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En el campo de la psicoterapia existen numerosas corrientes y formas de trabajar. El método de la Terapia Corporal de Integración-Diafreo forma parte de las que consideran que el ser humano es una unidad física, psicológica, social, energética y espiritual que sólo puede ser comprendido a partir de esta complejidad, lo que le sitúa entre los enfoques de corte humanista.

La Terapia Corporal de Integración-Diafreo (a partir de aquí método Diafreo) tiene un corpus teórico y práctico que persigue abarcar esta entidad compleja que es el ser humano partiendo del trabajo sobre el cuerpo y la musculatura.

Los principales fundamentos que utiliza son la teoría de las cadenas musculares de Françoise Mézières y el concepto de coraza muscular y desarrollo del carácter de Wilhelm Reich. Sin embargo, el método Diafreo no es el método Mézières ni una disciplina reichiana, aunque se sirva de ambos. La particularidad del método con el que trabajaremos durante el curso reside en su aspecto integrativo, resultado de la inclusión de herramientas desarrolladas dentro de los campos científico y clínico: anatomía, fisiología, kinesioterapia, psicología, psicoterapia y lingüística.

Como método terapéutico su cometido está en sintonía con la declaración de 1948 de la Organización Mundial de la Salud que, de forma abreviada, afirma: «la salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades”, a lo que añadimos: “… y la facultad de vivir los sueños personales y desarrollar las propias potencialidades”. Es desde esta visión global de la persona que nuestro compromiso profesional se orienta hacia el desarrollo personal, la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.

El ciclo de la necesidad y su huella en la memoria corporal

Habitamos un cuerpo. Somos un cuerpo. Un cuerpo con las características de lo orgánico, organizado en torno a un sistema nervioso encargado de coordinar sus estructuras, de facilitar sus funciones y con necesidades de contacto, nutrición, cuidado, protección y de realización afectiva e intelectual.

Al nacer el organismo sano está equilibrado. Se mantiene en reposo mientras sus necesidades biológicas y afectivas están satisfechas. Cuando requiere atenciones, el desequilibrio y la tensión subyacente le conduce a expresarlas y explorar el ambiente. En esta relación entre individuo y ambiente se desarrolla el vínculo, y acaso en ello resida la experiencia del amor.

Los primeros años de vida tienen una enorme importancia sobre el desarrollo emocional y el comportamiento. La huella de este aprendizaje queda plasmada en el cerebro y, presumiblemente, se reflejará en forma de disfunciones, cuando el ambiente es hostil y restrictivo, o en el desarrollo de funciones saludables, cuando el ambiente es seguro y amoroso.

Las diferentes necesidades que el niño experimenta (hambre, dolor, frío, etc.) implican diferentes formas de respuesta del conjunto del organismo, desde los órganos internos al sistema nervioso y desde el endocrino hasta la musculatura lisa y la estriada. Cuando una necesidad no se ha podido satisfacer, el organismo elabora un tipo de respuestas marcadas por la reducción de la percepción, la contracción de la musculatura y el debilitamiento del caudal respiratorio. Si este tipo de experiencias entre una situación de necesidad y una respuesta inhibitoria se dan de forma continuada, el cuerpo tenderá a quedarse fijado en una postura sobrecargada conformando un patrón corporal más o menos rígido, organizando la mente desde la restricción sensorial.

De la inhibición muscular al desajuste emocional

Este territorio corporal muscularmente contraído se vuelve opaco a la conciencia. Su movilización será temida por la posibilidad de reexperimentar los sucesos estresantes. Es así que, en sintonía con aquellas partes desarrolladas, se buscan situaciones donde la forma corporal se sienta segura, evitando aquéllas que representen un desafío para la parte atrofiada. De esta manera, las nuevas experiencias sirven a la consolidación de la estructura psicológica evitativa, caracterizada por el bloqueo de la acción y una consecuente sensación de impotencia, frustración, desajuste emocional y aumento los niveles de ansiedad.

Las primeras señales de alarma aparecen en forma de dolores tensionales diversos (cabeza, extremidades, espalda, cuello, abdomen), al mismo tiempo que la respiración se reduce a un movimiento mínimo y, en ocasiones, paradójico. La conducta tiende a desorganizarse y así, por ejemplo, comemos en exceso o de forma deficitaria, tenemos dificultad para dormir o dormimos en exceso, aparecen palpitaciones sin causa aparente, estreñimiento, diarrea y un gran número de síntomas físicos y psicológicos. Estos síntomas son los mensajes con los que el cuerpo avisa de que algo no anda bien.

Conciencia corporal y autorregulación

La sensación es un proceso mediante el cuál el organismo emite una señal precisa sobre cualquier cambio que se produce en él. Estos cambios pueden ser internos (orgánicos) o externos (ambientales) y generalmente producen una respuesta que la mayor parte de las veces estará asociada a una emoción. Así, ante cualquier tipo de cambio en las condiciones interna y/o externa, el organismo pierde su homeostasis, regresando a los niveles previos de reposo cuando la respuesta es eficaz. Este principio de equilibrio/cambio respuesta/reequilibración es un proceso biológico.

La consciencia corporal es el proceso de apercibimiento de las condiciones tanto internas como externas que están ligadas a determinados estados emocionales y a las respuestas motoras asociadas. En la consciencia corporal reside el principio del autoconocimiento. La conciencia corporal es autopercepción y el proceso por el que se reconoce aquello que es adecuado en una situación concreta.

Técnicas del método Diafreo: el trabajo sobre la estructura corporal

Las técnicas desarrolladas por el método Diafreo permiten el acercamiento y conocimiento del propio cuerpo y la comprensión de los procesos psicológicos que en él se producen. Partiendo de una serie de presupuestos sobre las formas corporales saludables y, tras la aplicación de tests sobre el alcance del movimiento corporal en cada persona, se llega a la formulación de hipótesis acerca de la flexibilidad, rigidez o inhibición de determinados grupos musculares. De esta manera el trabajo y la atención al proceso es personalizado para cada participante del grupo.

Son indicadores de salud corporal la musculatura desarrollada y flexible, las formas suaves, la simetría sobre el eje longitudinal, el alineamiento de los diferentes segmentos sobre ejes transversales (escapular y pélvico principalmente) y la capacidad de mantener una respiración dinámica. Estas formas corporales permiten una mayor plasticidad y espontaneidad en los movimientos y una expresión emocional más auténtica del estado de ánimo y del pensamiento.

Las técnicas del métod Diafreo inciden en el trabajo corporal el contacto de las manos con el cuerpo de la persona ocupa un espacio importante. Las manos sirven para relajar las zonas doloridas y para ayudar a sentir un límite a una parte física con poca conciencia corporal.

Se trabaja a partir del cuerpo: liberando las contracciones musculares, incidiendo en la respiración y estirando los músculos contraídos con el fin de acercar el cuerpo a su eje. Así, liberando las vías cerradas la persona puede experimentar una mayor vitalidad y plenitud. Al armonizar las formas corporales, reequilibrar el tono muscular y liberar el movimiento diafragmático se reestablece un equilibrio fluido entre las funciones orgánicas, emocional y cognitivas.

La palabra es un instrumento fundamental dentro del trabajo corporal, ya que es el elemento cultural sobre el que se sostiene gran parte del pensamiento y la conciencia humana. Así como la experiencia vivida permite concretar certezas sobre cómo afectan a la persona los sucesos de su vida, la palabra permite la elaboración de esa experiencia en un relato que le da coherencia y sentido.

Así, la liberación de las tensiones crónicas gracias al método Diafreo genera una información nueva procedente de las estructuras orgánicas y musculares, información que llega a diferentes zonas neuronales encargadas del procesamiento emocional y de la acción motora, que gracias al pensamiento y la actividad consciente, promueven nuevas formas de resolver situaciones nuevas y antiguas. Es de esta manera que la toma de contacto con el cuerpo, y más concretamente con la sensación, permite identificar las áreas musculares difusas para reintegrar sus (dis)funciones a la actividad consciente.

Curso de Diafreoterapia dirigido por Luis Juárez

El curso de Diafreo-Terpia Corporal de integración se celebra de marzo a junio y es impartido por Luis Juárez para integrar toda esta filosofía en nuestro estilo de vida.

Objetivos del curso

Este curso está diseñado con un doble propósito, el de ser un espacio vivencial, de experiencia y desarrollo personal y el de ofrecer una formación básica de los principios, procedimientos y técnicas propias del método Diafreo-Terapia Corporal de Integración, con el
fin de que el participante disponga de recursos y herramientas manuales y psicológicas para poder aplicarlas a su vida personal y/o profesional.

A quién interesa el trabajo personal

El curso de Diafreoterapia está abierto a todas aquellas personas que quieran estar acompañados en su proceso personal, mejorar su calidad de vida y aumentar la flexibilidad muscular y mental; a quienes padecen dolores y tensiones tanto físicas como emocionales, y a los profesionales de la salud (terapeutas, masajistas, fisioterapeutas, osteópatas, coaches, psicólogos, médicos, etc.) que quieran ampliar sus conocimientos de forma experimental y adquirir herramientas conceptuales y prácticas sobre la Terapia Corporal de Integración para aplicarlas en su campo competencial.

Aquí tienes más información sobre el curso.

Sobre el autor del artículo

Luis Juárez es psicólogo especializado en terapia integradora. Lleva trabajando como terapeuta desde 2001, atendiendo a pacientes a través de las Constelaciones Familiares, Terapia Corporal de Integración y Programación Neuro-Lingüística, entre otras técnicas e intervenciones en las que es experto.

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