La Fundación ANAR recibió en el 2020 por la pandemia un total de 166.433 llamadas de menores pidiendo ayuda, de las cuales, 11.761 eran casos de gravedad que requirieron la intervención de los servicios sociales y de la Policía.
El «Informe anual 2020: el Teléfono/Chat ANAR en tiempos de Covid-19», un estudio elaborado por la Fundación ANAR, recoge y analiza los efectos que la pandemia provocó en menores de edad. Los datos obtenidos muestran las diferentes problemáticas a las que los jóvenes se vieron expuestos.

La tentativa suicida aumenta casi un 250% en la pandemia
El informe que la Fundación ANAR ha publicado revela que las secuelas psicológicas por la COVID-19 crecieron hasta cifras récord:
- La idea suicida aumentó hasta un +244,1% durante el confinamiento.
- La ansiedad alcanzó un +280,6%.
- La baja autoestima un +212,3%.
- La depresión/tristeza un +87,7%.
- Los trastornos de alimentación aumentan un 826,3% durante las primeras salidas.
- Tras la vuelta al cole, las autolesiones crecieron +246,2%, la agresividad un +124,5% y el duelo un +24,5%.
«Los trastornos de alimentación crecieron hasta un +826,3% en las primeras salidas tras el confinamiento«
Fundación ANAR
Diana Díaz, directora del Teléfono/Chat ANAR ha señalado que «las consecuencias de la COVID-19 han generado en niños y adolescentes una gran frustración fruto de la indefensión y desesperación que explican el porqué de que muchos adolescentes han aumentado sus ideaciones y tentativas de suicidio durante el confinamiento y han utilizado mecanismos de autorregulación emocional dañinos con el fin de lograr la reducción de su ansiedad, como las autolesiones con la vuelta al cole o los mecanismos de compensación propios de los trastornos de alimentación, que se han disparado coincidiendo con las primeras salidas».
«La pandemia ha generado un ‘cóctel molotov’ en los hogares«
Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación ANAR, indica que «la pandemia ha generado un ‘cóctel molotov’ en los hogares que explica el incremento de los problemas graves en niños, niñas y adolescentes: el confinamiento del núcleo familiar en un espacio pequeño, la presión en las familias por el trabajo -bien por el sobreesfuerzo del teletrabajo, por incertidumbre o problemas económicos- o la ausencia de otros lugares protectores como el colegio o el médico».
Igualmente, otras causas que Ballesteros ha resaltado son «el miedo por la pandemia y el duelo por seres queridos«. Desde la organización ya alertaron al principio de la pandemia de las consecuencias de todo lo ocurrido durante este periodo.
Seis intervenciones de emergencia al día
La gravedad de los casos se refleja en el elevado número de intervenciones de emergencia: 2.277 a lo largo de todo 2020, con una media de 6 diarias. Esto supone un incremento de los casos de urgencia alta (39,1%) y de máxima gravedad (55,6%).
De la misma manera, la pandemia provocó una mayor duración de los problemas: el confinamiento y el aislamiento cronificaron los trastornos, llegando a un 51,5% aquellos casos que venían sucediendo desde hace más de un año.
La tecnología también agrega problemas
ANAR también ha detectado un incremento de los problemas asociados a la tecnología que pasaron de un 23,2% a un 29,9%, afectando a temáticas como grooming, ciberacoso, violencia de género, pornografía/ prostitución infantil, trastornos de la alimentación, autolesiones, ideaciones e intentos de suicidio y otros problemas psicológicos.
Asimismo, durante el confinamiento y las primeras salidas despuntaron las dificultades relativas a separación, custodia y régimen de visitas (confinamiento: +42,3%; primeras salidas: +51,9%).
También crecieron las consultas relativas a ayudas sociales y pobreza infantil, alcanzando la diferencia más aguda en el confinamiento (+307,2%), llegando a representar un total de 139 casos con esta problemática.
ANAR propone incorporar «un mayor número de profesionales en el área de la salud mental«
Junto con el informe, ANAR ha lanzado una serie de recomendaciones ante la necesidad de actuar por la gravedad de estas tendencias. Entre estas, destaca la propuesta de la aprobación de un Plan de Acción o Contingencia, en consenso con las demás administraciones públicas e instituciones necesarias, para aplicarlo ante situaciones futuras similares a la de esta pandemia.
Además, se plantea, entre otras medidas:
- La necesidad de elaborar una estrategia para la erradicación de la violencia sobre la infancia y adolescencia.
- Incorporar un mayor número de profesionales en el área de salud mental.
- La declaración como servicios esenciales los diferentes servicios destinados a la prevención, detección, protección y asistencia de los niños, niñas y adolescente frente a la violencia.
- La agilización en la creación de los Juzgados especializados en infancia y familia que prevé la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y Adolescencia a la violencia, que entró en vigor el pasado 25 de junio.
Si la pandemia te ha provocado problemas de salud puedes contactar con Siquia para hablar con un profesional que guíe tu recuperación. La primera consulta es gratuita.
Pedir una cita