Tendemos a pensar en el momento de formar una familia como algo ilusionante y bonito… Y lo es. Sin embargo, para las madres y padres primerizos también es una fuente de estrés. Seguro que a menudo te sorprendes preguntándote cómo cuidar a la familia.
Soy madre y quiero aprender a cuidar de mí misma para poder cuidar a la familia

Es normal que tengas dudas y que la felicidad no te invada en todo momento. Con la llegada de nuevos miembros a la familia cambian las rutinas, los horarios… y las prioridades. Los padres ven cómo merma el tiempo para ellos mismos, una situación que puede tener consecuencias negativas sobre la propia vida y la del resto de miembros de la unidad familiar.
Este cambio radical puede provocar que llegue el mal humor y la insatisfacción. No te engañes, tu vida nunca volverá a ser la de antes. No obstante, es necesario que crees un proyecto futuro donde tú seas igual de importante que tus pequeños porque si tú estás mal, tu entorno se resentirá.

¿Por qué es importante cuidar de una misma?
No cabe duda que la felicidad se contagia; es inevitable ver una sonrisa y no devolverla, así como también escuchar una carcajada y no reírse. Por ello, si tú estás feliz tu entorno también lo sentirá, es decir, que tu estado de ánimo se refleja en todos los que te rodean.
Dedicarte tiempo no es un gesto egoísta, sino todo lo contrario. Disfrutar de momentos relajados, sacar tiempo para hacer deporte, para generar hormonas placenteras y escapar de la rutina es beneficioso para todos.
En el lado opuesto encontramos el estrés y cansancio acumulados, la fatiga, el descenso de la autoestima… Todo esto también se refleja en el estado de ánimo de los demás. Si no nos cuidamos, ¿cómo vamos a estar contentos con nosotros mismos? Y con el paso del tiempo, si no cambiamos, nada va a ir a mejor: nuestro autoconcepto y nuestra autoestima van a menos y pueden darse episodios de tristeza o depresión.
¿Cómo cuidar de ti (para poder cuidar a la familia)?
¿Quieres aprender a cuidar a la familia? Entonces primero debes cuidar de ti. Para hacerlo puedes empezar a responder a unas preguntas que te ayudarán a conocerte mejor. Conocer tus deseos hará que sea más fácil dar respuesta a tus necesidades. E, inevitablemente, tener en cuenta tus necesidades mejorará tu autocuidado.
¿Qué te gusta hacer?
Antes de nada debes conocer qué actividad quieres hacer. Puedes elegir una diferente o una misma rutina para cada día, como desees. Lo importante es escoger la actividad que te guste hacer o que quieras aprender. Una vez decides qué quieres, es cuestión de ponerlo en marcha.
Algunas actividades que puedes hacer:
- Lectura.
- Hacer deporte.
- Yoga, pilates, meditación.
- Bailar.
- Dar largos paseos.
- Aprender una nueva habilidad.
- Cocinar.
- Idiomas.
- Reactivar tu vida social con amigos.
- Viajar.
Planifica tu tiempo
El día puede ser eterno con miles de ocupaciones pero, aún en esa apretada agenda, debes programar ese espacio para ti. Debe ser mínimo de una hora y, créenos, no es mucho.
Escoge un momento del día donde puedas realizar esa actividad, puede ser en la mañana, al mediodía o en la tarde, tú eliges el momento, para eso es la programación, para que puedas hacer todo lo que te propongas ese día.
Comprométete contigo misma
El compromiso contigo mismo es vital para que cada día logres ese espacio único y personal. Si no te comprometes, pasarán los días y no tomarás esto con seriedad. Hay un montón de horas muertas a las que puedes sacar partido. Por ejemplo, si tienes un descanso largo para la comida, puedes aprovechar para ir al gimnasio, pasear o leer.
Mientras tus hijos están en clases extraescolares, escápate para ir tú a las tuyas: zumba, canto, pintura…
¿Cuáles son tus prioridades?
Hay obligaciones del día a día inevitables pero debes marcar cuáles son urgentes y cuáles no.
Al definir cuáles son tus prioridades, será más fácil hacer un espacio para eso que anheles hacer y así puedas llevar a cabo esa actividad para que de una vez por todas pienses por y para ti, ¡cuídate, quiérete!
¿Necesitas ayuda?
Si sientes que en tu vida no tienes ni un minuto libre, es momento de ponerte en manos de un profesional. Tomar las riendas de tu vida es más fácil con apoyo de un profesional como un psicólogo. Si optas por acudir a un psicólogo online evitarás los desplazamientos y la terapia no te supondrá un sobre esfuerzo más.
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