Estrés en época de exámenes, ¿Qué hago?

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El 98% de los estudiantes presentan estrés y ansiedad ante los exámenes, algo que con ayuda se puede solucionar.

Los meses de mayo y junio, diciembre y enero, suelen ser los meses en los que más estudiamos debido a la gran cantidad de exámenes que tenemos. Escolares, universitarios y de idiomas, entre muchos otros. Este periodo es en el que se concentran las evaluaciones finales y la mayoría de los estudiantes se pasa le día estudiando en casa o se va a alguna biblioteca para prepararse.

Esta época puede generar ansiedad, estrés, ansiedad y frustración, algo que puede repercutir en el estado emocional de los estudiantes, pero no solo eso, también puede generar resultados negativos en los exámenes.

¿Qué es el estrés por exámenes?

El estrés académico se suele dar en épocas de muchos exámenes y lo sufren la mayoría de los estudiantes. El alumno se siente sobrepasado por las exigencias académicas a las que tiene que hacer frente, es decir, le cuesta adaptarse a todo el trabajo que le piden.

El responsable de esto puede ser su entorno, tanto profesores como plazos de entrega de tareas cortos o poco tiempo para estudiar. O también, el propio alumno. A veces nos exigimos más de lo que deberíamos y eso nos hace estresarnos.

¿Cómo saber si tienes estrés?

Según Scielo, una famosa revista de neuropsiquiatría, un 98% de los estudiantes padece estrés y ansiedad durante la época de exámenes debido a la sobrecarga de trabajo y estudio. Por ello, lo más probable es que cuando estés en esta etapa lo sufras. Especialmente si te encuentras ante un examen importante como puede ser Selectividad.

Si es cierto que a cada persona le afecta de forma distinta y pueden ser muchos los síntomas que indiquen que estás estresado. Puedes tener problemas para dormir, perder el apetito o todo lo contrario debido a la ansiedad. También puede ser que te cueste concentrarte, que estés de mal humor o te encuentres triste y desanimado.

Gestionar el estrés en época de exámenes

Está claro que no es lo mismo estar en primaria, en la ESO, en bachillerato o en la universidad. Los desencadenantes de estrés y ansiedad no son los mismos. Tampoco lo serán la exigencia ni la importancia de las notas finales.

Tenemos que saber que la exigencia está bien y siempre tiene que existir para que podamos dar lo mejor de nosotros mismos, pero en su justa medida, porque cuando pasa de ese límite ya hablamos de presión, algo muy negativo para nosotros emocionalmente y para los resultados académicos.

Entre estos niveles de exigencia es muy común que los alumnos piensen que los exámenes son un problema que tienen que solucionar para poder pasar de curso en vez de ver las pruebas como un reto.

Lo primero es cambiar esta visión que tenemos sobre los exámenes y saber organizarnos de forma correcta.

Tips sencillos para combatir el estrés

  • Practicar yoga y ejercicios de estiramientos todos los días antes de estudiar o antes de hacer un examen. El mindfulness puede ser muy favorecedor.
  • Relajarse el día anterior al examen haciendo cosas que nos gusten como leer, ir al cine, dar un paseo, etc.
  • Llevar a cabo la técnica de respiración 4-7-8 para relajarnos y dormir mejor
  • Levantarnos del escritorio cada 30/40 minutos para descansar un poco las piernas y despejarnos.
  • Crear un calendario de estudio en el que se incluya el reparto de lo que tenemos que estudiar las semanas antes
  • Planificar las horas diarias de estudio y los descansos
  • No dejar el estudio para los últimos días, sino los niveles de ansiedad aumentarán de forma considerable
  • No tomes café ni bebidas energéticas, complicarán tu concentración y aumentarán tu ansiedad
  • Sal de casa con tiempo suficiente, siempre puede haber tráfico, algún accidente o problemas con el transporte público.

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Pasos para no agobiarse ante un examen

1. Planificarse

Como ya hemos mencionado, debemos plantear el tiempo que vamos a dedicar a estudiar ese examen. Después de saberlo, tenemos que plantear los objetivos, por ejemplo, un tema al día durante esa semana. Es muy importante que los objetivos sean realistas, si no lo son, lo más probable es que no lo consigamos y nos agobiemos más.

2. Piensa que el estrés en su justa medida tampoco es malo

Casi siempre los alumnos con más estrés son aquellos que van mejor preparados. Un poco de tensión en una medida razonable no es mala ya que nos hace concentrarnos y por consecuencia, pensar de forma clara y rápida. Esa dosis hace que mejoremos el rendimiento ante un examen.

Por supuesto, eso solo es bueno en su justa medida, si se sobrepasa un cierto punto se volverá en nuestra contra y aparecerá la ansiedad, la sensación de bloqueo, los agobios y los pensamientos negativos anticipatorios.

3. Despéjate
exámenes

Si después del día has cumplido los objetivos que te habías propuesto no hagas más. Con ese tiempo libre puedes despejarte haciendo deporte, viendo una película, estando con las redes sociales, etc. Haz lo que quieras ya que ya has terminado tu estudio por hoy y esa debe ser tu recompensa.

No es recomendable seguir estudiando ya que probablemente nos acabaremos saturando y al día siguiente no tengamos ganas de seguir. Lo mejor es cumplir tu objetivo y darte un capricho.

4. Respeta las comidas y el descanso

Cuando estamos estudiando para los exámenes, al estar estresados, tendemos a comer y a dormir mal y poco. Aunque parezca mentira, estos dos conceptos están muy relacionados con los exámenes.

Hay muchos alimentos que se recomiendan para reducir el estrés como el chocolate, los bollos, los huevos, las patatas fritas, etc. Comidas contundentes que no solemos comer habitualmente pero que nos harán rendir mejor. Tienes que respetar todas las comidas diarias y alimentarte de lo que te pida el cuerpo, al fin y al cabo, solamente serán unos días.

Dormir menos de 8 horas al día hace que estemos más estresados emocionalmente y que por consecuencia, rindamos peor en los exámenes.

Comer y dormir bien son dos cosas esenciales para enfrentarnos a un examen de forma productiva.

5. Pensar de forma lógica y positiva

Las “distorsiones cognitivas” consisten en la aparición de pensamientos estresantes y negativos que no son reales ni tienen sentido. Sin embargo, al tenerlos, interpretamos que un hecho tendrá muchas consecuencias negativas.

Algunos ejemplos son:

  • “Si suspendo un examen no voy a aprobar ninguno más”
  • “He estudiado para el examen de mañana, pero seguro que le suspendo”
  • “He suspendido, no sirvo para nada”
  • “He aprobado, pero ha sido porque he tenido suerte”

Cuando aparecen estos pensamientos lo mejor son apuntarlos en una libreta y ver por qué pensamiento alternativo, positivo y lógico lo podemos sustituir.

En Siquia, nuestros psicólogos te ayudarán a combatir el estrés ante los exámenes.

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Imagen de Paula Parra Maté
Sobre Paula Parra Maté Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Soy alegre y muy risueña, me gusta informarme e informar a los demás, aprender cosas nuevas y dar lo mejor de mí en cualquier ámbito de mi vida. Mi objetivo es llegar a ser alguien importante en el mundo de la comunicación.
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