En la mayoría de talleres grupales de psicología, independientemente de la temática que traten, se suele destinar una parte de la sesión a la práctica de lo que los profesionales denominan role playing. En general, los psicólogos suelen presentar este apartado del taller como un elemento indispensable y beneficioso para los participantes pero no se explica exactamente qué es o qué supone esta técnica.
El ‘role playing’, la excusa para trabajar la empatía

Se suele describir como “dinámicas de grupo” y no más, y como tendemos a mostrar respeto frente a los términos que adoptamos del inglés – ya sea porque nos transmiten autoridad o por mero desconocimiento – lo aceptamos sin cuestionarnos a qué nos estamos enfrentando. Porque, realmente, ¿qué es el role playing?
El role play: jugando a ser otros
El Role Playing es una técnica psicoterapéutica practicada en grupo donde se simula una situación de la vida diaria y donde cada participante representa el papel del personaje concreto que le corresponde. El conjunto del grupo representa dicha circunstancia como si se tratara de la realidad, metiéndose individualmente cada uno en su papel en plena consciencia.
Mediante la representación, aflora la capacidad de cada individuo tanto de actuar como de tomar las decisiones que tomaría en dicha situación no el propio individuo, sino las del personaje que está representando. De este modo, la técnica permite desarrollar la empatía y la comprensión de cada participante, principal objetivo del Role Playing. Siguiendo unas pautas cercanas a la teatralidad, el participante, con la práctica, aprenderá a reconocer sus emociones y sentimientos, así como la conducta que le caracteriza en determinadas circunstancias.
En tanto que el role playing obliga a los “alumnos” a ponerse en el lugar de otro, la técnica es útil para comprender a los demás y, al mismo tiempo, mejorar la asertividad, permitiendo así “aceptar a los demás, resolver conflictos y asumir con responsabilidad la toma de decisiones”, según afirman los especialistas de PsicoPedagogía.com
Un, dos, tres, ¡acción!
La práctica del role playing precisa dos ejes principales: un profesional (psicólogos o coach), que guíe y analice el ejercicio, y un grupo – de mayor o menor número – que practique la actividad. El ejercicio es un puesta en común improvisada que determina el profesional y que desarrollará el grupo sin previa preparación mediante el uso del diálogo. Los temas de dichas situaciones, según matiza PsicoPedagogía, suelen tener “trascendencia moral”. Posteriormente el profesional moderará un debate en el que se obtienen a nuevas soluciones para el conflicto que se ha representado, llegando a las conclusiones obvias respecto a las consecuencias de las decisiones tomadas. Asimismo, los mismo profesionales apuntas que, en la práctica del ejercicio, se proceden cuatro fases:
Motivación. Primer contacte donde el instructor prepara al grupo introduciéndolo en un clima de confianza a fin de que el ejercicio se desarrolle sin obstáculos. También se presentan posibles conflictos a fin de detectar qué interés tiene o no el grupo en cuestión.
Preparación para la dramatización. El profesional explica el conflicto y aporta los datos necesarios para que éste se pueda representar. Cita también los personajes que intervienen y designa un papel a cada participante.
Dramatización. Empieza la actuación. Cada individuo actúa según el papel que se le ha impuesto, asumiendo su rol y esforzándose por llevarlo a cabo de la mejor manera que les sea posible. En la representación del conflicto, el alumno deberá pensar los argumentos pertinentes y acordes a su papel que le permitan participar en el diálogo que evidencia el conflicto que se representa.
Debate. Una vez finalizada la representación, el profesional reúne a todos los participantes y hace una puesta en común con todos ellos. Retomando la vida “real”, los alumnos, junto al profesor, analizan los momentos que han surgido en la representación. Se motiva a los participantes a opinar y expresar cómo se han sentido en el papel que les ha tocado asumir.

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Pedir citaEntender mejor el role playing: ejemplo de caso
Ante un grupo de cuatro personas, el instructor presenta el siguiente caso: los participantes representarán a un grupo de marineros que se encuentran en un buque que ha naufragado a pocos kilómetros de la costa más cercana. Debido al peso de los tripulantes, el barco empieza a hundirse y la única manera de que sobrevivan es que uno de ellos se sacrifique de modo que, con menos peso, el resto de grumetes pueda navegar hasta la costa. Sino, todos morirán. ¿Quién hará el gran sacrificio? Los personajes deben argumentar quién debe y quién no debe saltar del barco según su papel, a saber:
- Personaje Líder: carismático, capacidad para el habla, sin tapujos para decir lo que piensa, mandón y egoísta.
- Personaje Consecuente: sensato y lógico. Piensa en el beneficio colectivo y no en el suyo propio.
- Personaje Asertivo: gran capacidad de diálogo. Modera los gritos y es capaz de establecer una discusión racional.
- Personaje Sumiso: acepta cualquier proposición. Se cree incapaz, débil. Se minimiza respecto al resto y asume su “sacrificio” ya que “es el menos importante”.
A estos personajes, además, se les puede sumar rasgos y habilidades personales como, en este caso, eficacia, rapidez para izar velas, buena orientación marina, estrategias y lógica, y similares. El objetivo del ejercicio no es obtener un “ganador” – quienes se salvan – y un “perdedor” – quien se sacrifica –, y no hay reglas ni resultados impuestos, sino el grupo, según sus capacidades y circunstancias, desarrollará la resolución de la improvisación.
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