El pico de estrés laboral se ha vuelto un problema demasiado común en nuestro día a día. Ahora nos sorprende cuando alguien nos habla de tranquilidad y bienestar en el trabajo. Y es cierto, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el nivel medio de estrés laboral es de un 4,18 sobre la escala 1 (nada estresante) al 7 (muy estresante).
Cuando enfermamos sin un motivo u origen aparente puede ser a causa de la somatización de tu salud mental. De hecho, los síntomas de estrés afectan a tu cuerpo, pensamientos y sentimientos. El reto consiste en reconocer los síntomas para poder ayudar a controlarlos.
La depresión de la tumbona
¿Alguna vez has empezado tus vacaciones y has caído enfermo? Es bastante común y tiene una explicación. Pasar tus primeros días de descanso enfermo o en cama con fiebre, virus, cansancio o mal humor se debe en gran parte, como no, al estrés en el trabajo.
Ricardo de Pascual Verdú, profesor de Psicología en la Universidad Europea da en la clave: “La vida de hoy en día conlleva un desgaste importante; todos estamos bastante desbordados en nuestro trabajo, y es algo estructural que no podemos resolver por nosotros mismos; así que aguantamos y aguantamos y luego el cuerpo, cuando aflojamos, nos pasa factura”.
Algunos médicos hablan de este trastorno como la depresión de la tumbona y explican que hay razones biológicas, psicológicas, sociales y familiares que propician este malestar durante el descanso estival. Estos médicos confirman que el desencadenante es el cambio brusco de pasar de la sobreactividad y un pico de estrés a la inactividad y el descanso.
¿Qué ocurre en nuestro cuerpo durante y después de un pico de estrés?
El cambio en las exigencias tiene impactos fisiológicos, además de producir cambios hormonales que a su vez influyen en el sistema nervioso e inmunológico. Varias investigaciones corroboran que mientras estamos expuestos al estrés los niveles de adrenalina y cortisol se dispara.
A su vez, afectan a los procesos inflamatorios y a la reacción inmunológica, con lo cual, cuando el nivel de estrés baja es probable que haya tejidos inflamados y más posibilidades de que el organismo no responda bien ante los virus y la persona enferme.
“También pasa a menudo los fines de semana, que has ido aguantando toda la semana y llega el viernes, aflojas, y te sale el constipado o el virus de turno porque tras una etapa de preocupaciones y de mucha exigencia, de haber tirado mucho de adrenalina, llega la relajación y el cuerpo pasa la factura, es como si al aflojar nos diéramos permiso para caer”, comenta De Pascual Verdú.
Cuando el estrés laboral empeora tu vida, contar con la ayuda de un psicólogo online puede ser la solución.

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Pedir citaUn pico de estrés afecta a 5 partes de tu cuerpo
- La piel. No solo muestra el paso de los años, también muestra nuestro nivel de estrés, el agotamiento… El acné, las manchas, la urticaria o la inflamación son signos a los que debemos estar pendientes si pasamos por periodos de altos niveles de estrés.
- Sistema inmune. Como hemos explicado antes, el torrente de hormonas que libera el estrés reduce la respuesta del cuerpo a los invasores del exterior. Los virus o las bacterias tienen más facilidad para penetrar en nuestro cuerpo.
- Sistema digestivo. Acidez estomacal, hinchazón o estreñimiento son varios de los efectos a largo plazo más incómodos cuando el estrés es habitual en tu vida. Además como respuesta a la situación el hígado produce azúcar que va a parar directamente al torrente sanguíneo. Esto se puede traducir en una diabetes.
- Corazón. En picos de estrés, el corazón bombea más rápido lo que produce que los vasos sanguíneos se contraigan por el nivel de hormonas en sangre y desvíen más oxígeno a los músculos, lo que aumenta la presión arterial. Los ataques al corazón son frecuentes en personas sometidas a niveles de estrés muy altos.
- Músculos. La tensión muscular, quizá la más conocida es la que nos provoca los dolores de cabeza, de espalda y estos últimos pueden derivan en contracturas.

Consejos para prevenirlo
- Desconectar a diario para que el estrés no se nos acumule, realizando actividades de ocio.
- Tener aficiones para realizar diariamente que sean especiales para ti y no tengas que depender de nadie para hacer, así podrás hacerlo cuando quieras.
- No pasar de 0 a 100 en un día, después de un pico de estrés laboral intentar no desconectar por completo, mantenernos activos con deporte o alguna actividad, así conseguiremos que nuestras defensas no caigan en picado.
- Advertirnos cuando llega un pico de estrés laboral para gestionarlo de una manera más saludable. Y es que, hay trabajos que sabes en que fechas estarás más liado. Procura mantener una buena organización e intentar descargar de estímulos estresantes ese periodo de tiempo.
- Ir a terapia psicológica. No siempre podemos enfrentarnos a picos de estrés solos, por eso está bien pedir ayuda a un profesional de la salud mental.