diferente. Vamos a intentarlo, pero esta vez lo haremos bien preparados; así, la pregunta principal es, ¿qué vamos a hacer para lograrlo? Ya que, antes de iniciarla, es muy importante saber lo qué queremos hacer, es decir, nuestros objetivos vitales.Cuando los conocemos, es mucho más fácil hacer esta lista.
Aún así, cuando visualizamos nuestra meta para el próximo año, lo mejor es dividirla en diversas submetas, más fáciles de cumplir, cada una de las cuales debe incluir propósitos tanto personales como familiares, laborales, de salud, económicos,… procurando ser lo más realistas posibles.
También es importante adoptar actitudes y pensamientos positivos; así, por ejemplo, en lugar de pensar “no soporto este trabajo” es mejor focalizarse en “ quiero cambiar a un trabajo que me satisfaga” y poner los medios para conseguirlo.Pide ayuda, si la necesitas, pero, sobretodo cree que tu sólo mereces cosas buenas y, por tanto, vas a conseguir lo que te propongas.
1. No persigas lo que no necesitas
A menudo nos comprometemos con cosas inútiles o lejos de nuestro alcance. Piensa que tu esfuerzo no es gratuito y ponle freno a tus metas más inmediatas. Tener un BMW es un objetivo lujoso, que a todos nos gustaría, pero no indispensable para la mayoría de la gente.
Algo que necesitas puede ser tan simple como resolver los conflictos con tus vecinos, porque eso sí te produce malestar en tu día a día. O redecorar tu casa de arriba abajo porque es el lugar en el que más tiempo pasas.
Mi recomendación: no crees necesidades inútiles para satisfacerlas después, sino que empieza por satisfacer las necesidades que ya tienes. Especialmente las más básicas, porque son también las más relevantes para ti. Recuerda que para lograr lo que quieres siempre tendrás que esforzarte, eso no es una excepción
2. Escoge pocos y limítate a ellos
Asume que no puedes con todo. Di no a ciertas cosas que te gustarían pero son secundarias y enfócate en pocos objetivos muy claros y muy relevantes para ti.
La clave es elegir pocas metas en vez de muchas, y escoger algún propósito que sea importante para ti. No hay nada mejor que trabajar para mejorar aquellas cosas negativas de nosotros, pero una de las razones por las que resulta difícil cumplir los propósitos de año nuevo es que solemos hacer una lista con demasiadas cosas, que luego no tenemos la capacidad de cambiar, por eso concéntrate en algo verdaderamente importante y haz de ello tu único propósito.
3. Define cada objetivo claramente
“Más salud”, “Comer más variado”, “Dormir más” son ejemplos de propósitos mal definidos. Los anteriores son una idea inicial pero necesitarás decidir dónde tu objetivo de “más salud” lo considerarás cumplido pero si no conoces la meta no puedes llegar a ella.
Consigue una frase, lo más explícita posible y apuntando a parámetros medibles. Esa frase será tu objetivo.
Otra de las tendencias es querer erradicar el problema de raíz, por ejemplo «no voy a comer más dulces», es un propósito casi imposible de cumplir y aguantarás pocos días cumpliéndolo, la meta debe ser «voy a disminuir mi consumo de dulces», algo que con esfuerzo podrás lograr
4. Lista de los beneficios que esperas
La definición de un objetivo puede no ser directamente lo que esperas. Por eso,aparte del objetivo, por ejemplo: “ Salir a correr todos los días del año”, (por cierto, demasiado amplio, ambiguo y, prácticamente, inasumible, a no ser que se sea un atleta de competición) necesitas hacer una lista con los beneficios que pretendes obtener con ello.
En este caso podría ser, “mejorar mi forma física” y “fatigarme menos cada día”. Los beneficios no sirven como objetivo pero ayudan a tomar decisiones según si estas notando consecuencias positivas o negativas de aquello que habías establecido como objetivo.
5. Haz la primera prueba
La información real es cuando sales a correr por primera vez ¿Cuál es la conclusión? Así conoces el tiempo que necesitas, la dificultad aproximada o el momento del día más conveniente para ti. Ello te permite hacer lo más exigente al principio (cuando más motivado estás) y dejar para más adelante acciones más simples cuando la fatiga amenace el objetivo.
Entiende lo que implica el propósito de año nuevo que te planteas. Por ejemplo «esta vez haré que la dieta funcione», se puede lograr, pero requiere de fuerza de voluntad, esfuerzo y de una cuota de modificación de hábitos, puedes conseguirlo pero necesitas concentrarte en ello
6. Resérvales tiempo
Aunque pueda parecer lo contrario, no dispones de todo el año para cumplir tu lista de propósitos. Ello es debido a que la cotidaneidad te consumirá la mayoría del tiempo y, además, hay que reservar un tiempo para el capítulo “imprevistos”, que aparecen, con total seguridad, a lo largo del año. Por tanto, empieza por propósitos que requieran tiempo.
Si ves que sobra tiempo, siempre puedes ampliar más objetivos, si no, el hecho de no superar esos mínimos te hará reflexionar.
Concéntrate en propósitos que puedas lograr cumpliendo pequeñas metas cada día. «Voy a ser más paciente», nadie se despierta un día y pasa de no tener paciencia a tenerla, lo que si es realista es hacer cada día pequeñas acciones que nos lleven a ser más pacientes tras un tiempo, se trata de trabajar en nuestra propia evolución y nunca olvidar que deseamos cumplir nuestro propósito para ser mejores personas, para escribir mejor los capítulos de nuestro libro de vida.
7. Manténlos siempre presentes
Aunque parezca una tontería, la principal fuente de abandono de propósitos de año nuevo es porque nos olvidamos; efectivamente, la lista que, ahora mismo, todos estamos escribiendo con, al menos, algún propósito para el 2013 acabará cayendo en el olvido.
Pero esto ocurre con más frecuencia, y volvemos al inicio, si algo que realmente no necesitas no aparece en tu cotidaneidad; volviendo al ejemplo anterior, si no tienes un BMW, porque no lo necesitas, no lo recordarás, queda como un deseo por cumplir. Sin embargo cuando tus vecinos te molestan, los recuerdas enseguida.
Se pueden tomar medidas para recordar tu propósito, algunos deciden pegarlo en la nevera, otros en un post-it, lo cierto es que siempre es una buena estrategia escribir el propósito en un lugar que puedas ver para recordarlo de vez en cuando.
El comienzo del año nuevo es el inicio de una etapa propicia para cambiar, renovar y modificar actitudes; por ello, cuando se acerca la Noche vieja muchos deciden hacer un listado de los propósitos para los meses venideros, pero la realidad es que un importante porcentaje pronto olvidará todo lo que ahora se esta proponiendo y esto puede ocasionar, en algunos casos, frustración. Pero, siguiendo las recomendaciones anteriores es muy probable que, dentro de un año, nuestros propósitos se hayan cumplido.
Lo que tanto habéis soñado.
Los sueños se hacen realidad cuando tú crees y haces que te sucedan.
Os deseamos un ¡Feliz Año!
Terapias que pueden resultarte útiles
Unos consejos muy interesantes para plantearnos los propósitos para este año que acabamos de empezar. Desde http://www.artmemori.com también hemos iniciado una lista con algunos objetivos para este próximo año, la compartimos con vosotros: http://ayudaenduelo.artmemori.com/estrenamos-2014-con-buenos-propositos/ ¡Un saludo!