El coaching ha venido para quedarse. Y todas sus variantes. Muchos de los psicólogos que colaboran con Siquia han encontrado en este modo de gestión de objetivos una oportunidad para ayudar a sus pacientes. Hoy hablamos con la psicóloga de Valencia Vanessa Gallego de Marcos sobre Life Coaching y cómo lo ha integrado en su práctica profesional del día.
Empecemos por entender el concepto. Life Coaching ¿de qué estamos hablando?
El Life Coaching es un apartado del coaching que trabaja aspectos de la vida de la persona que demanda el proceso. Trabaja todas aquellas cosas que quiere mejorar o cambiar en relación a si mismo o a las principales áreas de su vida. Por ejemplo, he trabajado en procesos como: “tomar una decisión importante”, “aceptar un cambio de vida”, “desarrollar una habilidad”, “cambio de rumbo laboral”, “gestión de tiempo”…
¿Es lo mismo acudir a una sesión de coaching que a una de terapia psicológica?
No, no se trabaja de la misma manera, ni se plantean los objetivos de la misma manera. El Life Coaching está dirigido a todas aquellas personas que tengan un objetivo que trabajar, que quieran ir a por él de forma directa y que estén dispuestos a asumir la responsabilidad plena de su éxito. Todo ello, sin necesidad de pasar por una revisión muy profunda de su vida y de historias pasadas, lo que marca una diferencia muy importante con la psicología, dónde sí hay una evaluación más profunda.
El Life Coaching no exige una revisión muy profunda de la vida ni de historias pasadas
El planteamiento del Life Coaching es desde el punto de vista de “hacer un proceso”. Es decir, algo concreto en el tiempo, con unas sesiones definidas al inicio, que oscilan entre 5-12 sesiones. Y que se definen en función del objetivo que quiere trabajar el cliente, una vez concretado.
¿Debe impartir Life Coaching un psicólogo o es indiferente?
No necesariamente. El coach tiene una formación valiosa, siempre que haya hecho una formación amplia, complementando el título de coach con formación adicional, sobre emociones por ejemplo, con muchas horas de prácticas supervisadas. Sobre todo quiero dejar claro que el coach debe tener la honestidad de saber cuándo una situación no va a poder manejarla, por la profundidad de las emociones y derivarla a un psicólogo, previo aviso al cliente.
Tras todo el tiempo que he invertido en profesionalizarme como coach personal, he observado una y otra vez cuáles eran realmente las diferencias entre mis dos profesiones: “La psicología y el Coaching”. Pues bien, lo que he sacado en claro, es que el coaching trabaja de una forma concreta y breve el principal objetivo del cliente, en un número de sesiones determinado, como comentaba antes. En este tiempo se consigue llegar al final del camino y con ello alcanzar la meta planteada.
Esta forma de trabajo se plantea hacia adelante, lo que yo entiendo que es apropiado para muchas personas.
A diferencia del coaching, la psicología precisa en ocasiones de un número de sesiones mayor y de un trabajo emocional/ cognitivo/ comportamental más profundo, con lo que el psicólogo cuenta con una formación más detallada y amplia para trabajar todo tipo de situaciones que presenta el cliente. Pero para muchísimas situaciones la labor de un coach es de gran valor y es una realidad de nuestros días, que hay gente que tiene objetivos concretos que quiere lograr y puede hacerlo a través de un proceso de coaching.
Por ejemplo, cuando trabajo como coach en un proceso de los que estamos hablando, mi experiencia como psicóloga siempre va a estar ahí, pero respeto que el proceso de coaching no necesita profundizar más y así trabajo.
¿Tiene el life coaching una base científica como la psicología?
La base científica que tiene es la misma que apoya las herramientas de psicología, como las basadas en una reestructuración cognitiva por ejemplo, es decir, que al usar técnicas de psicología para identificar creencias o pensamientos limitantes, el aval es el que ya ha obtenido la psicología.