Las asociaciones autonómicas de la Federación Asperger España, colectivo de familias y afectados por el Síndrome de Asperger de España, han conmemorado hoy día 18 de febrero el Día Internacional del Síndrome de Asperger mediante la programación de distintas actividades de sensibilización social y profesional que se desarrollaran en el transcurso de esta semana.
En especial, la asociación de Sevilla inaugura mañana martes 19 de febrero, la Jornada sobre síndrome de Asperger, de 9.30 a 18.30 horas en la Casa de las Artes de San Juan de Azalfarache, donde tendrán lugar distintas ponencias, coloquios y mesas redondas, entre las que destacará la intervención de José Luís Moya, psicólogo especialista del Centro Hans Asperger. Por otro lado, la asociación de Múrcia celebrará su acto de conmemoración el próximo sábado 23 por la tarde, de 18 a 21 horas en el Salón de actos del Museo Militar de Cartagena. Más sencillo pero no menos relevante, el acto tendrá como acto central la ponencia Evolucionando desde la infancia a la adolescencia, por Lucas Gutiérrez Jiménez, psicólogo Infanto-Juvenil especialista en Psicomotricidad del Centro Psicológico CEI de Motril (Granada) y colaborador de la Asociación Asperger Granada.
El objetivo de las distintas asociaciones, en nombre de la Federación, es informar, apoyar y acompañar a las familias y afectados del Síndrome de Asperger. En nombre de todas ellas, la F.A.E lucha por la difusión informativa, la detección temprana, el reconocimiento de los derechos educativos y asistenciales de los afectados y sus familias, la inserción laboral de los adultos, y en definitiva la integración social de los afectados respetando su neurodiversidad.
¿Qué entendemos por el SA?
El síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo del individuo, desde su nacimiento, que conlleva una alteración neurobiológica relacionada al procesamiento de la información. Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media así como presentan un estilo cognitivo particular y frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas. El trastorno se manifiesta de diferente forma según el individuo pero con algunos factores comunes como la «deficiencia para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y de comportamiento, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios», según matiza la F.A.E.
Este trastorno se manifiesta en 3-7 individuos de cada 1.000 nacimientos, un indicador que posiciona el Síndrome de Asperger como un trastorno «muy frecuente» pero que, pese a ello, es vagamente conocido por la sociedad «e incluso por muchos profesionales», apunta de nuevo la Federación. El Síndrome se encuadra en el ámbito de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) debido a las similitudes que presenta. No obstante, los especialistas de la Federación argumentan que debido a sus competencias intelectuales y lingüísticas, el Síndrome de Asperger se mantiene como un trastorno diferenciada del autismo clásico.
El Síndrome de Asperger se manifiesta entre 3 y 7 individuos de cada 1.000, posicionándose como un trastorno «muy frecuente».
Así pues, el Síndrome de Asperger se asocia al autismo por la discapacidad que presenta para entender el mundo social, lo que conlleva y da origen a comportamientos sociales inadecuados que generan tanto a los enfermos como a sus familiares problemas de toda índole. El trastorno va acompañado, en la mayoría de los casos, de disfunciones en la coordinación motora. De este modo, los déficit sociales se relacionan en aspectos del lenguaje, tales como dificultades en el ritmo de la conversación y frecuentes alteraciones en la entonación, volumen o timbre de voz, entre otros, así como en aspectos disfuncionales de los patrones de contacto ocular o gestual.
Este trastorno fue investigado por el científico Hans Asperger, quien en 1944 publicó los resultados de su estudio teorizando el concepto de Psicología Autista en la terminología coetánea, que posteriormente se denominaría, en su honor, Síndrome de Asperger. La Pedagogía Curativa constituye uno de los pilares fundamentales del aporte de este autor. Conceptualmente, se trata de una estrategia terapéutica que integra perfectamente técnicas de educación especial en la práctica médica, sustentando todo ello en el trabajo de un equipo multidisciplinario (médicos, personal de enfermería, educadores y terapeutas). Asperger, partía de la premisa de que, a pesar de las importantes dificultades que generaban, estos niños tenían capacidad de adaptación si se les proporcionaba una orientación psicopedagógica adecuada. Actualmente el diagnóstico de este trastorno contempla dos criterios de igual aceptación – el Diagnóstico del DSM IV y el Diagnóstico de Gillbert – que coinciden en la percepción de una carencia y deficiencia personal en la interacción social.
Salud sin fronteras
Del jueves día 2 al sábado 4 de mayo se celebrará por primera vez en España el Congreso Internacional de Investigación en Autismo que organiza anualmente el INSAR (International Society for Autism Research). Este evento se presenta como uno de los encuentros entre profesionales del sector más importante del mundo ya que reúne más de 2.000 investigadores especializados en los distintos temas relativos a los TEA. El congreso, pese a dirigirse a un público especializado, está abierto a cualquier persona interesada y se realizará en el Palacio de Congresos Krusaal (San Sebastián).