El embarazo psicológico, también conocido como pseudociesis, existe y es un embarazo imaginario, falso y utópico. La mujer que lo padece realmente no está pero embarazada tiene la creencia firme de que se encuentra esperando un bebé llegando incluso a desarrollar síntomas propios del embarazo como podrían ser el aumento de volumen en la zona abdominal o la falta de menstruación. La pseudociesis es un tipo de trastorno psicológico que no tiene nada que ver como el hecho de simularlo o fingirlo, ya que una mujer que simplemente finge que está embarazada no presentaría los síntomas que acarrea el embarazo psicológico.
¿Cómo incide el embarazo psicológico en la población?
El «embarazo fantasma» afecta principalmente a las mujeres sin importar cuál sea su clase social, la región de la que proceden o su etnia. Es más común en mujeres comprendidas en edades entre los 20 y los 40 añosy normalmente casadas. Sin embargo, a lo largo de la historia se han dado casos de pseudociesis en niños y mujeres ancianas que incluso ya han pasado la menopausia, en varones que sobredesarrollan un sentido protector y lo has podido ver a lo mejor en animales.
Obviamente, estamos hablando de algo que ocurre de forma excepcional. Se calcula que 1 de cada 22.000 embarazos es útopico, es decir, un 000,5%.
¿Cuáles son sus causas?
El embarazo psicológico es un síndrome que tiene varios siglos de recorrido. Su incidencia a lo largo de la historia ha sido mayor que la que tiene hoy en día, principalmente debido al cambio del papel de la mujer en la sociedad. Durante mucho tiempo ésta era considerada únicamente útil para ser madre, por lo que era menospreciada si no era capaz de formar una familia.
Actualmente las mujeres cuentan con otras responsabilidades y deseos que, junto al avance de la ciencia, ha llevado a superar problemas de infertilidad en muchos casos. A nivel biológico, la pseudociesis está causada por estímulos dentro del sistema neuroendocrino que vienen desencadenados por factores psicológicos. El estrés, la ansiedad o la presión actúan sobre el eje hipotálamo-hipófiso-ovárico, desregulando la normal producción de hormonas y causando síntomas de embarazo.
Entre las situaciones que pueden desencadenar un embarazo psicológico encontramos:
- Miedo al abandono del marido por no poder tener hijos.
- Soledad.
- Depresión.
- Baja autoestima.
- Alto grado de presión familiar por quedarse embarazada.
- Miedo ante el embarazo.
- Abuso sexual durante la época de la infancia.
- Gran estrés emocional.
- Proximidad a la menopausia y deseo de tener más hijos.
- Abortos espontáneos en mujeres que no tienen hijos todavía.
Los síntomas de un embarazo psicológico
Entre los principales síntomas del embarazo psicológico se tipifican los siguientes:
- Ganancia de peso.
- Náuseas en la mañana.
- Producción de leche.
- Aumento del volumen abdominal.
- Aumento de los senos.
- Sensación de movimientos fetales.
Hay mujeres que incluso llegan al hospital en situaciones de urgencia con síntomas de parto. El embarazo psicológico se da durante algunas semanas pero en algunos casos excepcionales puede extenderse durante meses o años. En algunas mujeres los síntomas se van una vez que se simula el parto, pero éstas sienten intensos dolores como que estuviesen pariendo realmente.
Las mujeres no siempre son conscientes o comprenden lo ocurrido por lo que se necesita un tratamiento psicológico para hacer frente a la situación. Además, este puede dar lugar a la aparición de alguna otra enfermedad psiquiátrica como podría ser la depresión o la psicosis.
El papel de la terapia psicológica en su tratamiento
No se trata de una tarea sencilla el hecho de convencer a una mujer que durante un tiempo ha estado pensado que está embarazada ya que tiene una ilusión creada en su cabeza que es muy difícil de disipar. Muchas veces el embarazo psicológico representa una válvula de escape que el cerebro elige para superar otras adversidades psicológicas.
No existe un tratamiento único para este tipo problema ya que habría que trabajar primero las causas que han podido llevar a que ocurra. Si te ocurre o conoces un familiar que atraviese por algo similar, lo mejor es visitar a un psicólogo que nos ayude a concienciarnos de lo que realmente nos pasa y a solucionarlo lo antes posible antes de que desencadene problemas mayores tanto a nivel físico como psíquico. Pide cita con nuestra psicóloga sin compromiso.