Envidia: qué es, cuáles son sus consecuencias y cómo gestionarla

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El concepto de envidia procede de la palabra latina “invidere”. Traducido significa mirar con malos ojos a alguien. Es un sentimiento común en el ser humano que, aunque neguemos, todos hemos experimentado de alguna u otra forma. La envidia necesita ser controlada y manejada ya que puede generar emociones como la impotencia, la tristeza o el enfado, entre otras. 

La envidia es una emoción desagradable que termina provocando conductas y consecuencias desagradables en las personas. Es uno de los problemas emocionales más frecuentes y de los que más normalizados están.

Vemos como normal la actitud envidiosa y pensamos que forma parte de la personalidad de esta. Sin embargo, es un problema no solo para la persona que lo sufre sino también para quienes la rodean. La envidia es una emoción que conlleva anhelar lo que otra persona tiene y desear estar en la situación de otra persona. 

Podemos envidiar un puesto de trabajo, un coche, unos zapatos, una casa, un novio, la vida de un famoso, la personalidad de un amigo, el físico de alguien… todo aquello que pensamos que no tenemos y que, si obtuviéramos, nos haría felices.

Sobre todo, envidiamos el éxito y el triunfo de otras personas ya que creemos que sus vidas son mucho mejores que las nuestras. El objetivo de la envidia es siempre conseguir más

Generalmente, la envidia provoca sensaciones negativas. A pesar de esto, podemos considerar en algunos casos, que tiene un carácter positivo. Hay ocasiones en las que la envidia motiva a las personas a conseguir aquello que tanto desean.

El verlo en otros hace que luchen por conseguir sus objetivos hasta alcanzarlos. Incluso se puede llegar a alcanzar un sentimiento de admiración y orgullo por ver como alguien consigue lo que desea. Eso es lo que conocemos como “envidia sana”. 

Pero es cierto que en la mayoría de los casos la envidia es perjudicial para quienes la sufren y para quienes la reciben. Un psicólogo online puede ayudarte a dejar de sentir envidia.

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¿Cuáles son las características de una persona envidiosa?

Las personas que sufren de envidia se caracterizan principalmente por tener una autoestima muy baja. Sienten un miedo terrible e irracional al creer que están por debajo de los demás. Por eso, estas personas adoptan actitudes de sarcasmo o comentarios inadecuados. Lo suelen hacer cuando otro individuo les habla sobre sus logros o ha conseguido cumplir un objetivo de su vida. 

Que se comporten así hace que se genere una posición de rechazo por parte del resto de las personas. Como consecuencia, las personas envidiosas pueden carecer de amigos y suelen vivir en soledad.

Esta soledad les impide compartir y comunicar con las personas sus propios logros. Al no tener a nadie que los escuche y les apoye en el logro de sus objetivos, comienzan a experimentar sentimientos negativos. Se sienten enfadados con el mundo y con ellos mismos, frustrados y tristes. 

Esto tipo de emociones supone un hecho perjudicial para la salud de la persona. No le aporta ningún tipo de beneficio. De hecho, limita su crecimiento a nivel personal y hace que se estanque. No avanza ni madura. 

¿Qué efectos tiene la envidia en la persona?

Los efectos que causa el sentimiento de la envidia van a depender de la propia persona. Al fin y al cabo, cada individuo es único y presenta una serie de características que le hacen diferente al resto. Por eso, según sus propiedades este actuará de una forma u otra. 

Por un lado, existen los denominados envidiososmomentáneos”. En ellos, la envidia es únicamente un problema de actitud. Actúan con envidia como respuesta a su incapacidad para conseguir algo. No tiene una mayor connotación.

Por otro lado, están los casos de mayor gravedad. Aquí la persona convive con la envidia, la cual le provoca un desgaste emocional que puede llevar a ocasionarle problemas de salud mental. De hecho, la envidia puede provocar agresividad y problemas de depresión o ansiedad. 

El problema se encuentra principalmente en que hay personas que desean tener unas cualidades o vivir determinadas circunstancias en sus vidas. Sin embargo, no luchan por obtenerlas. Se limitan a observar a los demás y se comparan continuamente con ellos y sus pertenencias. Por eso, habitualmente, se trata de personas poco activas hacia sus metas.

Simplemente centran su atención en el resto de la gente en vez de en lo que ellos deberían hacer. Sienten rabia y frustración por los méritos ajenos. Hay ocasiones en las que llegan a desear que la otra persona no consiga lo que desea o que pierda lo que tiene. De esta forma, se sienten mejor con ellos mismos. 

Los sujetos que no son capaces de manejar la envidia suelen manifestarla a través del uso de críticas o descalificaciones. En los casos más graves pueden llegar incluso a usar la agresividad o la violencia.  

El problema está en que esta emoción puede perdurar a lo largo del tiempo como consecuencia de no saber cómo manejarla. Todo esto va a repercutir negativamente en la persona. Por eso, se manifiestan problemas o trastornos psicológicos tales como la depresión o la ansiedad.

A su vez, al tener la autoestima baja y, utilizar constantemente formas complejas para sentirse mejor, le llevará a tener relaciones insanas en todos los niveles. 

¿Qué factores influyen en el origen de la envidia y cómo se supera?

Para poder superar la envidia, la persona que la sufre debe ser consciente y reconocer que es un envidioso. Si esto ocurre las posibilidades de eliminarla de su día a día serán mayores.

Pero para lograrlo ha de saber también cual es el origen de dicha emoción. Es decir, buscar cuál ha sido el acontecimiento o situación causante de su frustración e ira por desear lo que tienen los demás.

Por eso, vamos a establecer una serie de factores que pueden ser el origen de tu envidia:

  • La autoestima. Las personas que tienen baja autoestima y que no se aceptan ni respetan tienden a ser envidiosos. Al no ser quien quieren ser basan su vida en criticar y envidiar lo que otros tienen. Has de saber que quererte a ti mismo y respetarte es esencial para no envidiar. El amor propio es un factor fundamental que te hará olvidar lo que otros tienen y centrarte en ti y tus objetivos. Trabaja en valorarte y esfuérzate en reforzar las cualidades que no te gusten o con las que no estés a gusto al 100%. Solo así conseguirás ser quien deseas. 
  • La autocrítica. Cuando eres muy exigente contigo mismo nunca estás satisfecho con lo que tienes y consigues. Al final siempre tiendes a compararte con el resto y siempre crees que te quedan cosas por conseguir. 
  • Las comparaciones. Evita compararte continuamente con el resto. Esto va a generar en ti rabia y frustración. Recuerda que cada persona es “un mundo” y que cada uno tenemos una serie de habilidades y capacidades. Lo importante es luchar por conseguir tus objetivos sin compararte con los demás. 
  • Los miedos. Las personas que tienen miedos o temores muy fuertes se limitan. Viven continuamente soñando y pensando con lo que les gustaría ser o conseguir, pero se frenan por miedo a no conseguirlo. El hecho de conocer y trabajar con nuestros miedos evitará que estos sean una limitación. 
  • La felicidad. Seguro que alguna vez te has planteado si eres una persona feliz. Tienes que descubrir qué es lo que te hace feliz y asume las limitaciones que vas a tener a la hora de conseguirlo. Si eres realista te darás cuenta de cómo son las cosas. Serás consciente de lo que puedes y no lograr dependiendo de las circunstancias y podrás disfrutar y sentirte bien contigo mismo. 

La envidia se termina preocupándonos menos del resto y más de nosotros. Conocerse a uno mismo, nuestras habilidades, capacidades y limitaciones son lo que enfocarán nuestra energía y nuestra forma de actuar. Convierte cada logro de los demás en un nuevo reto para ti, hazlo como fuente de inspiración y admiración. Recuerda que es mejor la admiración que la envidia. 

Si el sentimiento de envidia convive contigo y eres consciente de que tienes un problema, acude a un profesional de la salud mental.

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