A menudo, el ser humano alaba la sinceridad en las personas pero las verdades no siempre gustan. ¿Y si la hipocresía fuera tan necesaria como lo es la sinceridad? Quizás lo que el ser humano debe alabar es el equilibrio entre sinceridad e hipocresía, “la forma cívica de tratar a los demás” y la “forma correcta de decir las cosas”.
Cómo sacar partido a nuestros defectos

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Se puede decir la verdad pero hay que saber cómo decirla y si la otra persona quiere escucharla, va a saber aceptarla bien. Todo esto está enfocado en los defectos de una persona, ser a veces demasiado sincero o demasiado falso, en ocasiones puede jugar malas pasadas e incluso llevar a problemas con otras personas.
De ahí la importancia de saber los defectos de cada uno y saber convivir con ellos.
Qué son los defectos
Podríamos decir que los defectos son características, comportamientos o cualidades que consideramos indeseables o negativas en nosotros mismos. Pueden manifestarse de diversas maneras. Lo que está claro es que la perfección no existe y que todos tenemos defectos en mayor o menor medida. La clave está en cómo los percibimos y cómo decidimos manejarlos.

Tipos de defectos
- Defectos físicos. Estos son los aspectos físicos de nuestro cuerpo que no nos gustan, como una nariz prominente, cicatrices o una altura no deseada. Aprender a aceptar y amar nuestra apariencia física es esencial para la autoestima.
- Defectos de personalidad. Estos se relacionan con rasgos de personalidad que pueden resultar problemáticos en ciertas situaciones, como la impaciencia, la timidez excesiva o la tendencia a ser demasiado crítica. Estos defectos pueden ser oportunidades para crecer y desarrollar habilidades sociales.
- Defectos de comportamiento. Incluyen hábitos no deseados, como la procrastinación, la impulsividad o la tendencia a la negatividad. Trabajar en la modificación de estos comportamientos puede conducir a una vida más equilibrada y productiva.
Aprender a querer nuestros defectos
Amar nuestros defectos no significa que debamos celebrarlos, sino que debemos reconocer que son parte de nuestra singularidad. Aquí hay algunos consejos para aprender a querer tus defectos:
- Cambia la perspectiva. En lugar de ver tus defectos como limitaciones, considéralos como rasgos que te hacen único. Recuerda que nadie es perfecto, y tus defectos son una parte natural de la experiencia humana.
- Practica la autocompasión. Trátate con la misma amabilidad y compasión que tratarías a un amigo que está pasando por un momento difícil. Reconocemos que todos cometemos errores y tenemos áreas en las que podemos mejorar.
- Celebra tus fortalezas. Enfócate en tus fortalezas y logros. Al hacerlo, te darás cuenta de que tus defectos no definen quién eres en su totalidad.

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La terapia es como un espejo que refleja nuestras imperfecciones. Con la comprensión y empatía que en esta se genera, nos ayuda a reflexionar que nadie es perfecto y que todo el mundo tiene defectos.
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Hay que distinguir, por supuesto, entre la hipocresía y la hipocresía social. No es que sea bueno ocultar la verdad en beneficio propio, lo bueno es saber cuándo es necesario ser hipócrita con otra persona para no hacerle daño y cómo decir las cosas y suavizar o maquillar la verdad. Algunas personas no están conformes ni con la verdad ni con la mentira, por eso, con la hipocresía social lo que se busca es un equilibrio. Por todo ello, acudir al psicólogo puede ayudar a las personas a entender sus defectos y a saber convivir con ellos.
- Aceptación y autoestima. Los psicólogos pueden trabajar con la persona la aceptación de sus defectos. Ayudan a cambiar la perspectiva negativa que puedas tener sobre ti mismo y fomentan una actitud más compasiva hacia tus imperfecciones. Esto puede mejorar tu autoestima.
- Desarrollo de habilidades. Si tus defectos están afectando tu vida diaria o tus relaciones, la terapia online puede enseñarte habilidades específicas para abordar y superar estos problemas. Además pueden proporcionarte estrategias prácticas y herramientas para gestionar tus defectos de manera más efectiva.

- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). La TCC es una forma de terapia que se enfoca en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos. Un psicólogo que utilice la TCC puede trabajar contigo para modificar creencias y actitudes que contribuyen a la percepción negativa de tus defectos.
- Apoyo emocional. Hablar con un psicólogo brinda un espacio seguro para expresar tus sentimientos y preocupaciones. Puedes compartir tus luchas y miedos relacionados con tus defectos sin temor al juicio. El apoyo emocional puede ser fundamental para el proceso de aceptación y cambio.
Nuestros defectos no son obstáculos insuperables, sino oportunidades para el crecimiento y la autoaceptación. Hay que tener en cuenta que la perfección no es el objetivo y no existe, lo importante es ser auténtico, aceptando que todos tenemos defectos.
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No estoy demasiado de acuerdo con la palabra ‘hipocresía’. Me pregunto yo al respecto si es que ‘tacto’ es algo en desuso o se ha convertido en un tabú. No hay necesidad alguna de decir, ‘en un alarde de sinceridad’, como lo denominan muchos todo lo que se nos pasa por la mente sobre la otra persona. De hecho, esa impaciencia absoluta por ‘escupir’ los pensamientos más corrosivos es una actitud bastante infantil e inmadura.