
Estamos aquí pero, obviamente, desconocemos el tiempo que nos queda. Así que es importante que durante ese tiempo, sea el que sea, hagamos cosas importantes, ya no célebres – no vayamos de prepotentes por la vida – pero importantes para quien está en nuestra mano, ayudar o consolar.
Sin embargo, durante este mismo tiempo, es frecuente que recibas mails o whatsapps de pacientes que, en el período interconsulta, se preguntan cosas cómo “¿Qué hago con mi vida?” o “¿Para qué he nacido?“ y, cuando lo hacen, realmente se están preguntando a qué cosas suficientemente “importantes” deberían dedicarle su tiempo.
Tienen la esperanza de que si yo como psicóloga “veo” el motivo por el cuál han nacido, ya no es necesario seguir preguntándoselo, cuando lo cierto es que se trata de una pregunta demasiado compleja.
¿Qué hacer con mi vida? ¿qué decisiones tomar? ¿qué rumbo debo escoger de ahora en adelante?
Preguntas todas de extrema complejidad, multicausales y plurifactoriales. Se hace difícil contestar a unas preguntas que deberían ser muy sencillas ya que muchas veces nosotros no somos quienes tenemos el control sobre nuestras vidas, entrando ello dentro de una normalidad que a muchoes les cuesta aceptar, aunque no debería ser así.
A priori, parece que cada uno debería poder controlar y decidir lo que quiere hacer o no hacer, lo que quiere lograr, a lo que se quiere acercar y de lo que se quiere alejar.
Sin embargo, nos encontramos con ejemplos muy clásicos como los adolescentes, enfrentados a su gran pregunta: ¿Debo estudiar lo que me gusta? o ¿lo que más dinero hace ganar actualmente, es decir, lo que más me “conviene”?
Además debemos contar que, cuando un joven se enfrenta a esta pregunta, lo hace con la presión de sus padres, amigos y otros familiares.
Y así se llega a convencer al adolescente de que lo que “le gusta” no “vale la pena, no tiene salida, no ganarás dinero, te tendrás que ir al extranjero…”, presión suficiente para que el hijo de una familia de abogados o médicos que deseaba ser músico, acabe siendo abogado o médico.
Las crisis existenciales – porque podemos tener varias a lo largo de la vida – aparecen cuando no somos capaces de enfrentar un acontecimiento vital – como el caso del adolescente y su decisión de futuro- mediante los recursos con los cuales siempre habíamos contado.
Por tanto, implican un cambio en nuestra identidad, ya que nos sentimos como si fuésemos otra persona quien estuviera tomando dicha decisión.
Durante la mencionada crisis atravesamos un periodo en el cual nos preguntamos sobre aspectos de nosotros mismos que, hasta ese momento, creíamos tener claros o que no nos preocupaban demasiado, como por ejemplo: ¿cuál es el sentido de mi vida? o ¿qué haré con mi vida?
Me da la impresión de que muchos jóvenes hoy en día se sienten perdidos, bloqueados y sin saber qué hacer y, por ello, vamos a intentar buscar soluciones. Estoy segura que inicialmente vais a pensar que “no me sirven para nada” pero sólo os pido que leáis hasta el final.
1. Relajaos
Cuando miráis alrededor, os parece que todos tenemos clarísimo hacia dónde vamos, qué es lo que queremos hacer. Básicamente todos, menos vosotros. Por tanto, está claro que tenéis un problema, ¿no? Pues os voy a contar un par de secretos. No os pasa absolutamente nada más que estáis inmersos en una de las muchas crisis existenciales por las que vais a circular a lo largo de vuestra vida. ¡Bienvenidos a la edad adulta! Ya veis que esto no es tan chulo como os parecía hace tan sólo un par de añitos… ¡y no habéis visto nada!
Ah! Mi segundo secreto: el otro 99% de la población…sí, esos que vamos tan decididos y estresados porque sabemos qué queremos y adónde vamos, en realidad llevamos el piloto automático, una buena agenda y un buen Smartphone, pero no tenemos ni idea de si es lo que queremos. Lo que pasa es que siempre tenemos tendencia a pensar que “los otros” son mejores, viven mejor o…cualquier cosa, siempre que acabe en “mejor”. Pero, si me queréis creer, el 99% de los adultos necesitaría una brújula emocional para encontrarsel, como diría Elsa Punset en su libro, pero no se paran a pensarlo.
¿Os sentís ya un poco mejor? Pasamos al siguiente paso.
2. Ver la vida por el lado positivo
De verdad, pero de verdad, si queréis saber exactamente todo lo que os va a pasar durante el resto de vuestra vida, de una forma absolutamente controlada y perfeccionista, volvedlo a pensar: ¿os gustaría saber, de una forma precisa, por ejemplo, qué día se irán vuestros seres queridos, algunos amigos o vosotros mismos? ¿Os imagináis contabilizando “cuántos días me quedan”? Yo, desde luego, no.
Por ello, disfruta del aquí y el ahora, vive el presente pero ¡claro! Piensa algo en el futuro pero siempre desde la óptica positiva y, sobre todo, sabiendo que no existe camino “que el camino, se hace al andar”.
3. ¿ Qué quiero?¿ Dónde voy?
Es importante saber hacia dónde vas, para ver si tus objetivos se cumplen. De lo contrario, caerás en la frustación. Pero, ¡claro! se me olvidaba: ¡no sabes qué hacer con tu vida!, entonces, ¿cómo te vas a marcar objetivos? Vamos a hacer un sencillo ejercicio de forma reflexiva, no vale hacerlo en el metro o en el autobús, sino en algún lugar que te inspire calma, con un cuaderno y un boli, ¿ya estamos todos?
Primero, anota lo que seguro no quieres hacer con tu vida. Focaliza tu mente en un punto lejano, tanto del espacio frente a ti, como del futuro, y piensa: ¿me imagino durante 50 años haciendo….? Y cada uno que se complete su propia frase.
Cuando ya sepamos lo que no queremos, todo aquello que nos queda es lo que sí queremos: hay que escoger pero elegir implica tomar decisiones y cada vez que tomamos una decisión, dejamos atrás otra opción que podía haber sido elegida pero hemos descartada y que, quizás, no llegaremos a saber si fue o no un error.
Con nuestro cuaderno, ahora cada uno puede empezar a responder unas preguntas sencillas:
- ¿Dónde y con quién vivirías?
- ¿Quiénes te gustaría que fueran tus amigos?
- Si pudieras hacer lo que quisieras, ¿qué harías?
- ¿En qué trabajarías?
- ¿Qué quieres estudiar?
Y, ahora, imaginad que están a punto de pasar diez años –porque los años vuelan– contestad a ¿qué quiero?, obviamente, se entiende por qué quiero hacer en estos diez años.
Es importante saber hacia dónde vas, para ver si tus objetivos se cumplen. De lo contrario, caerás en la frustación
Si reflexionáis lo suficiente, cuando acabéis, sabréis hacia dónde vais. Disfrutad del camino porque ya lo dicen, la felicidad es el camino, no la meta. Piensa que eres unos de los afortunados que hoy está aquí y que, a veces, estas preguntas que hoy te haces – que pueden parecerte tan difíciles- son las más simples: basta buscar su solución con esmero.
Actúa según tus creencias, valores, forma de vida y lo lejos que quieras llegar. No pienses en el trabajo que te costará llegar a conseguir tus objetivos ya que, puede ser duro pero llevará a la meta más preciada y siempre encontrarás a alguien en quien confiar y que sabrás que siempre está ahí.
Pero, como ya hemos dicho antes, las crisis existenciales se dan en muchos momentos distintos de nuestras vidas. Puede que hayas terminado la carrera y no encuentres trabajo, te acabes de divorciar, hayas roto con tu novia de “toda la vida”, ha muerto un ser querido, acabas de cumplir los “40”,… En algunas de estas ocasiones, la mayor preocupación vital, remite a la relación entre la vida y la muerte. Así, detrás del miedo a morir existe el miedo al vacío, a lo desconocido, a la nada… Asimismo, pueden ocurrir crisis de angustia en momentos cotidianos o rutinarios lo cual puede provocar un gran malestar físico en la persona.
En otras ocasiones, una crisis también puede ser provocada por que la persona ha hecho balance de su vida y no está segura de haber llegado donde quería llegar lo cual le causa frustración. Sin embargo, es importante saber priorizar para que esto no ocurra.
Lo peor de una crisis existencial es compartirla con un entorno que no te comprende como esperabas. Quizás le quiten importancia a tu dolor y te juzguen como superficial o “exagerada”. En este caso, pide ayuda profesional. Es importante que veas esta situación en positivo, con lo que este malestar te impulsará a aprovechar el tiempo.
Lo peor de una crisis existencial es compartirla con un entorno que no te comprende como esperabas
Causas de la crisis existencial
La crisis existencial se halla vinculada al proceso de crecimiento y maduración por lo que puede ocurrir en cualquier momento de la vida, excepto en la infancia. Es habitual durante la juventud, ya que es una etapa en la que ocurren cambios profundos, pero también se puede dar en la edad adulta o en la tercera edad.
Puede existir un factor desencadenante, una situación significativa y/o estresante para la persona, que obliga a tomar una decisión, por ejemplo, la elección de una carrera o la decisión de tener un hijo.
Pero, las causas reales de las crisis existenciales son más profundas y se deben buscar en:
- Sensación de estar sólo en el mundo.
- Comprensión del verdadero alcance de la mortalidad.
- No hallar un objetivo para la vida.
- Toma de conciencia de los propios límites.
- No sentirse satisfecho con lo logrado hasta el momento.
Síntomas de las crisis vitales
- Estás siempre aburrido.
- No sientes interés por actividades con las que antes disfrutabas .
- Insatisfacción generalizada, independientemente, de cómo te vaya la vida.
- Crees que debes cambiar de vida pero no sabes cómo hacerlo.
- Sensación de extrañeza contigo mismo, como si fueses otra persona.
- Cambio de hábitos con la finalidad de probar cosas nuevas que, tampoco, te satisfacen.
- Piensas que te faltan muchas experiencias por vivir.
- Te sientes muy agotado/a emocionalmente.
- Te cuestionas sobre las decisiones más importantes que ya has tomado como, la elección de la profesión o de la pareja.
- Miedo al futuro.
Consecuencias de la crisis existencial
No todas las personas experimentan las crisis existenciales de la misma manera. De hecho, hay quienes nunca atraviesan por una. Algunas personas, viven la crisis de una manera puntual y muy limitada mientras que otras atraviesan un periodo de crisis más larga, intensa y desestabilizadora
En la mayoría de los casos, la crisis existencial se resuelve de manera positiva, lo cual implica que la persona logra dar un nuevo sentido a su vida, reestructurando algunos de sus hábitos y formas de pensar
Pero, en algunos casos, la crisis existencial no se resuelve satisfactoriamente y la persona cae en lo que se conoce como la “triada cognoscitiva”. Es decir, desarrolla una perspectiva negativa de sí mismo, del mundo y del futuro. Esta percepción puede dar pie a diferentes problemas psicológicos, como:
- Desesperanza.
- Indefensión.
- Depresión.
- Ideas suicidas.
Tratamiento: déjate ayudar por un psicólogo
Las respuestas a las preguntas planteadas por una crisis existencial implican un descubrimiento personal, lo cual significa que un psicólogo no te puede ofrecer las respuestas pero sí puede guiarte en el camino para que las descubras por ti mismo. Las personas se quedan atrapadas en la crisis existencial debido a que no logran traspasar el sistema de creencias que le dan sentido a su mundo. Pero, en medio de una crisis, los esquemas que eran eficaces, dejan de ser adaptativos por lo que es necesario cambiarlos.
Aquí, entra el juego el psicoterapeuta, que te ayudará a tener una visión más objetiva de lo que estás viviendo y trabajará contigo para que logres encontrarle un nuevo sentido a tu vida.
La felicidad la podemos encontrar, haciendo las cosas que realmente nos gustan. Porque todos hemos tenido crisis, pero no cuentan el número de crisis, sino las veces que te has levantado después de cada una!
Hola necesito ayuda..
Estoy pasando por un momento muy triste , ya que con la que era mi parece hasta ayer , pasa por un problema de crisis existenciales.
Ella me ah dicho que no sabe lo que tiene .. que siente que es otra persona …. que no sabe si me ama… que siente algo hacia mi persona pero no sabe lo que es…. luego de pasar varios dias son vernos me dijo que me extrañaba …. yo se que ella me ama aun, pero por problemas de su vida esta como esta . Es una persona de buenos sentimientos, tranquila y humilde .Es por eso que decidi ya no insistir en volver ya que pienso que la puedo asfixia mas, le dije que que aceptaria lo que ella queria, pero que aun la amo mucho …. que pensara bien las cosas y aue tenia las esperanzas de volver con ella… pero sobre todo que cuenta con mi apoyo y que cuente conmigo para lo que desee , que me vea como un amigo al que ella pueda confiar …. dicho esto necesito saber de que manera puedo yo ayudarle … si lo que le dije esta bien …. espero ayuda porfavor la necesito .
Estoy pasando por una crisis existencial, y acabo de recordar que hace años, cuando tenía 10 años más o menos (actualmente tengo 21) al parecer igual tuve una, no se tipo si hubiera sido niño, cómo sería mi vida? O si mis hermanos no fueran mis hermanos? O si mi mamá hubiera sido mi tía y mi mamá mi tía? O si viviera con mi hermano y no con mis papás? Y cosas así, el problema ahora es que ya no se que hacer, se me acaban las opciones y literalmente con la soga al cuello por las pocas opciones que tengo y es desesperante.
Buen día, Saludos
¿Cuánto puede durar una crisis existencial de éstas? ¿Pueden ser años?
Buenos días, Anita;
lo más habitual es que una crisis existencial dure semanas, quizá meses, en casos muy específicos, pero difícilmente años. Piense que estamos hablando de situaciones muy puntuales que – tras el duelo correspondiente – acaban curando, ya sea una separación o divorcio, la pérdida de un famiiar, un cambio de ciclo ya sea a nivel personal o profesional o el enfrentamiento a pregunta duras cómo qué voy a estudiar ya que implica qué voy a hacer con mi vida o deseo tener un hijo porque puede poner en jaque a su pareja. No hay que confundirlo con la crisis de identidad, que sí pueden durar años, y son cambios importantes en la biografía de uno; cumplir los 40 y darse cuenta de que o se ha llegado dónde no se había propuesto cuando tenía 20 o darse cuenta de la propia finidad de la vida, serían dos ejemplos.
Espero haberle ayudado
Saludos