Cuántas veces habremos soñado con ser el príncipe o la princesa de uno de esos cuentos de nuestra infancia y que, ahora, leemos a nuestros hijos, sin saber que los cuentos son una maravillosa herramienta terapéutica que pueden ayudar a muchos niños a recuperarse. Es el caso de Eva, de siete años, que se sumerge en la fantasía de Cenicienta para convivir con la pérdida de su madre. O Max, de 11 años, que ha hecho de Harry Potter su ídolo y cuya magia lo supera todo, incluso las consecuencias psicológicas de su cáncer infantil.
Cuentos infantiles y resiliencia

¿Creéis en los cuentos? Igual a partir de ahora, un poquito más…
¿Sirven los cuentos para recuperarse?

La resiliencia es la capacidad de una persona para desarrollarse bien, en presencia de condiciones de vida difíciles y traumas graves y/o repetidos. Por tanto, es lo que diríamos la capacidad de recuperación tras estar sometido a estas condiciones.
Alguien podría imaginar que dicha capacidad es casi “mágica”, una manera de llevar puestas las botas de siete leguas para poder superar las dificultades pero, obviamente, no es tan sencillo ya que la resiliencia no es un cuento de hadas. Además, sería una visión muy simple reducir los cuentos a enseñanzas para aprender a resistir y a desenvolverse aunque existan inconvenientes.
Entre los puntos más importantes en que se basa la resiliencia destacan:
- Introspección: se trata de preguntarse a sí mismo y darse una respuesta sincera.
- Independencia: saber fijar límites entre uno mismo y el entorno, para mantener distancia emocional y física, pero sin caer en el aislamiento.
- Capacidad para relacionarse con los otros.
- Iniciativa.
- Humor: encontrar la alegría en medio de la tristeza.
- Creatividad: la capacidad de crear belleza a partir del desorden.
¿Serían diferentes los cuentos infantiles si fueran reales?
Seguramente los desenlaces sí lo serían puesto que en la realidad, por desgracia, no suelen ser de “color rosa”.
Las consecuencias de estos finales producen prontas disminuciones en la autoestima que, sin embargo, no afectan a las segundas partes – en dónde aparece el final feliz – Si a esto se le suman los intentos, sin resultado, de búsqueda de fuentes de aprobación, puede producir el efecto contrario, aumentan el malestar de los niños.
Sin embargo, a través de la psicoterapia se ponen en funcionamiento estrategias de acción y habilidades de afrontamiento, que les hagan ver a los niños que su valor se halla en su propia voz interior. Así se ven como personas valoradas y valorables por los demás, resilientes ante cualquier dificultad.
Los cuentos tradicionales desde la óptica de la Psicología
En los cuentos tradicionales podemos observar una polarización entre el bien – encarnado por príncipes azules o mujeres bellas – y el mal – encarnado por brujas malignas u ogros – Sin embargo, ni todo es tan sencillo ni tan fácil de reducir, ni nuestros protagonistas son tan simplistas. Veamos algunos ejemplos de cuentos tradicionales, vistos desde la óptica de la Psicología:
- Patito Feo. El cuento paradigma de la desvalorización. El protagonista fue, desde su nacimiento, menospreciado por su madre quien le comparó con el resto de sus hijos por su presunta fealdad. Este rechazo continuó con los hermanos. Eso fue el detonante para que nuestro protagonista se fuera “¡nadie me quiere!” «¡qué culpa tengo yo de ser feo!”. A pesar de que estuvo sólo todo el invierno, los animales con los que se cruzaba le rechazaban por su andar desgarbado. Hasta que una anciana le recogió pero como el Patito Feo no ponía huevos, la anciana le echó de la casa. Nos encontramos, de nuevo, a un protagonista que vive el abandono emocional y la tristeza. Al cabo de un cierto tiempo el Patito va a un lago, ve nadar a unos cisnes y se mira en el agua, dándose cuenta de que él es ¡un cisne! Aquí es donde termina el cuento, como siempre, con final feliz.

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Pedir citaPero ahora podríamos imaginar… la historia continúa y es la de un cisne que ha pasado una infancia traumática, con rechazo por parte de su madre y hermanos y con un alto sentimiento de abandono emocional. Posteriormente, el Patito vive la soledad así como la decepción – cuando la anciana sólo buscaba el interés de los huevos – lo cual potencia todas sus miedos infantiles que se reactivan cuando debe integrarse en el grupo de cisnes. Algo que, muy probablemente, nunca acabaría de conseguir del todo ante sus creencias catastróficas de que le volverán a menospreciar. Tenderá al aislamiento y a la desconfianza que acabarán produciendo relaciones interpersonales conflictivas. Si el Patito-Cisne, logra darse cuenta de su situación, seguramente recurrirá al Patito-Cisne-Psicólogo, que le ayudará a recomponer su autoestima y superar sus miedos.
- Cenicienta. Igualmente es una historia de desvalorización y rechazo en que la protagonista es una niña cuyo padre viudo se casa con una mujer que tenía dos hijas ambiciosas que le ponen a hacer todas las tareas de la casa, dormir frente la chimenea y no le dan su papel de hija. Un día se hace saber que el rey invita a todas las jóvenes del reino a un baile porque, de entre ellas, el príncipe heredero escogería esposa. Las hermanastras piensan que es una gran oportunidad y, como condición para asistir al baile, su madrastra le impone una tarea imposible: recoger en menos de dos horas una fuente de lentejas que había derramado entre las cenizas. Cuando se queda sola, aparece su hada madrina quien la viste con un precioso vestido y unos zapatos de cristal avisándole que, cuando el reloj dé las doce de la noche, el hechizo desaparecerá. Cuando Cenicienta entra en el baile, el príncipe queda fascinado por su belleza y baila con ella toda la noche. Sin embargo, cundo empiezan a sonar las primeras campanadas, Cenicienta huye apresuradamente dejando tras de sí uno de sus zapatos de cristal. Casa por casa, los siguientes días, los soldados del rey se encargan de probar el zapato a todas las jóvenes del reino, incluidas las hermanastras. Cuando le llega el turno a Cenicienta, las hermanastras aseguran que ella no pudo estar en el baile. Aún así, el Príncipe se lo prueba y le calza perfectamente. El Príncipe le pide que se case con él, Cenicienta acepta y viven juntos y final feliz y rosa, de nuevo.
Vamos a verlo desde el punto de vista psicológico. Cenicienta sufre un primer abandono que es la muerte de su madre. Sin embargo, cuando su padre le anuncia que se va a volver a casar, Cenicienta se ilusiona con la posibilidad de volver a tener alguien que haga ese papel de madre. Estas ilusiones se caen cuando conoce a su madrastra que no la quiere, y a sus hermanastras que la envidiaban y la menospreciaban. Sufre un segundo abandono emocional ante un padre ausente de su vida, especialmente a nivel afectivo, que tiende a creerse la versión de su nueva mujer y sus nuevas “hijas”. Sin embargo, los sentimientos de desvalorización, soledad y abandono emocional son superados cuando es la elegida por el príncipe para contraer matrimonio.
Aquí empezaría la segunda parte y quizás la más real de esta historia: posiblemente, ya princesa, Cenicienta seguía teniendo pesadillas con sus hermanastras y madrastra ya que sentía que la seguían menospreciando. Es por ello que el príncipe la encontraba triste, casi ausente, y pide ayuda al Consejero- Psicólogo de la Corte, que la ayuda a quererse y a valorar su nueva identidad. Así vivió muchos años feliz junto al príncipe y su nueva familia.
Los cuentos actuales tratan de resiliencia
- Harry Potter. A no ser que pertenezcas a otra galaxia, haya pasado siglos viviendo en un desierto remoto, es imposible que no conozca al niño mago que tocó con la varita de la fortuna a su autora, J.K.Rowling y que ha pasado a ser ya un icono universal. En los cuentos tradicionales anteriores, sus autores no se preocupaban de explicar los sentimientos del personaje, lo cual no ocurre en este caso. Sin embargo, el hecho de ser más humano, hace que el personaje sea más vulnerable y por ello usa la magia, para hacerse indestructible. Por tanto, la resiliencia se encuentra implícita al recordar todas aquellas características que nos hacen salir adelante aunque estemos en unas condiciones límites. En el caso de Harry Potter se trata de salir de un contexto escolar muy perjudicial para lo que necesita movilizar sus recursos psicológicos que se basan en la resiliencia a través de caminos excepcionales.
Las aptitudes cognitivas, además de las afectivas son argumentos para la resiliencia. Soñar despierto, jugar y el humor en su relación con la creatividad y la realidad son habilidades principales para el niño- mago que trata de salir adelante. Como niño que es, Harry es un mago que se hace ilusiones; sueña con tener una gran carrera como mago, y lo hace para sentirse grande y real, no para sentir que es un deseo. Si así lo hiciera, se decepcionaría, se desmotivaría. Por ello, a través de los sueños, crea las condiciones necesarias para su resiliencia, aunque tenga que ser en la realidad donde salga adelante.
¿Sirve de algo escribir cuentos terapéuticos?
Es un recurso muy útil. Pensemos que si la resiliencia es la capacidad de enfrentar las situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas, el cuento terapéutico se escribe a partir de una situación muy dolorosa que, quien lo escribe, ha vivido, ha conseguido superar saliendo fortalecido de la misma, y, por tanto, el final suele ser si no feliz, como mínimo con una visión positiva del devenir de los sucesos.
Se pasa de un modelo de riesgo basado en enfermedades a un modelo de prevención y promoción de la salud. Los pacientes considerados agentes activos en su propio cambio, que no sólo se enferman sino que son capaces de encontrar los recursos para salir de las mismas, siempre con ayuda profesional.
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