
No existe una clasificación única, pero en líneas generales hay ciertos perfiles de jefes que se repiten y una misma persona puede encajar en varios. En 2018 el Observatorio Generación y Talento elaboró un informe con las diferencias entre los jefes en función de la generación a la que pertenecen y les atribuyó unas características específicas:
- Los tradicionalistas
Nacieron antes del 1955 y se les considera corporativos, comprometidos, experimentados, orientados hacia los resultados, cercanos y paternalistas.
Puesto que son gente con una edad avanzada se apegan en gran medida a las estructuras tradicionales de organización de trabajo que se caracterizan por una mayor fuerza de la horizontalidad. Son lentos y se resisten a los cambios, tampoco suelen dominar las nuevas tecnologías.
El entorno laboral se puede volver hostil cuando no se sabe trabajar con un jefe, aprende a sacar ventaja de sus debilidades
Sin embargo, son personas con gran conocimiento del sector al que se dedican y poseen una gran red de contactos. Están apegados a la empresa y sus valores porque la vieron crecer.
- Los baby boomers
Es la generación nacida entre 1956 y 1970. Las características atribuidas a ellos son: expertos, rígidos, controladores, respetuosos, buenos trabajadores y que poseen gran capacidad de esfuerzo.
Aunque sean más jóvenes que los tradicionalistas, también les cuesta asumir al cambio y no dominan plenamente las tecnologías. Bajo su liderazgo la conciliación es difícil porque no son partidarios del trabajo deslocalizado pero destacan por su profesionalidad y la preocupación por el bienestar de sus trabajadores.
- Los jefes de la generación X
A los que nacieron entre 1971 y 1981 se les considera humanos, productivos, adaptativos, conscientes de la conciliación y colaborativos. Se les considera una generación “bisagra” por estar entre los baby boomers sobre los que tienen la ventaja de estar más cualificados y los millennials.
Suelen estresarse con facilidad y esto puede generar problemas en el equipo y a abandonar proyectos. Hay más cargos ocupados por mujeres que en cualquiera de las anteriores generaciones. Son más propensos a crear un régimen de trabajo flexible y deslocalizado porque entienden la necesidad de conciliación laboral.
- Los millennials
El grupo de jefes más jóvenes estudiado por el Observatorio de Generación y Talento. Nacieron entre 1982 y 1992. Son persistentes, exigentes y autoexigentes, individualistas a la vez que les gusta el trabajo en equipo, suelen estar bajo presión, son estrategas pero tienen que adaptarse a un ritmo frenético y son quienes marcan la dirección del cambio.
Tienen poca experiencia y les cuesta gestionar planes a largo plazo, son individualistas y les cuesta comprender a gente más mayor y más joven que ellos y no saben gestionar conflictos. Entre los aspectos positivos a destacar está la capacidad de adaptación y la exigencia de soluciones creativas además de la confianza en uno mismo y un mayor compromiso social.
¿Cómo gestionar problemas concretos con los jefes?
Cuando son débiles
Postergan sus decisiones, por lo que cuando se necesita una respuesta rápida lo óptimo es sugerirles una serie de propuestas limitadas para resolver un problema. De este modo no sienten que pierdan el control y no hace falta desesperar por su indecisión.
Evitan los problemas y carecen de asertividad pero no les gusta que sus empleados sean conscientes de ello.
Cuando son controladores y… pesados
Hay jefes que se obsesionan con el control del equipo hasta tal punto de que les acosan a todas horas con correos o llamadas. Lo óptimo es asegurarles de que todo marcha bien y mostrarles interés. Con el tiempo desistirán con su tarea de acoso porque tendrán la seguridad de que pueden confiar en alguien.
Cuando premian a ciertas personas
Desarrollan favoritismos, por norma general porque les gusta un trato extremadamente personal con sus empleados y entablan amistad con algunos. Se sugiere buscar el aprecio en otras partes porque esto puede captar su atención.
Cuando ponen pegas a todo
Adáptate a su forma de trabajo y no desesperes, su forma de ser nace del perfeccionismo (y quizá un poco del ego). Simplemente, síguele el rollo.
Cuando se resiste a ideas nuevas
Introduce los cambios poco a poco. Con el tiempo se dará cuenta que quizá las soluciones novedosas pueden aportar resultados inesperados.
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