«Ponerse en el lugar del otro» o «no hagas lo que no quieras que te hagan»… Estas dos frases, que seguramente marcaron tu infancia, podrían resumir lo que significa la empatía.
¿Cómo son las personas sin empatía?

La empatía es una cualidad esencial en los seres humanos: si esta habilidad no existiese y no se desarrollase, las personas no se podrían relacionar entre ellas. Mucha gente confunde los conceptos empatía y simpatía, y es importante saber diferenciarlos para poder reconocer a aquellas personas que no tienen nada de empatía.

¿Qué es la empatía?
En primer lugar, debes conocer qué es la empatía. La empatía es la capacidad de las personas de identificar y comprender los sentimientos del resto de la gente.
De esta manera, la persona entiende el contexto y puede responder ante los problemas que le comentan. Una persona puede ser empática, entender los problemas por los que está atravesando una persona, pero no tener ninguna simpatía hacia ella y no querer ayudarla. Aquí puedes ver la diferencia entre simpatía y empatía.
La empatía no solo engloba las habilidades emocionales de una persona, el aspecto cognitivo también es importante: saber entender el lenguaje no verbal es una de las partes importantes para poder desarrollar la empatía. A partir de la información recabada, la empatía provocará ofrecer la mejor respuesta que se debe contrastar con la otra persona.
Principales rasgos de las personas sin empatía
- Personas egoístas
Al no tener la capacidad de entender la postura de la otra persona, la lista de prioridades empezará siempre por uno mismo. En el entorno de la persona sin empatía suelen estar las principales víctimas, que tienen que soportar los continuos desprecios que la persona en cuestión realiza al ponerse por delante de todo y de todos.
Este carácter egoísta se trasladará a los temas de conversación. Sus victorias personales son siempre mejores que las tuyas y sus dramas son mil veces peores que tus problemas. El protagonismo va a girar en torno a su figura en todo momento. Aunque sea su manera natural de actuar y no tengan intención de hacer daño, ese desinterés en los problemas o cuestiones del exterior hará daño en las relaciones.
- Falta de comprensión de las ideas y sentimientos ajenos
Es el principal rasgo de las personas sin empatía. Para esta clase de personas es imposible entender las necesidades de las personas de su alrededor.
Por esta razón, las relaciones que establecen suelen ser efímeras y superficiales. En un breve período de tiempo el entorno aguanta estas carencias por la suplencia de otras habilidades. Sin embargo, a largo plazo una relación es insostenible si no hay una reciprocidad.
- Distantes y con dificultades para relacionarse
Transmiten una frialdad que supone una desventaja a la hora de mantener y establecer relaciones sociales. La persona con cero empatía se sentirá incómoda en contextos que impliquen reuniones en grupo como las típicas comidas familiares en las fechas navideñas o trabajos en equipo, típicos de la época universitaria.
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Pedir cita- Provocan desconfianza
La combinación terrorífica de frialdad e incomprensión respecto a los sentimientos de los demás generará desconfianza en su alrededor. El entorno no tendrá las garantías, por los hechos mostrados, de confiarles sus problemas debido a que un posible intento de comprensión esconda propósitos de manipulación para conseguir algún beneficio.
- Teoría de la mente distorsionada
Las personas con cierta empatía son capaces de detectar los sentimientos expresados por la otra persona y usar esa información para que corresponda con la situación. Las personas sin ningún tipo de empatía, al no tener esta habilidad desarrollada, les cuesta identificar los deseos e ideas de las personas de su alrededor.
- El narcisismo como parte de su personalidad
Un carácter egoísta junto con la incapacidad para entender la postura de las demás personas, será el cóctel perfecto para que aflore una personalidad narcisista. La personalidad narcisista se trata de un trastorno mental en el que las personas poseen un sentido desmesurado de su propia importancia, aparte de una necesidad de atención constante.
- Mentalidad rígida
Sus valores marcan la línea a seguir en la vida y es imposible anularles ese pensamiento. Sus ideas no pueden ser rebatidas, y si lo son, ya se encargarán de imponer sus argumentos (aunque también pueden prescindir de motivos para defender sus ideas). Es complicado sacarles de su pensamiento, por lo que tendrán dificultades a la hora de trabajos en grupo o planificación de labores.
Esta mentalidad rígida será una de las razones para que esta clase de gente esté repleta de prejuicios. Una determinada experiencia marcará la vara de medir para el resto de su vida. Estos prejuicios van a crear la línea entre el bien y el mal.
- El fin justifica los medios
Actúan para conseguir lo que ellos desean, sin tener en cuenta la opinión de las personas del exterior. Esto hará que su conducta sea agresiva desde un punto de vista en el que toman una conducta proactiva, arrasando ante todo aquello que se les ponga por delante.
- Falta de remordimientos
No saben ver el daño que hacen a los demás, porque no tienen en cuenta las necesidades y emociones del resto del mundo.
- Irresponsabilidad constante
Esa falta de remordimientos y la concepción de que siempre han actuado correctamente, les llevará al no pedir perdón por ninguna de sus acciones, aunque hayan ocasionado un daño irreparable. Sus actos están plenamente justificados por conseguir un fin.
La ausencia de empatía es una desventaja a la hora de poder establecer relaciones con la gente. Si sientes que no consigues entender los sentimientos de las personas cercanas y has podido identificarte con varios de los rasgos descritos, es momento de solicitar ayuda profesional para poder solucionar esas dificultades.
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