A menudo los conceptos ego y autoestima dan lugar a error debido al estrecho límite que separa ambas definiciones.
Es muy común utilizar los términos ego y autoestima de forma equivocada, ya que la línea que delimita cada definición es muy delgada y en algunas ocasiones da lugar a usar estos conceptos como sinónimos.
Confundir y mezclar estos términos es inevitable, sobre todo, cuando desde pequeños hemos recibido una educación basada en cuidar y velar por el resto, anteponiendo sus necesidades por encima de las propias.
Sin embargo, existen claras diferencias entre una persona con ego y una con alto nivel de autoestima y aquí te las vamos a explicar.
7 diferencias entre autoestima y ego
La admiración por uno mismo
Una persona con gran ego tiene una excesiva admiración hacia su persona. Su nivel de admiración es tan elevado que llega a desarrollar rasgos narcisistas a la vez que observa el mundo desde una perspectiva distorsionada. Las personas con ego consideran que son superiores a los demás debido a su perfección, tanto física como psíquicamente, ya que creen que reúnen grandes habilidades y dones. El problema de este tipo de personas es que no ven sus propios errores y, por tanto, no corrigen su actitud.
Por el contrario, una persona con alta autoestima, a pesar de que se valora y se quiere, observa el mundo de manera realista. Considera que tiene grandes virtudes y habilidades, pero no obvia sus defectos e imperfecciones intentando camuflarlos. Una persona con autoestima acepta sus errores y procura corregirlos para mejorar.
Quererse, mimarse y hablarse de manera positiva no es malo. La admiración por uno mismo no es un problema, siempre y cuando nos analicemos desde una óptica realista. Todas las personas tenemos defectos y la solución es reconocerlos y mejorarlos, pues evitarlos y considerarse perfecto nunca va a provocar un cambio en nosotros.

Prueba una sesión gratis
Mejora tu autoestima, resuelve tus inseguridades y conflictos con la ayuda profesional de un psicólogo.
Pedir citaPreocuparse por el entorno
Como avala la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, es este punto el que desenmascara a una persona egocéntrica, ya que siempre se preocupa por sí mismo y nunca por los demás. Necesita atención y ser el centro de las miradas. De no ser así, su reacción más común suele ser el enfado.
Sin embargo, una persona con buena autoestima es cierto que se preocupa por sí misma, pero también por los demás. Sabe anteponer sus necesidades sin dejar de escuchar al resto. No necesita la mirada o aprobación de un grupo para sentirse feliz. La gran diferencia, en este aspecto, se encuentra en la empatía que puede desarrollar este tipo de persona y las relaciones sanas y enriquecedoras que puede mantener.
Salir de la zona de confort
Lo más común cuando tratamos con una persona con gran ego es que no sea capaz de ver más allá de sus creencias. Resulta imposible que cuestione o reflexione sobre determinados asuntos, ya que su idea siempre es la correcta. Este punto puede desencadenar conflictos, ya que no dará su brazo a torcer porque su visión, a su juicio, es única y verdadera.
En cambio, una persona con autoestima sí es capaz de ver más allá, sabiendo que su visión no es única y que existen diversas opiniones o puntos de vista igual de respetables. Este tipo de persona, como ya hemos dicho, es capaz de escuchar y comprender al resto, lo que le permite adquirir una nueva perspectiva.
La clara diferencia es que una persona con ego no es capaz de ponerse en la piel de otro y empatizar con él, mientras que la persona con autoestima puede salir de su zona de confort e interesarse por nuevas perspectivas. La persona con gran ego, al tapar y ocultar lo que no le interesa nunca será querido ni respetado.

La aceptación de las críticas
Una persona con un gran ego que se considera a sí misma perfecta jamás soportará una crítica que intente destruir su imagen distorsionada de la realidad. Sus defectos e imperfecciones han sido ocultados bajo el dibujo de perfección, por lo que cualquier atentado contra su fachada provocará su enfado.
La persona con autoestima siempre ha sido consciente de sus defectos y es capaz de reconocerlos y recibir críticas que ayuden a mejorar. Su reacción no será ofensiva, sino que tratará de trabajar sus debilidades y crecer como persona.
Recibir algo a cambio
Ya hemos dicho que una persona con mucho ego siempre piensa por ella misma, por lo que si busca ayuda en los demás o muestra algún tipo de interés es porque hay un beneficio a cambio. No trabaja de manera altruista.
Alguien con autoestima sana nunca se mueve por interés, ni utiliza al resto para lograr un fin. Son generosas y no piensan en los beneficios. Su forma de ayudar es desinteresada, sabiendo que gracias a los demás puede mejorar y crecer.
Jerarquía social
Relacionada con la admiración a uno mismo, la jerarquía social creada por la persona con ego es notable. Siempre considera que está por encima de los demás debido a su perfección, pues piensa que es superior en inteligencia, belleza, habilidades, entre otras muchas cosas. Cree que es el centro del mundo.
La persona con alta autoestima sabe que nadie es superior a nadie y no suele compararse con el resto porque es consciente de que todos somos diferentes y desarrollamos distintas habilidades y cualidades.
No se da lo que no se tiene
Como explica muy bien la coach personal, Nuria Andreu, no se puede dar algo que no se tiene. Este punto es muy importante pues las personas con buena autoestima consiguen dar amor porque antes se han querido así mismas, de la misma manera que pueden cubrir las necesidades de los demás porque ya han cubierto las propias.
Las personas con gran ego no pueden querer ni satisfacer las necesidades ajenas si ellos mismos carecen de ello. No se puede respetar, amar, aceptar y valorar a otra persona cuando no se practica. Es por eso, que las personas con una autoestima sana son capaces que aceptar y querer, pues se respetan y se aman por encima de todo a sí mismos antes que al resto.
No todos somos perfectos y seguro que en alguna ocasión nos hemos dejado llevar por el ego. Identificar la situación y solucionarlo es mucho mejor que negarlo y mirar hacia otro lado.

¿Cómo mejoro mi ego y trabajo mi autoestima?
Consejos para equilibrar el ego
- Respeta a los demás
- Piensa antes de hablar y/o actuar
- Admite las equivocaciones para poder mejorar
- Comunícate de forma asertiva y clara, expresa tus sentimientos
- Ponte en la piel de los demás para tratar de saber cómo se sienten
- Acepta las críticas constructivas, te permitirán mejorar y crecer
- No intentes ser el centro de atención
4 consejos para trabajar la autoestima
- Respétate a ti mismo y quiérete, aunque te equivoques
- Confía en ti mismo y cree en lo que haces
- Identifica tus fortalezas y debilidades para mejorar
- Sé positivo
A pesar de la delgada línea que separa el ego de la autoestima, hay que analizar e identificar los puntos que definen cada concepto y trabajar nuestro amor propio para no caer en el ego.
Como hemos podido ver, la vida y las relaciones sociales de las personas con una autoestima sana son más enriquecedoras que con las personas con ego. Alcanza tu mejor versión con la ayuda del equipo de psicólogas online en Siquia.
Pedir cita