¿Algunos días te sientes muy feliz o irritable, mientras que otros te sientes desbordado por una tristeza o ansiedad inusual? ¿Experimentas esos sentimientos con mayor energía o aumento de actividad? ¿O van acompañados de periodos llenos de fatiga? ¿Tus cambios de ánimo afectan a tus hábitos de sueño, a tu concentración o a tus pensamientos? Puede que, entonces, estés presenciando síntomas claros del trastorno bipolar.
El trastorno bipolar: tipos, causas y tratamiento

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Aunque las causas de este trastorno no son claras, se trata de una enfermedad mental basada en cambios de ánimo poco comunes que suele comenzar al finalizar la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Aun así, niños y adultos también pueden sufrir el trastorno bipolar. Normalmente, afecta por igual a mujeres y hombres.

¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar (NIMH) es una enfermedad mental que se caracteriza por causar cambios extremos en el estado anímico de la persona que la sufre, comprendiendo tanto altos emocionales (hipomanía o manía) como bajos emocionales (depresión). En el primer caso, lo más común es que sientas euforia, mucha energía o irritabilidad. En el segundo caso, la depresión hace que te sientas triste, desesperanzado, que pierdas el interés o el placer por la mayoría de actividades.
Estos cambios de ánimo afectan a tu comportamiento, a tu nivel de actividad, al juicio, a la capacidad de pensar y reflexionar, a la energía, al sueño… La frecuencia no es fija. Estos cambios anímicos pueden darse en ocasiones puntuales (trastorno bipolar episódico) o muy a menudo (crónico).
Los altibajos son normales en cualquier persona, pero cuando hablamos de trastorno bipolar, hay que prestar atención. Lo que no es tan normal es que los cambios en el estado de ánimo varíen y vayan de un extremo a otro.
Generalmente, es un trastorno que requiere tratamiento de por vida, ya que no cesa por sí solo. Además, es muy importante tratarlo adecuadamente porque interfiere en el suicidio, en la discordia familiar y en la pérdida de trabajo.
Tipos de trastorno bipolar
El trastorno bipolar puede clasificarse en 3 tipos y todos ellos suponen cambios de ánimo, de energía y de los niveles de actividad.
- Trastorno bipolar I. Se caracteriza por episodios maníacos con una duración aproximada de 7 días y que tienen lugar la mayor parte del día. También se habla de este tipo de trastorno cuando se requiere hospitalización por la gravedad de los síntomas maniacos. Otros casos son episodios depresivos separados durante dos semanas o episodios de alteraciones del estado anímico tanto con síntomas depresivos como maníacos.
- Trastorno bipolar II. Se caracteriza por una serie de episodios depresivos e hipomaníacos, pero n por episodios maníacos extremos como en el trastorno bipolar I.
- Trastorno ciclotímico o ciclotimia. Se trata de síntomas hipomaníacos depresivos constantes, pero que no son tan intensos ni duran tanto como para poder ser calificados como episodios depresivos episodios hipomaníacos. Sus síntomas suelen durar aproximadamente dos años en adultos y un año en adolescentes y niños.
Manía e hipomanía
Son dos episodios distintos pero que presentan los mismos síntomas. Podría decirse que la hipomanía es menos grave que la manía, cuyos efectos se hacen notar más en el colegio, en el trabajo, en actividades… y dificultan las relaciones. De hecho, la manía puede provocar psicosis (desconexión de la realidad) y hospitalización.
Los episodios maníacos e hipomaníacos presentan los siguientes síntomas:
- Optimismo, nerviosismo o tensión anormal
- Aumento de la energía, de la actividad y de la agitación
- Escaso control del temperamento
- Euforia (bienestar y confianza exagerada)
- Menos necesidad de dormir
- Muchas ideas
- Distracción fácil
- Hablar muy rápido
- Compulsividad, falta de autocontrol e imprudencia. Algunos ejemplos son ir de compras y gastarse mucho dinero, inversiones absurdas, relaciones sexuales peligrosas, apuestas, regalar dinero, etc.

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Cuando se trata de un episodio depresivo mayor, existen unos síntomas graves que dificultan considerablemente la vida cotidiana (trabajo, colegio, relaciones sociales…). En este caso se dan al menos cinco de los siguientes síntomas:
- Sentimientos de tristeza, desesperanza, vacío, ganas de llorar… En definitiva, un estado anímico depresivo
- Sentimientos de inutilidad o culpa
- Pérdida de interés y placer por la mayoría de las actividades
- Problemas de alimentación: pérdida de peso sin dieta, aumento de peso, y aumento o disminución del apetito.
- Cansancio o falta de energía
- Insomnio o dormir demasiado
- Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones
- Pensamientos suicidas o planificación o intento de suicidio
Los episodios de depresión son más comunes que los de manías, pero pueden ocurrir juntos (lo que recibiría el nombre de estado mixto) o uno después de otro (ciclo rápido).
Causas del trastorno bipolar
No hay explicación para los factores que producen trastorno bipolar, aunque si que se tienen en cuenta:
- La genética. Padecer un trastorno bipolar es más común si tienes un familiar de primer grado (padres o hermanos) que lo sufre. Las investigaciones parecen sugerir que este tipo de trastorno es una enfermedad hereditaria. Las personas que tienen unos genes determinados son más propensas a tener trastorno bipolar que otras personas con otros genes diferentes. Pero no hay un gen concreto que cause este trastorno, hay varios genes involucrados. Aun así, se presentan contradicciones, porque varios estudios han demostrado que en los gemelos, cabe la posibilidad de que uno presente trastorno bipolar y otro no. Otro caso similar ocurre con los familiares de primer grado. Aunque personas con padres o hermanos que tienen trastorno bipolar tengan más posibilidades de llegar a tener también este trastorno, la mayoría de esas personas no sufren la enfermedad a pesar de que sus antecedentes familiares presenten el trastorno bipolar.
- Las diferencias biológicas. Las personas con bipolaridad presentan cambios físicos en el cerebro, es decir, según las investigaciones, la estructura y función del cerebro de aquellas personas con trastorno bipolar son diferentes. De hecho, existen diferencias con la estructura y funciones del cerebro de los que no sufren este trastorno o padecen otros trastornos mentales. Actualmente, la labor de los investigadores se centra en aprender sobre la naturaleza de esos cambios cerebrales para comprender mejor el trastorno bipolar y ayudar así a los médicos. En el futuro, se sabrá cuáles son los tratamientos que funcionan mejor en una persona con este trastorno. Hoy en día el diagnóstico se lleva a cabo por los síntomas y no por otras pruebas o imágenes del cerebro.
Además, hay unos factores que pueden aumentar la probabilidad de tener trastorno bipolar o que pueden ser desencadenantes del primer episodio:
- Abuso de drogas o de alcohol.
- Ciertos medicamentos (esteroides, antidepresivos)
- Periodos muy estresantes, como experiencias traumáticas (por ejemplo, la muerte de un ser querido).
- Tener un familiar cercano con trastorno bipolar (hermano, madre, padre…).
De hecho, es normal que si padeces este trastorno existan otras afecciones simultáneas que empeoran los síntomas de la bipolaridad:
- Ansiedad.
- Psicosis. Tener síntomas psicóticos (como delirios o alucinaciones) es también común en las personas que sufren episodios graves de depresión o de manía. La relación está en los síntomas, ya que el estado de ánimo de la psicosis puede ser extremo y coincidir con el trastorno bipolar. Por ejemplo, si una persona tiene síntomas psicóticos mientras está sufriendo un episodio maníaco, puede llegar a creer que es famoso, que tiene poderes, que tiene mucho dinero… En cambio, si una persona tiene síntomas psicóticos durante un episodio depresivo, creerá que está en la ruina, que ha cometido un delito…
- Trastornos de conducta alimentaria (TCA), como atracones o bulimia
- Déficit de atención e hiperactividad (TDAH), muchas veces asociado a los trastornos de bipolaridad.
- Adicción a las drogas o alcoholismo, ya que las personas con trastorno bipolar son más propensas a consumir alcohol y drogas.
- Problemas de salud: enfermedades cardíacas, obesidad, dolores de cabeza, problemas de tiroides…
Tratamiento de la bipolaridad
El problema de padecer trastorno bipolar, como en cualquier trastorno relacionado con la salud mental, es no reconocer cómo altera tu vida y la vida de tus seres queridos. Incluso puede que disfrutes de ese subidón provocado en esos episodios, pero recuerda que después de la euforia siempre llega el bajón emocional, es decir, el estado anímico depresivo.
Si el trastorno bipolar no se trata, habrá consecuencias graves que afectarán a todos los ámbitos de tu día a día:
- Intento de suicidio
- Problemas financieros o legales
- Relaciones personales dañadas
- Escaso rendimiento en el trabajo o en el colegio
Consulta a tu médico o a profesionales de salud mental si has notado alguno de los síntomas de la bipolaridad (manía o depresión). Es cierto que el trastorno bipolar es de por vida, pero depende de ti poder controlar esos cambios del estado de ánimo y otros síntomas a través de un tratamiento que, generalmente, se basa en el tratamiento psiquiátrico que puede incluir medicación y terapia psicológica.
El trastorno bipolar es un desafío, aunque puedes seguir estas pautas para que sea más llevadero:
- Sigue el tratamiento. Es la única manera de empezar a mejorar y sentirte mejor, pese a que la recuperación no sea fácil y lleve tiempo.
- No faltes a las citas médicas y terapéuticas con tu psicólogo.
- Toma los medicamentos recetados según las indicaciones.
- Organízate. Establece horarios para marcar rutinas, ya sea para comer, dormir, hacer ejercicio…
- Aprende a reconocer los cambios anímicos.
- Si lo necesitas, pide ayuda para seguir el tratamiento.
- Sé paciente, porque mejorar lleva tiempo.
- Apóyate en tus seres queridos.
El tratamiento psicológico tendrá como objetivos que los episodios de bipolaridad maníacos o depresivos sean menos frecuentes e intensos, ayudarte a que disfrutes de tu vida y prevenir el suicidio o la autoagresión.
En este caso se habla de psicoterapia, o terapia online, que engloba una variedad de técnicas cuyo propósito es ayudarte a identificar tus emociones, pensamientos y comportamientos y a cambiarlos. La psicoterapia ofrece tanto al paciente con trastorno bipolar como a la familia apoyo, educación, estrategias y habilidades.
En cuanto a los medicamentos que a menudo acompañan a la psicoterapia, deberás tomarlos siempre bajo prescripción médica y varían en función del caso particular de cada persona. De todas formas, son medicamentos antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, es decir, ayudan a prevenir altibajos anímicos y cambios radicales en la actividad y en el nivel de energía.
Varios tipos de psicoterapia junto a medicamentos pueden llegar a ser tratamientos bastante eficaces.
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