¿Estás preocupado siempre? Estas son las consecuencias

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En la sociedad actual estar preocupados por algo es algo habitual. El cerebro siempre está pendiente de algo: sales de casa y te preguntas si has dejado el gas abierto, discutes con alguien y te sientes mal por expresar cómo te sientes…

Quizá sientas que tu cabeza no para nunca de dar vueltas. Ya sea por una cosa o por otra estás pendientes las veinticuatro horas del día, durante los siete días de la semana, de algo.

Algunas señales de que estás preocupado siempre

  • Para ti todo es un problema. Antes de hacer algo ya piensas que va a salir mal. Incluso cuando esperas una buena noticia solo piensas en lo malo de eso. En definitiva, siempre le buscas tres pies al gato.
  • Insomnio. La falta de sueño es una señal de que tu cabeza no para de dar vueltas. El no dormir bien provoca estrés y cansancio emocional. 
  • Te angustias por un acontecimiento pasado. Es natural sentirse mal cuando ha ocurrido algo molesto para ti en el momento y también cuando pasa un tiempo. Sin embargo, estar constantemente pendiente de algo que pasó hace años puede ser síntoma de un problema mayor, como la ansiedad.
  • Estás resentido. Debes saber que no siempre vas a recibir lo que das y no por ello tienes que tener una actitud hostil hacia quienes no te dan lo que esperabas. 
  • Te sientes culpable. Muchas veces nos sentimos culpables cuando hacemos cosas que creemos que no están bien o que han podido hacer daño a otra persona. Sin embargo, no podemos sentirnos culpables por todo.

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Soluciones para evitar preocuparse demasiado

  • Tienes que pensar con la cabeza y dejar a un lado lo que diga tu corazón. Para algo tenemos la capacidad de razonar. No te hagas ideas imaginarias de algo que no sabes todavía.
  • Para poder dormir evita todo aquello que te active. Antes de dormir no estés en contacto con pantallas o dispositivos que pongan en funcionamiento a tu mente. En su lugar lee un libro o dedícate a actividades que te distraigan de tus problemas, como la meditación.
  • Evita darles vueltas a las cosas. Cuando sientes que estás demasiado preocupado, que sigues pensando en el mismo problema una y otra vez intenta distraerte. Sal a hacer ejercicio, dedica tiempo a tus amistades o a cualquier distracción que pueda quitar protagonismo a tus preocupaciones.
  • Haz las cosas porque de verdad lo sientes. Cuando des algo por alguien hazlo porque te nace, porque te sale de dentro. Sin esperar nada a cambio. Si tu vida se basa en dar para recibir siempre estarás pendiente de tus acciones y de las de las demás y vivirás sumido en la preocupación y el resentimiento constantes.
  • Confía en ti mismo. Cuando haces algo lo haces porque crees que es la mejor de las opciones. Quizás no siempre sea lo correcto, pero no puedes estar echándote en cara todo lo que haces. Recuerda que errar es humano y que todo error es un aprendizaje.
  • Tienes que saber cuándo es verdaderamente importante preocuparte y cuándo no. ¿Tu preocupación afecta al presente? ¿Está en tus manos cambiar el rumbo de ese asunto? Si la respuesta a estas dos preguntas es «no», entonces no servirá de nada preocuparte. Déjalo pasar y guarda tu energía para esos problemas que verdaderamente puedes solucionar.

¿Qué pasa cuando estás preocupado constantemente?

Si estás preocupado constantemente puedes desarrollar problemas psicológicos que, a su vez pueden derivar en problemas físicos. Dos problemas comunes que surgen cuando alguien está continuamente dándole vueltas a la cabeza son la ansiedad y el estrés. Estos, a su vez, pueden desembocar en desórdenes digestivos, tensiones musculares e incluso infartos

La preocupación crónica y el estrés emocional pueden dar origen a una serie de problemas de salud. Esto ocurre cuando la preocupación tan excesiva que da lugar a trastornos de salud mental. Una reacción del cuerpo a estos trastornos puede ser la somatización, es decir, la transformación de los síntomas mentales en dolencias físicas.

Nuestro organismo es un continuo mecanismo de acción-reacción. Algunas de las reacciones físicas que se dan cuando el sistema nervioso simpático se activa pueden ser: dificultad para tragar, fatiga, dolores musculares, dificultad para respirar, temblores, mareos, tensiones, etc. 

¿Cómo luchar contra la preocupación constante?

Si estas en una situación en la que la preocupación forma parte de tus pensamientos diarios, busca ayuda psicológica. Ve a terapia. Estar pensando constantemente en cosas que solo te transmiten emociones y sensaciones negativas no es sano para tu bienestar ni mucho menos para tu salud mental.

En Siquia te ofrecemos la oportunidad de liberarte. Con nuestro equipo de psicólogos profesionales podrás aprender técnicas que te ayuden a relajarte y dejar a un lado todos los problemas que inundan tu mente a diario. 

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