Los grandes avances en tecnología siempre han supuesto grandes cambios en el estilo de vida de las personas. El teléfono móvil inteligente llegó para quedarse y, ahora, lo raro es ver a gente disfrutando en la calle sin necesidad de utilizarlo. Si bien es cierto que el dispositivo nos acerca a aquellas personas que están más lejos y que nos facilita muchos aspectos de nuestro día a día, su uso excesivo ya es un problema de hoy.
Según Rastreator, los españoles dedican una media de tres horas y 51 minutos al día al teléfono móvil y más de 7,6 millones de usuarios se consideran adictos a su smartphone. Esta elevada media perjudica, principalmente a jóvenes y adolescentes, ya que estos son los que más sufren las adicciones tecnológicas.
¿Qué es la nomofobia?
Nomofobia significa “no-mobile-phone phobia” o, lo que es lo mismo, fobia a no tener el smartphone cerca. Este miedo irracional a permanecer un intervalo de tiempo sin el teléfono móvil puede enmascarar enfermedades mentales que deben ser tratadas con la ayuda de un profesional.
Las fobias son una manifestación de nuestros conflictos internos expresados a través de algún tipo de miedo o angustia y con las nuevas tecnologías han aparecido fobias que se relacionan con los dispositivos electrónicos.
Las personas más propensas a sufrir nomofobia son aquellas que oscilan entre los 12 y los 23 años. Para los adolescentes, el uso del teléfono móvil de forma constante es esencial para encontrar la aceptación del grupo y no sentirse aislados. Además, las chicas son las que más riesgo tienen de sufrir nomofobia por los lazos emocionales que establecen con su grupo de amigas a través del teléfono.
¿Qué síntomas presenta la nomofobia?
Los síntomas de la nomofobia son, principalmente:
- Mirar el móvil de manera compulsiva.
- Enfadarse si la señal wifi falla o si alguien limita su tiempo de interacción con el smartphone.
- Dormir con el dispositivo muy cerca y presentar insomnio.
- Ponerse nervioso cuando alguien no contesta a un mensaje.
- Llevar encima cargadores portátiles para no quedarse sin batería.
- Bajo rendimiento escolar o laboral.
- No poder disfrutar de su tiempo de ocio sin tener el smartphone en la mano.
- Problemas para socializar.
¿Qué hago si sufro nomofobia?
Para superar la nomofobia debes poner distancia entre el teléfono y tú. Prueba a dejar el smartphone lejos cuando estás en casa y apágalo por las noches para que tu descanso no se vea perturbado. Además, es interesante que borres ciertas aplicaciones del teléfono, como pueden ser los videojuegos, para que no estés tanto tiempo atado al dispositivo. Prueba con alguna aplicación de suspensión y programa el tiempo que pasas utilizando tu teléfono móvil.
Si te ves incapaz de controlar la situación tú solo, siempre puedes contactar con el equipo de psicólogos de Siquia, que estará dispuesto a brindarte la ayuda profesional que necesitas.