Una empresa está formada por personas que usualmente comparten mucho tiempo juntas. Cuando pasas horas y horas sentado al lado de otra persona no es extraño que se empiecen a desarrollar vínculos emocionales, tanto positivos como negativos. Y aunque el refrán dice que el roce hace cariño, lo cierto es que, en ocasiones, también crea conflictos. Especialmente cuando entran en escena los empleados tóxicos.

¿Cómo son los empleados tóxicos?
Cuando hablamos de empleados tóxicos nos referimos a aquellas personas que propician un mal ambiente de trabajo. Por donde ellos pasan surgen las discusiones, los rumores, las envidias y el descontento general. Su sola presencia hace que el equilibrio de la empresa entre en juego.
Mucho se ha hablado de jefes tóxicos que con sus abusos y sus malas prácticas hacen sufrir a los empleados. No obstante, también hay empleados cuyo comportamiento influye negativamente en la empresa y en el bienestar de todos los que trabajan en ella.
Por supuesto, el hecho de que en el lugar de trabajo haya uno o varios empleados tóxicos lastra el rendimiento y la productividad de todos los demás empleados.
Si has estado en esta situación quizás te hayas preguntado cuál es el motivo de que tu jefe no le dé un toque de atención ¿La respuesta? Los empleados tóxicos suelen ser personas manipuladoras, de esas que ponen buena cara ante la autoridad para no meterse en líos. Es difícil pillarles con la guardia bajada, porque habitualmente no van de frente y todo lo hacen por la espalda.
Sin embargo, hay algunas características que te pueden ayudar a detectar a un empleado tóxico.
Algunas características de los empleados tóxicos
- Nunca están conformes con las decisiones que se toman: habitualmente se trata de personas negativas, muy críticas con todo lo que ocurre dentro de la empresa. Sin embargo, no suelen dar un feedback constructivo a aquellos que no les gusta, se limitan a quejarse, en lugar de ayudar a que las cosas vayan mejor. Y, sean cuales sean sus condiciones de trabajo, suelen mostrarse bastante descontentos con su puesto. Es decir, son incapaces de ver las cosas buenas de la empresa y solo reparan en lo negativo.
- No están motivados: acostumbran a ser personas perezosas, sin ganas de trabajar. Si pueden distraer a los demás, lo harán, aunque es muy probable que delante de los jefes finjan trabajar. Siempre tienen excusas para no hacer algo y no es extraño que otros acaben haciendo los trabajos que ellos no quieren realizar.
- No muestran respeto hacia los demás compañeros: la mala educación es su seña de identidad. Por norma general son personas ególatras que se creen por encima de los demás y que, por lo tanto, faltan al respeto a todo lo ajeno. Por eso esparcen rumores, interrumpen a quien sea que esté hablando e incluyo llegan a realizar comentarios descalificativos sobre sus compañeros. A veces incluso fomentan el acoso laboral y provocan que el resto de empleados afronten con disgusto la jornada laboral.
- Son irresponsables: su desmotivación hace que terminar las tareas sea un mundo para ellos. Por ese mismo motivo les cuesta asumir responsabilidades. Rara vez estarán al mando de un equipo. Y puedes estar seguro de que, si hacen algo mal, nunca asumirán la culpa.
- Generan conflictos: suelen tener poca tolerancia a la frustración y no soportan que los demás se muestren en desacuerdo con ellos. Si las cosas no salen como esperaban, es posible que exploten y carguen contra todo aquel que se cruce en su camino. Esto ocurre porque suelen ser personas muy inmaduras a nivel emocional, incapaces de gestionar lo que sienten.
Compartir jornada laboral con empleados tóxicos puede afectar gravemente a tu salud emocional. Si ir al trabajo y coincidir con esos compañeros te produce estrés o ansiedad, quizás sea el momento de poner tu salud emocional en manos de un psicólogo online.

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Pedir citaEstos son sus perfiles más comunes
- El narcisista
Los narcisistas son personas que se tienen a sí mismos en muy alta estima y que, como consecuencia, desprecian a los demás por no ser ellos.
En el entorno de trabajo intenta quedar siempre por encima de los demás. Cuando un compañero consigue un logro, recuerda el último cliente al que él fidelizó, o le da por opinar que el éxito de ese otro compañero no es para tanto.
Es, en definitiva, el tipo de persona que lucha por tener el protagonismo en todo momento. Suele hacer su trabajo bien, pero envenena con su comportamiento el ambiente laboral.
- El envidioso
La envidia es una de las peores plagas de los entornos de trabajo y este tipo de empleados tóxicos son expertos en crearlas.
Se trata de personas que rara vez están a gusto con el reconocimiento que reciben y que desearían tener todo lo que han conseguido los demás. Es experto en hablar del resto a sus espaldas y en crear rencillas entre los compañeros.
- El quejica
Los quejicas suelen ser, además de tóxicos, empleados con muy pocas ganas de trabajar. Son el tipo de persona que se ve superada incluso antes de empezar a trabajar y se encarga de que todo el mundo lo sepa.
Algunos se comportan así porque pretenden que alguien se ofrezca a ayudarles para poder cargar a otro con su trabajo. Otros se quejan por sistema y, aunque hacen su trabajo correctamente, se encargan de aportar un toque de negatividad al día a día.

- El hiperresponsable
El hiperresponsable suele ser una persona incapaz de trabajar en equipo. No delega, pues no confía en que el resto puedan hacerlo bien. Además, nunca transmite los problemas, impidiendo así solucionarlos antes de que trasciendan.
Y, por si fuera poco, suele ser una persona que siempre está agobiada y que consigue estresar a los demás con su comportamiento frenético.
- El olvidadizo
Estos empleados son los tradicionales irresponsables. Nunca tienen su parte del trabajo hecha, nunca llegan al plazo acordado, nunca informan a los clientes de las novedades…
Por norma general su comportamiento acaba lastrando a los demás, que tienen que pagar los platos rotos, bien sea porque los proyectos del equipo nunca llegan a buen puerto, o porque tienen que trabajar el doble para paliar su irresponsabilidad.
- El conflictivo
Quizás los peores empleados tóxicos con los que puedes encontrarte, pues las peleas acompañan a los trabajadores conflictivos allá donde van.
Cualquier tema es motivo de discusión, desde la cuenta de un cliente hasta un partido de tenis que vio ayer por televisión. Son personas que rumian durante horas cualquier mínimo inconveniente y que destilan rencor y mal rollo.
Si tienes que lidiar con cualquiera de estos perfiles en tu puesto de trabajo es posible que tu salud mental se vea visiblemente afectada. Por suerte, acudir a terapia podría ser la solución a tus problemas laborales.
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