Leyendo al especialista y escritor John Amodeo reflexionamos sobre la importancia del feedback positivo. Una práctica poco común y a menudo recomendada por especialistas y psicólogos con el fin de reforzar las conductas positivas y mejorar la autoestima.
Una cuestión que tiene que ver mucho con la generosidad pero que ¿por qué se practica tan poco? ¿En cuántas ocasiones nos sentimos infravalorados, criticados y menospreciados? Una necesidad humana básica es la de ser valorado y apreciado y cuando esta no es satisfecha, lo cierto es que es difícil que nosotros mismos nos valoremos y reafirmemos.
La falta de feedback positivo puede tener distintas consecuencias. Desde la búsqueda continua y casi impulsiva de la búsqueda de la alabanza y de validación hasta la renuncia a conseguir el aprecio, desánimo, tristeza y incluso sensación de inutilidad, que en casos agravados podría llevar a depresión.
De igual manera, es difícil que nosotros transmitamos sensaciones positivas si atravesamos una etapa de desánimo y desmotivación. Nuestra atención estará enfocada en lograr nuestro propio bienestar, en lugar de estar atento a satisfacer las necesidades de los que nos rodean. Pero si podemos ser conscientes de los momentos en los que reconocemos algo valioso de las personas que tenemos cerca y somos capaces de expresar algún sentimiento positivo, dándoles lo que les gustaría recibir, les ofrecemos un servicio de incalculable valor. Y también podemos beneficiarnos de manera imprevista.
Dar lo que anhelamos recibir puede tener una forma curiosa de volver a nosotros.
Y ello no significa que tengamos que hacerlo bajo presión o nos sintamos en la obligación de estar siempre dando. De hecho, el valor de las donaciones se erosiona cuando lleva asociado algún sentido del deber o si nos sentimos mal, avergonzados o no generosos.
Sin embargo, si vivimos siendo más conscientes de lo que nos rodea, incluidos los momentos más cotidianos, será más fácil encontrar momentos con los que nos sintamos bien y seamos capaces de transmitir ese bienestar, en beneficio para nuestro propio estado de ánimo y del que nos rodea.
Una sugerencia que nos da John Amodeo: la próxima vez que notes algo positivo estando cerca de una persona, comprueba si realmente te sentirías cómodo al expresar esas sensaciones. Tal vez reconoces un tipo de escritura o lees una nota que alguien te ha dedicado, quizás has recibido una sonrisa en el momento adecuado, o en el metro, en la calle, tomando un café, alguien te han tratado con amabilidad. Observa cómo te sientes dando las gracias, respondiendo de la misma manera, mostrando empatía.
Estos momentos existen, y nos ocurren en numerosos momentos en el día a día. Seguro que con mucha más frecuencia de la que estamos preparados para disfrutar de las sesanciones positivas que ello genera. Sí, nos podemos topar con mayor frecuencia con esas «conexiones» con las que soñamos para nosotros, si nos esforzamos en reconocer estos instantes, disfrutarlos en nuestro beneficio y convertirlos en recíprocos con los que nos rodean.
¡Ánimo, cuéntanos tu historia y cómo mejora tu estado de ánimo con estos pequeños consejos!
Y recuerda, que si tienes baja autoestima, no te encuentras bien contigo mismo, te gustaría mejorar algún aspecto de tu conducta, en Siquia nuestros psicólogos te atienden gratis en una primera consulta.