El estrés es un proceso de alerta física y mental. Es una respuesta fisiológica y psicológica que se desarrolla ante situaciones adversas, cuando sentimos que nos desbordan por creer que no tenemos tiempo o capacidad para resolverlas. Existen distintas denominaciones dependiendo del ámbito: estrés laboral, estrés familiar, estrés emocional… Hoy nos centraremos en este último.
Hay determinados momentos en que podemos sentir una sobrecarga de estrés, una fatiga emocional que tiene consecuencias tanto en el plano físico como en el plano mental.
El estrés emocional puede aparecer por algún acontecimiento negativo concreto que haya sobrepasado a la persona, por la acumulación de pequeños problemas o bien simplemente porque la persona tiene una personalidad que lo predispone a ello. Suele tratarse de individuos muy exigentes consigo mismas, con baja autoestima y una alta necesidad de controlar todo lo que ocurre a su alrededor, por lo que están en alerta de forma permanente.

Síntomas del estrés emocional
Es importante detectar de manera precoz los síntomas para que el trastorno no se agrave. Alguno de los síntomas más destacados son:
- Dificultad para afrontar las situaciones cotidianas.
- Cambios de humor inesperados e irritabilidad.
- Pensamientos obsesivos o rumiantes.
- Falta de motivación, incluso con actividades que anteriormente se disfrutaban.
- Excesiva autocrítica.
- Problemas para relacionarse con los demás y sentimiento de soledad.
- Problemas de sueño.
- Somatización del trastorno mostrándose como dolores estomacales, cefaleas, reacciones dermatológicas…
- Este tipo de estrés puede ir acompañado de ansiedad, ataques de pánico o depresión.
¿Cuál es el tratamiento?
En el momento en el que somos conscientes de que padecemos estrés emocional, el siguiente paso será tratar de ponerle remedio. Para ello, lo más recomendable es consultar con especialistas de la salud mental como psicólogos o psiquiatras. Para compaginar el tratamiento específico que los expertos nos indiquen, hay ciertas pautas que nos pueden ayudar:
- No te excedas. Si sufres estrés emocional es importante saber las limitaciones con las que cuentas. Comenzar a cuidarse eligiendo actividades esenciales y dejando a un lado lo que no nos incumbe, hay que delegar.
- La perfección no existe. No es posible mantener el control de todo lo que sucede. Hay situaciones que se nos escapan. Permítete dejarte llevar por las circunstancias. Este proceso es arduo pero con la ayuda de un terapeuta se hará mucho más sencillo.
- Practicar ejercicios de relajación. El objetivo final es rebajar los niveles de tensión a los que nos exponemos. Un gran aliado para esta causa son las técnicas de relajación, hay muchas y muy variadas, es interesante encontrar cual es la que te funciona.
- Cuidar nuestro estilo de vida. Es vital contar con una rutina saludable. Introducir hábitos que nos hagan sentir mejor aunque tengamos que esforzarnos en un primer momento. Introducir actividades deportivas, una dieta sana o rodearnos de personas que nos aporten tranquilidad y estabilidad son actos muy beneficiosos a largo plazo. Huir de las adicciones, el foco que te provoca estrés y de las personas nocivas se vuelve fundamental para superar el estrés emocional.
- Date tiempo. Esta dificultad no se supera de un día para otro. Hay que dedicarnos tiempo para asimilar todo lo que va sucediendo. Es indispensable llegar a la causa del problema y dirigir el tratamiento hasta el final para evitar recaídas en el futuro.
En Siquia podemos acompañarte en el tratamiento para superar del estrés emocional, de una manera sencilla y flexible.