Una ruptura de pareja es siempre un momento difícil en la vida de los implicados. No sólo en la suya, muy a menudo los amigos y familiares se ven salpicados por esta situación que a nadie le gusta vivir.
Cómo ser positivo después de una ruptura de pareja

Pero el amor, nace, crece, se transforma y finalmente se acaba. Se puede acabar de muchas maneras, pero siempre se acaba, siempre hay un momento en el que la pareja deja de estar junta, ya sea por fuerzas mayores, porque alguno decide que no le conviene seguir con la relación o porque ambos lo deciden conjuntamente.
Es normal, quien más quien menos, todos hemos pasado por esa desagradable sensación de saber que aquello en lo que has puesto tu empeño durante más o menos tiempo se ha acabado. Pero se puede mantener el espíritu positivo, debemos hacerlo, debemos mirar hacia adelante y reconstruir nuestro mundo emocional, sin pausa pero sin prisa.

Aquí os dejamos algunos consejos sobre cómo afrontar una ruptura de pareja.
No te lo tomes como algo personal
La relación no ha funcionado. Tú no tienes la culpa de ello. No importa la razón por la que acabó.
Aunque sientas que eres tu quién ha provocado que el otro haya decidido acabar la relación, piensa que, en realidad, ha sido su reacción la que ha acabado con la relación, no tu acción.
No eres perfecto, no eres perfecta. Eres un ser humano como cualquier otro, con sus defectos y sus virtudes, y eso no te convierte en una persona incapaz de amar o de ser amada. Ninguno de los dos sois malas personas, simplemente no erais las personas adecuadas para esta relación.
Déjate llorar
Estar triste después de la ruptura es normal. Probablemente vas a pasar unos días o unas semanas triste, con ganas de llorar todo el tiempo. No te asustes, es normal y sano llorar.
Por supuesto, eso no quiere decir que debas abandonarte al llanto y no hacer nada más en todo el día. Permítete una hora al día para llorar. Concentra todas tus fuerzas de tristeza en esa hora al día, llora todo lo que quieras. Grita, patalea, golpea un cojín. Pero cuando acabe esa hora, límpiate las lágrimas, mírate al espejo y mirándote a los ojos di: «tengo derecho a estar triste, pero el deber de ser feliz». Y acto seguido prémiate con cualquier cosa que te apetezca: un helado, un trozo de chocolate, una cita con una amiga o amigo, un buen masaje…

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Pedir citaNo guardes rencor
Si has sido la parte «pasiva» de la ruptura, si ha sido el otro el que «te ha dejado», es normal que más tarde o más temprano sientas la ira, la rabia o el rencor aflorando en contra de aquella persona.
No te regodees en estos sentimientos, no te van a llevar a nada positivo. Transfórmalos en agradecimiento por todo lo que te ha aportado esa relación. Siempre hay algo positivo que nos podemos llevar de una relación, ¿por qué no escribes en una carta todo lo bonito que hubo en la relación, todo lo que te ha hecho crecer? Cuando la tengas, vuelve a leerla, y guárdala en un sitio que no tengas muy a mano, pero que puedas consultar cada vez que los sentimientos de rencor y rabia vuelvan a ti.
Piensa en todo lo que has aprendido
Seguramente llevas unos días analizando todo lo que hiciste o no hiciste durante la relación. Te juzgas, valoras tus actitudes, tus acciones, y eres tu peor crítico.
Aprovecha esos pensamientos y transfórmalos en herramientas de cambio. Piensa en la persona que quieres ser, en cómo todo lo que has vivido en esa relación que ha acabado te ha ayudado a entenderte mejor y a tener la motivación para cambiar todo aquello que desees. La decisión es tuya, apóyate en ello para seguir adelante.
Confía en tus amigos
No, no eres ningún pesado. No, no les agotas con tus lamentos y lágrimas. Tus amigos estarán allí para apoyarte en todo lo que necesites. Utilízalos como ellos harían contigo si estuvieran en tu situación.
Las penas compartidas son menos. Así que no lo dudes y confía en amigos y familiares para aliviar tu dolor. Eso sí, recuerda que también son personas y que no les gusta verte deshecho, así que queda con ellos, llora y quéjate, pero después, cuando te hayas recompuesto, prémialos con algo: los invitas a una cerveza, les propones ir al cine a ver una comedia, o te vas con ellos de fiesta.
Actúa como si realmente fueras feliz
Hay una frase hecha en inglés que personalmente me encanta y la enarbolo como bandera a menudo: «Fake it ‘til you make it». Es decir, algo así como «simula que lo haces hasta que lo hagas».
Piensa qué haría tu yo feliz, tu yo despreocupado, en esta situación. ¿Aprovecharía para ir de fiesta con los amigos? ¿Para recuperar amistades? ¿Para hacer deporte? ¿Para volver a recuperar los estudios que dejó a medias? ¿Para cambiar de ciudad?
Piénsalo seriamente y hazlo. Al principio te costará, pero solo tú mismo/a puedes sacarte de la tristeza, anímate como animarías a un amigo que está intentando salir de esta situación.
Y si necesitas apoyo para salir adelante, confía en los psicólogos especialistas en terapia de pareja de Siquia y deja tu consulta.
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