El trastorno de ansiedad y el síndrome del colon irritable

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Ansiedad
Maria Dolors Mas
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El síndrome de intestino irritable (colon irritable) es un trastorno funcional gastrointestinal que padecen en forma crónica u ocasional un alto porcentaje de nuestra población. Se estima que alrededor de un 30 a un 40% lo sufre y tiene un importante componente emocional que confluye con otros factores como ser el genético, neuroendocrino, dietario y psicosocial.

En las disfunciones gastrointestinales, y específicamente el síndrome de intestino irritable, también denominado intestino espástico, al igual que los trastornos de la ansiedad, confluyen elementos coincidentes en el modo de funcionamiento del aparato psíquico: hay aparición de elementos disruptivos, provenientes de situaciones traumáticas, desde el punto de vista de la cognición la formación de creencias disfuncionales que operan, una forma particular de percibir el afecto y un modo de tramitación particular del aparato psíquico.

Cuando se analiza la historia clínica del paciente se observa los mismos elementos precipitantes tanto en los trastornos de ansiedad como en el cuadro del intestino irritable, como son la aparición de situaciones de estrés psicológico o la asociación de traumas vitales recientes no elaborados. Es frecuente encontrar que los sujetos afectados en esta comorbilidad (pánico-colon irritable) un número significante de situaciones críticas que están y han sostenido así como en su historia vital elementos traumáticos en la infancia y adolescencia comparados con la población normal.

El poder de la mente sobre el cuerpo

En términos médicos el síndrome de intestino irritable es una disfunción o trastorno funcional que se caracteriza principalmente por: (1) episodios recurrentes de dolor o molestia abdominal ligado a la alteración de hábitos de motilidad intestinal (episodios recurrentes de diarrea y constipación); (2) distensión intestinal donde no se observan alteraciones de tipo orgánica, (3) o histológicamente distensión intestinal donde no se observan alteraciones de tipo orgánica o histológicamente demostrable. Si bien aún se desconoce la etiología del síndrome, se observa en la clínica una asociación muy frecuente con trastornos de la ansiedad y del humor. Puede que éstos no sean la causa directa de la aparición de esta disfuncionalidad, pero no por ello puede obviarse que los factores psíquicos pueden ser influyentes en la vulnerabilidad a contraer enfermedades pues el organismo pierde su homeostasis.

Lo que si se encuentra en la práctica clínica cotidiana es que dentro de los trastornos de ansiedad, la comorbilidad con cuadros de pánico es un observable significativo. También encontramos esta disfuncionalidad asociada a cuadros de estrés postraumático, ansiedad generalizada y cuadros de ansiedad social. Dentro de los trastornos del humor, como en la depresión mayor, la asociación muestra una prevalencia alrededor del 29%.

El intestino es el único órgano que contiene un sistema nervioso independiente del sistema nervioso central y que puede generar reflejos en completa ausencia de la energía del cerebro por ello se lo denomina sistema nervioso entérico, desde el punto de vista neurobiológico en el intestino se genera la mayor parte de los neurotransmisores. Así como en la zona del cerebro llamada locus coeruleus recibe aferentes provenientes del tracto digestivo que derivan señales tales como distensión gástrica o colónica.

En suma, pues, es un trastorno de tipo funcional dado que no se observan alteraciones estructurales y/o bioquímicas que den cuenta de la sintomatología. Si bien hay una disfuncionalidad alterada que se presenta tanto en los síntomas de tipo primario como en los episodios alternados de diarrea-constipación, dolor abdominal, alteración de los hábitos intestinales, distensión abdominal y síntomas de orden secundario como en migrañas, cansancio corporal, náuseas y síntomas urinarios (micción frecuente y urgente). Esto se observa en personas que han sido sometidas a eventos vitales estresantes no pudiendo lograr una buena adaptación y elaboración de los mismos y por colapso de la capacidad defensiva. En estos casos, el sujeto no ha podido adaptarse eficazmente a esas instancias críticas que son vividas con un efecto traumático sin la posibilidad de elaboración psíquica. Esto puede deberse a causa de agotamiento defensivo como puede ser, por ejemplo, una serie de sucesos de alto impacto emocional que barre con las barreras protectoras, como cuando la persona está enfrentada a una sucesión de eventos reiterativos donde esté invalidada de producir cambios o cuando ésta carece de un período de recuperación ante los factores estresantes, y este aumento de tensión dentro del aparato psíquico va a requerir de su descarga masiva.

Efecto directo en los pacientes

Ante la indagación clínica a estos pacientes es muy frecuente la asociación de esta disfuncionalidad con el atravesamiento de una situación conflictiva que lo afecta como ser entre ellos los duelos no elaborados, específicamente en los cuadros de pánico es un observable en un alto porcentaje que la persona ha padecido episodios de muertes súbitas de personas afectivamente ligadas que han impactado en su psiquismo especialmente la figura de sostén familiar y/o de apego afectivo, también pérdidas o amenazas de pérdida de sostén económico (laboral), problemas conyugales, y que al no poderlo resolver por la vía de la simbolización, es decir a través de un conflicto psíquico , lo que debió haber sido mental y tramitado simbólicamente deja de serlo, pierde la cualidad simbólica, se transforma en descarga somática, quedando dentro del inconsciente escindido.

Los pacientes con síndrome de intestino irritable parecen no discriminar sus emociones cuando se ven enfrentados a situaciones conflictivas, y en lugar de manifestar su malestar a través de formaciones del inconsciente como ser los pensamientos asociativos, las fantasías, los sueños , los fallidos en el discurso, este proceso es reemplazado por la expresión de descarga somática, el cuerpo se manifiesta a través del dolor corporal en lugar de la palabra, dando cuenta de la enfermedad psicosomática donde el cuerpo es el escenario de un procesamiento particular del dolor como también de la elaboración psíquica del conflicto con un alto costo para el sujeto.

Se observa en el discurso de estos pacientes muy escasa actividad imaginaria, su relato se circunscribe a lo descriptivo somático, no pudiendo acceder a la asociación de su trastorno fisiológico con la problemática psíquica que atraviesa su historia vital, muchas veces en la admisión de pacientes con trastornos de ansiedad se detecta que hay padecimiento de trastornos gastrointestinales asociados como ser el intestino irritable, sin que el paciente le otorgue al mismo un lugar de malestar y mencione la dolencia gastrointestinal, y en la indagación de este punto se observa que no asocian la dolencia a un conflicto que los perturba, prevalece mecanismos defensivos como son la negación y la escisión.

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Sobre Maria Dolors Mas

Nº Col 17222

"Aprender a hablar de lo que nos duele, también es sanar"

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