
Érase una vez
Se pueden encontrar antecedentes en filósofos como Aristóteles, que dedicó buena parte de sus escritos a la felicidad (eudaimonía). Sin embargo, el término Psicología Positiva como tal aparece en el libro de Abraham Maslow “Motivation and Personality” en 1954. Más tarde, a principios del siglo XXI, el profesor Martin Seligman da el impulso definitivo para la creación de lo que conocemos hoy por Psicología Positiva, de la mano de prestigiosos investigadores como Mihail Csikszentmihalyi (2000).
Tradicionalmente, la Psicología ha dedicado sus esfuerzos a estudiar la psicopatología del ser humano (ansiedad, estrés, depresión, etc.), dejando de lado a menudo aspectos más positivos como por ejemplo la creatividad, el humor, la sabiduría, la inteligencia emocional o la resiliencia.
Tras destacar la necesidad de investigar de forma decidida los aspectos saludables del ser humano, Seligman propuso la creación de la Psicología Positiva como corriente específica dentro de la Psicología. Es por esto, que una de sus características definitorias respecto a sus antecedentes históricos humanistas radica en que utiliza el método científico, de tal forma que los hallazgos obtenidos y sus aplicaciones tendrán la garantía de haber sido validadas científicamente.
En la actualidad, la Psicología Positiva ha tomado velocidad de crucero y se encuentra en una fase de madurez y desarrollo bautizada por algunos autores como “Segunda ola” o Psicología Positiva 2.0 (Held, 2004; Wong, 2011).
¿Cuáles son sus temas de interés?
- El bienestar subjetivo y la satisfacción personal, es decir, la «felicidad».
- Las instituciones positivas: educativas, laborales, políticas…
- La transcendencia y el sentido de la vida.
- Las fortalezas y las virtudes del carácter.
- Las relaciones personales positivas.
- La resiliencia, o capacidad de salir airoso y crecer en las adversidades.
- Los intereses, las habilidades y los logros personales.
- Las prácticas saludables como el mindfulness, el ejercicio físico, la alimentación sana y el descanso.
- El Flow, experiencia óptima.
- La compasión.
- La expresión artística y la apreciación de la belleza.
- Los placeres sensoriales, intelectuales y estéticos.
- Los estados psicológicos positivos y las emociones positivas (autoeficacia, optimismo, esperanza, gratitud, alegría, amor, serenidad, sobrecogimiento, etc.).
(Extraído de la web de la Sociedad Española de Psicología Positiva)
En busca del bienestar emocional
Los estados mentales positivos tienen un efecto preventivo e incluso rehabilitador, actuando como escudos protectores ante los trastornos psíquicos, reforzando anclajes emotivo-cognitivos que todos tenemos de forma natural y pudiendo usarse en un tratamiento psicoterapeútico.
Estudios recientes han mostrado que la cantidad y calidad de relaciones interpersonales aparece como el factor que más a menudo se asocia a un mayor nivel de bienestar psicológico percibido. Otros factores como el optimismo, la autoestima y la gratitud, o rasgos básicos de personalidad como la extraversión y la estabilidad emocional, también aparecen relacionados con mayores niveles de felicidad.
Los psicólogos que nos dedicamos a trabajar en el campo de la Psicología Positiva manejamos herramientas eficaces, no sólo para tratar el malestar emocional, sino para prevenir su aparición mediante el entrenamiento de técnicas y estrategias que nos hacen más fuertes y más sanos a nivel global. Destacan aquellas intervenciones que implican los valores, los intereses y las preferencias de las personas y que permiten en definitiva conocerse a sí mismas, puesto que favorecen el desarrollo de reacciones positivas en los otros y aumentan el bienestar. Las intervenciones positivas permiten cambios conductuales (ser más compasivo o expresar gratitud, por ejemplo), cambios cognitivos (evocar acontecimientos positivos, potenciar estados de flow) o cambios en las metas y sentido vital (incrementar la resiliencia, planificar y perseguir objetivos, etc.).
En resumen, la Psicología Positiva pretende conseguir la mejor versión de uno mismo, donde el propósito principal sea disfrutar de una vida plena repleta de momentos felices.
¿Interesado en recibir más información? Deja tu consulta a Fátima y conoce más sobre en esta entrevista publicada en Siquia.
Fátima Izquierdo es especialista en Psicología Positiva, Máster en Psicooncología y en Terapia Cognitivo-Conductual. Ha trabajado durante más de 15 años en consulta clínica y posteriormente ejerciendo como investigadora en proyectos nacionales e internacionales, especializándose en la elaboración de Herramientas para la Ayuda de Toma de Decisiones en salud. En la actualidad, es madre de dos niños, su proyecto más creativo. Sin Diván es su primera experiencia como emprendedora.
Un excelente trabajo, Fátima. Me ha gustado mucho el enfoque que das a la Psicología Positiva. Yo estoy acabando el master en TFE. Saludos
En terapia de pareja, nos damos cuenta del valor de la psicología positiva en la clínica contemporánea y por eso buscamos cada vez más información al respecto. Gracias por compartir sobre el tema.