La escuela humanista, según se ha analizado en artículos previos (ver ¿Qué es la psicología humanista? y Las claves de la psicoterapia humanista), critica el reduccionismo del comportamiento y la esencia del se humano en una ciencia natural exacta y contempla al individuo como un ser total, una idea que forjaron pensadores como Franz Brentano, Owald Küloe, Wilhelm Dithey y William James – éste último quien basó sus estudios en la introspección de la conciencia, a fin de demostrar la complejidad (y no reducción) del individuo.
Esta disciplina motivó el desarrollo del concepto de “personalidad”. La visión del individuo como un todo, un compendio de sí mismo en sus múltiples variables, indujo al desarrollo de las teorías de la personalidad, cuyo objetivo fue mostrar que el ser humano se rige según sus motivaciones y necesidades – y no en función de las condiciones de su entorno o sus patologías.
A partir de estas ideas, con el tiempo la doctrina de la psicología humanista evoluciona y se especializa en distintos campos de praxis: diferentes terapias que, bajo una filosofía común, ejercen su acción según parámetros distintos y concretos, más o menos parecidos. Así surgen las Terapias Humanistas, entre las que destacan las siguientes y de las que hablaremos próximamente:
– Terapia Sistémica
– Terapia Gestalt
– Análisis Transaccional
– Psicosintesis
– Counseling
– Psicoterapia enfocada en el paciente
Este reportaje acerca la Psicología Humanista consta de tres partes estructuradas en artículos distintos para organizar correctamente todo el contenido de la forma más comprensible. Para continuar leyendo el reportaje y saber más, accede a los siguientes enlaces: