
Eres un granito de sal dentro del océano. Un océano salado en el que nada tienes que aportar. Al fin y al cabo, por mucho que decidas ser azúcar, nunca endulzarás tu solo el mar. Aun así, esto no debe ser motivo para no asumir la responsabilidad del halo que tu comportamiento crea. Tú decides que piedras tirar al agua y las ondas que se expanden en el océano contagiando a todas las moléculas de agua que están cerca sin ni siquiera ser agentes activos de lo que tú decides.
Las emociones se contagian. La teoría de los 6 grados nos dice que todos podemos llegar a cualquier persona a través de una cadena formada por otras seis. De esta forma, observamos que no puede ser tan complicado que la influencia de tus actos pueda llegar a cualquier persona.
Siempre tendrás garantizada la derrota si no intentas hacer nada más que asumir que mimetizarte con la sal por no poder o no saber llevar la contraria al mundo. Un bien día, muchos granos de sal decidieron transmitir otros valores a quien quiso oírlos. Algunos permitieron ser contagiados o permanecer cerca de ellos en algún momento. Muchos otros consideraron importante compartir ideas de cambio, asumir el poder de sus actos y coordinarlos con sus ideas revolucionarias y así crear la revolución de endulzar el mar.
Nadie llegará solo a endulzar tanta agua, como nadie llego sólo a instaurar la democracia. Cada persona cuenta y tú también. Tus ideas son importantes, tanto como las de cualquiera. El mundo puede mejorar si tú empiezas a cambiar. Puedes crear en lo que a ti respecta la sociedad que crees que debería imperar tanto para quien te importa como para cualquier desconocido y así convertir tu pedazo de mar en algo mucho más agradable.
Compartir, contagiar y socializar son necesidades del individuo para formar parte del grupo; somos piezas de un puzle al que llamamos mundo. No te limites a encajar en lo establecido: crea nuevas piezas a las que otros puedan encajarse. Vivimos en una continua evolución y crear piezas nuevas es mucho más adaptativo que seguir empleando las de siempre.
Tú eres un elemento facilitador de mejora. Cada paso en la evolución ha sido útil para la evolución de otros así que nunca infravalores tu poder, utilízalo del mejor modo y con la mayor responsabilidad y ten en cuenta que fueron otros y son otros los que hacen que tu hoy estés donde estés. Vives lo que otros crearon y estás influido por lo que otros no solo pensaron sino que se atrevieron a realizar.
No te vayas de este mundo sin sentirte realizado, sin dejar tu huella en quienes te conocieron y sin dejar aquí lo mejor de ti. La sociedad se nutre de lo que le damos como seres humanos así que crea en tu pequeño mundo lo mejor. Nunca sabrás dónde acabará tu influencia ni cuánto poder tendrán tus palabras. Lo que está claro es que… puedes cambiar el mundo.