Goldman Sachs es uno de los gigantes de Wall Street. En su página web se describen como «líder a escala global en banca de inversión, operativa de valores y gestión de inversiones» desde su fundación en 1869. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, pues hace unos días saltaban las alarmas ante un posible abuso laboral, tras la publicación a través de Twitter de una encuesta realizada a 13 analistas que se enfrentan a su primer año en la empresa.
La encuesta deja constancia de las deplorables condiciones laborales de las que disfrutan los trabajadores de Goldman Sachs, que han preferido mantener el anonimato. Los encuestados declaraban haber trabajado una media de 105 horas durante esa semana; desde enero habían trabajado una media de 98 horas semanales: su jornada solía terminar cerca de las tres de la mañana, por lo que solo podían dormir 5 horas de media. «No esperaba un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde», dice uno de los encuestados, «pero tampoco esperaba trabajar de nueve de la mañana a cinco de la madrugada».

Trabajar en una empresa como Goldman Sachs es sinónimo de prestigio y experiencia. También es presagio de grandes salarios si se continúan en la compañía. Sin embargo, al preguntarles que colocasen en una escala entre el 1 y el 10 cuántas probabilidades había de que siguiesen trabajando para la compañía en caso de que las condiciones se mantuviesen como hasta ahora, siendo el 10 lo más probable, la media de las respuestas fue un 3,5: seguramente no se quedarían. Uno de los encuestados afirma: «Me asusta menos no tener empleo que lo que le pueda pasar a mi cuerpo si mantengo este estilo de vida».
Pero la experiencia en Goldman Sachs no solo ha afectado a su salud física. «Me duele el cuerpo constantemente y, mentalmente, me encuentro en un lugar muy oscuro», se atrevía a compartir uno de los empleados. Antes de entrar en la empresa, los encuestados le ponían a su salud mental un 8,8 de media; ahora, le ponen seis puntos menos: un 2,8. Lo mismo pasa con su salud física, antes estimaban que estaba en 9 puntos, ahora, se encuentra en un 2,3.
Mentalmente me encuentro en un lugar muy oscuro.
El 100%, además, admitían que la cantidad de horas que trabajan ha impactado negativamente en sus relaciones familiares y con los amigos. Debido al impacto del trabajo sobre su salud y sobre su vida, el 75% habían buscado o habían considerado buscar terapia para hacer frente al estrés.

Las jornadas no son el único infierno en Goldman Sachs: al 100% de los encuestados le habían puesto plazos poco realistas, un 92% se había sentido ignorado o rechazado durante las reuniones y la mitad de ellos habían sido criticados en público o de manera injustificada. además, un 42% afirmaba haber sido culpado sin justificación, un 17% aseguraba haber sufrido gritos e insultos y un 83% había sido sometido a un control excesivo, una práctica muy común entre los jefes tóxicos. De este modo, no es extraño que el 77% de ellos se consideren víctimas de abuso laboral. «La falta de sueño, el trato por parte de los superiores, el estrés físico y mental… He estado en un orfanato y esto es peor.»
He estado en un orfanato y esto es peor.
Para crear conciencia sobre su situación laboral, algunos de los encuestados se atrevieron a compartir cómo estaba siendo la experiencia: «No puedo dormir porque mis niveles de ansiedad están por las nubes«, admitía uno de ellos. «Llegué a un punto en el que no comía, no me duchaba, ni hacía nada que no fuese trabajar desde por la mañana hasta pasada la medianoche», afirma otro.
No comía, no me duchaba, ni hacía nada que no fuese trabajar desde por la mañana hasta pasada la medianoche.
Algunas de sus peticiones para hacer frente a esta situación, son: un máximo de 80 horas de trabajo a la semana, no trabajar después de las 9 de la noche del viernes ni durante los sábados, que no se les hagan correcciones que no pueden añadir a su trabajo justo antes de las reuniones o que las reuniones con los clientes se les avisen, mínimo, con una semana de antelación.
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